Los trabajadores de prensa subsisten ante una avanzada precarizadora que tiene, como principales responsables, a hombres de negocios vinculados al Estado. Un mapa para entender de qué viene la cosa.
Por FEDERICO MALVASIO de PÁGINA JUDICIAL
¿Por qué los principales medios de Entre Ríos no hacen fuerza para poner sobre la mesa un debate en torno a la distribución de la publicidad estatal? La respuesta es muy sencilla: es un negocio jugoso que depende de la mano discrecional del Estado y que solo favorece a los empresarios.
La diputada radical Gracia Jaroslavsky convocó hace unas semanas a debatir este tema, pero contó con escasísima repercusión mediática. No existe, en el mundo, una fórmula para establecer un procedimiento de distribución. Depende de la voluntad y el criterio de quien tiene la lapicera. Pero hay otros asuntos en los que sí hay mucho para discutir.
En la provincia se vive una situación compleja en torno a los propietarios de medios de comunicación y el pasar de los periodistas. El 14 de diciembre trabajadores de LT15 AM 560, de Concordia, denunciaron mediante una carta pública al empresario responsable Gustavo Scaglione que, al 10 de diciembre, había depositado apenas 10 mil pesos a las cuentas de los trabajadores.
Scaglione encabeza un grupo empresarial santafecino, con base en Rosario, que asomó al mundo mediático al quedarse con el diario La Capital. Luego creó el grupo Multiportal Medios que abarca Diario Uno Entre Ríos, Diario Uno Santa Fe, LT15 Concordia y LT39 de Victoria. Está en la mira LT27 de Villaguay, en serios problemas, según supo Página Política.
En breve se apresta a quedarse con Telefé Tucumán (LRK458, ex Canal 8). Scaglione suma una provincia más, ahora del norte, a su mapa de medios que ya tiene a Santa Fe, Entre Ríos, Río Negro y Córdoba. Según un informe de Letra P, la jugada más importante es la compra del 50% del Grupo América a Daniel Vila y José Luis Manzano, que cuenta con América TV, A24, radio La Red y otros. Esto implica una cercanía al ministro de Economía, Sergio Massa.
Un cambio de gobierno en Entre Ríos podría coincidir con Scaglione a cargo del desvencijado matutino de Paraná, El Diario, que no hace mella en la agenda pública, cuenta con decenas de juicios perdidos por despidos ilegales y nutre sus páginas con mano de obra barata de pasantes. En épocas de Sergio Urribarri sucedió algo similar, solo que algunos comunicadores desplazaron a sus pares para realizar una tarea bastante sencilla: imprimir lo que salía horas antes en el boletín oficial.
Hoy el centenario matutino paga en cómodas cuotas los salarios de quienes llenan sus páginas. Mientras tanto el Poder Judicial lleva a paso de hormigas el proceso de ejecución de sentencias para que los dueños multipliquen ganancias en el sistema financiero y licúen deudas en detrimento de los trabajadores despedidos.
Acuerdos
Los acuerdos entre los gobiernos y los empresarios no tienen como interés central jugar en el ámbito mediático, esto suele ser una condición que, claro, también es sumamente rentística y garantizada por los gobiernos de turno. Walter Grenón compró el paquete mayoritario de El Diario, pero el interés era quedarse con el monopolio de los códigos de descuento. La fórmula se puede repetir con el pampeano Aníbal Pérez, hoy el nuevo zar de los medios de comunicación que se expande adquiriendo diarios y radios del interior, pero su verdadero interés está en el juego de azar. Desde hace dos meses cualquier entrerriano puede apostar desde su casa viendo un programa que se emite por su Canal 9 Litoral a través del sistema B Play, lo que implica una expansión de su rubro: el juego.
Todos tuvieron una relación comercial de excelencia con Urribarri. Todos la tienen con Gustavo Bordet. Todos son foráneos. Todos mantienen y agrandan sus negocios.
El debate sobre la distribución de la publicidad no repercute en los principales medios porque es lo más saludable para buena parte del sistema. El proceso ha devenido en importación de empresarios que llegan a estas pampas por otros intereses, más redituables, que los de garantizar pluralidad, debate y promoción de la cultura local.
Como si esto fuera poco, la avanzada de las franquicias de Buenos Aires se afianza en la provincia con estructura mínima que requiere, en algunos casos, sólo una computadora, una persona que la programe para bajar la señal y una antena. Esta última no hará falta, cuando todo se digitalice.
Trabajadores que no cobran sus juicios, trabajadores a los que no se les garantiza salarios por convenios, y empresarios que compran medios se mueven bajo el paraguas de un Estado que en sus tres poderes mira para el costado.
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