Fue algo que tradicionalmente se lo mantenía en secreto como algo vergonzoso, incluso se utilizaban eufemismos como “se hizo señorita” o “está con el asunto”. Y si algo aprendimos desde el feminismo es que lo que no se nombra no existe, entonces se hace necesario y urgente hablar de menstruación.
Por CLARA CHAUVÍN de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Es un hecho que acontece en la vida de gran parte de la población y, sin embargo, aún hoy en pleno siglo XXI es considerada un tema tabú. El no poder hablar con libertad también ha reforzado la idea de que las mujeres nacimos en un nivel de inferioridad al tener que atravesar en nuestros cuerpos algo que no podemos evitar y de lo cual debemos avergonzarnos.
Muchos aspectos hay para tener en cuenta al momento de hablar de menstruación y no se reduce únicamente a una mera cuestión biológica o anatómica sino que también repercuten aspectos culturales, económicos, ambientales y hasta políticos. De acuerdo a un estudio realizado por Economía Feminista (una de las organizaciones que más ha estudiado y accionado sobre este tema con la campaña MenstruaAcción), la compra de elementos de gestión menstrual, ya sean toallitas, tampones, copitas o protectores diarios, pueden representar hasta un 10 por ciento de los ingresos de las mujeres. Esto se agrava aún más si recordamos que ganamos un promedio del 27 por ciento menos que los varones y la mayor parte de las personas pobres son mujeres.
Para las personas que menstruamos, este gasto no es optativo sino que se tratan bienes de primera necesidad. No podemos evitar menstruar. Además, en nuestro país estos productos están gravados con IVA ya que no forman parte de la canasta básica. Para esto en particular ya se han presentado proyectos de ley para la quita de este impuesto como ya ocurrió en otros países. En Colombia, la campaña Menstruación Libre de Impuestos consiguió reducir la tasa impositiva del 16% al 5% para luego eliminarlos completamente. En Canadá, el gobierno quitó el impuesto en 2015 luego de que una iniciativa juntara 74 mil firmas pidiendo su remoción.
Martes 6 de octubre: intervención completa de Clara Chauvín en su reflexión sobre temáticas de género en el programa radial "En La Víspera" que se emite por LT 11, y es producido por El Miércoles Comunicación y Cultura Cooperativa de Trabajo Ltda.
Hay mayores ejemplos a nivel internacional que muestran las consecuencias de estas desigualdades. Según Naciones Unidas, entre el 20 y el 30% de las niñas en India y África no asisten a clases durante los días de sangrado por temor a mancharse o falta de espacios limpios y cómodos para cambiarse. El Banco Mundial ha estimado que, a nivel global, se pierden entre el 10 y el 20% de los días de clase por esta razón. Además, debido a la falta de acceso a información y recursos, muchas veces se practican formas de gestión menstrual antihigiénicas como el uso de paños viejos o trapos que pueden causar infecciones, problemas de salud reproductiva y hasta infertilidad.
La menstruación es algo inherente a todas las mujeres, es una cuestión biológica y sin embargo todavía se mantiene como algo exclusivamente privado.
En este sentido, es más que recomendable el corto documental de 2018 “Period. End of Sentence”, ganador del premio Oscar y que puede encontrarse en la plataforma de Netflix, el cual retrata la situación de las mujeres en India y de cómo un grupo de mujeres comenzó a fabricar toallitas higiénicas. Esto no sólo permitió a estas mujeres poder tener un trabajo e ingreso económico, sino también poder vender a muy bajo costo a otras mujeres de bajos recursos que se veían impedidas de poder salir de su casa durante los días de menstruación, sumado a la posibilidad poder hablar en voz alta de un tema que era totalmente tabú.
La menstruación es algo inherente a todas las mujeres, es una cuestión biológica y sin embargo todavía se mantiene como algo exclusivamente privado. Y estos impedimentos generan también que no se difunda la información necesaria sobre el tema. Aquí es donde nuevamente entra la importancia de la ESI ya que en la actualidad muchas niñas y adolescentes llegan a su primer período sin tener información ni medios para poder acceder a los productos de gestión menstrual.
Por otro lado, en torno a la experiencia menstrual existen distintas cuestiones que van más allá de ser un proceso fisiológico. El poder abordarlo desde la ESI permite involucrarla con cuestiones relacionadas al autocuidado, autopercepción, representación de la feminidad e identidad de género, poder derribar mitos y tabúes, y hasta una perspectiva social y de clase al poder discutir que significa la desigualdad al momento de acceder a toallitas o tampones. Se trata de un derecho fundamental y que se encuentra dentro del enorme campo de los derechos sexuales reproductivos y no reproductivos. Es decir, es el poder hablar de cuestiones que aún permanecen invisibilizadas dentro de la agenda de las políticas públicas.
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