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La solidaridad como valor humano

En el siguiente texto, Daniel de Michele da a conocer cuál fue uno de "los primeros signos de civilización solidaria en una cultura". Para reflexionar.

 

Por DANIEL DE MICHELE (*)

Según la Biblia, Noé impermeabilizó su arca con petróleo. Los persas ya tenían experiencia en su extracción unos 500 años AC. Fue exitosamente utilizado para el alumbrado público y domiciliario hasta la aparición de la electricidad.  También fue un arma temible para las guerras e incluso, se lo incorporó ala terapéutica humana.

Hoy, el petróleo como precursor del plástico y los combustibles fósiles, esta incrustado en nuestra cultura y sus reservas son una medida de potencia económica de los países modernos. Sucede que también hemos aprendido que los gases de la combustión del petróleo enviados por siglos a la atmosfera (CO2 y metano) forman capas que impiden que calor generado en la tierra se disipe. Esto eleva más la temperatura en la superficie terrestre (Efecto Invernadero)ocurriendo Calentamiento Global que funde los hielos polares. Los niveles del mar suben, lo estamos midiendo diariamente.

He aquí un significativo ejemplo de lo cuestionable del concepto de modernización como sinónimo inconfundible de bienestar global. Hay muchos ejemplos más de algunas “cosas modernas” que tras años de utilización, merecen dejar de considerarse tan buenas

El tiempo es el factor central cuando tenemos que juzgar los beneficios de las cosas modernas aceptadas de entrada como invariablemente buenas.

Hace años, un estudiante le preguntó a la antropóloga Margaret Mead cuál consideraba que era el primer signo de civilización en una cultura.

Mead dijo que la primera evidencia de civilización fue un fémur fracturado de 15.000 años encontrado en un sitio arqueológico.

El fémur es el hueso más largo del cuerpo (muslo) y une la cadera con la rodilla. Sin medicina moderna, se necesitan unas seis semanas de inmovilidad para que sane una fractura de fémur. Este hueso en particular se había roto y había sanado. Mead explicó que, en el reino animal si te rompes una pierna, mueres pues no puedes huir del peligro, no puedes beber ni cazar para comer. Herido de esta manera, eres carne para tus depredadores.

Ninguna criatura sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane. Primero te comen. Un fémur roto que se ha curado es evidencia de que otra persona se tomó el tiempo para quedarse con el caído, lo inmovilizó, curó la herida, lo llevó a un lugar seguro y alimentó durante la recuperación espontanea (no menos de 6 semanas).

Por ello nuestra antropóloga afirmó: ayudar a alguien más a superar las dificultades vitales marca el inicio de la civilización.

¡Cuánta razón llevas, Margaretx!

 

(*) Este artículo fue publicado en la edición gráfica del diario El Pueblo de Villaguay. Se reproduce por gentileza de su autor.

 

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