Una larga lista de desprolijidades y actos reñidos con la normativa van surgiendo de las primeras investigaciones de la auditoría que se realiza en Larroque. En este caso se trata de las catorce cuadras de asfalto, una obra de más de 21 millones que debió haberse licitado pero se concursó entre dos empresas paranaenses. Se trata de las cuadras más caras de la historia. Al sobreprecio y a las sospechas se le agregan papelones: planos urbanos de Colonia Avellaneda como si fueran de Larroque… y con la firma del funcionario municipal del área. Una pequeña recorrida por las irregularidades en una de las principales obras de la gestión Riganti.
Por AMÉRICO SCHVARTZMAN de la Redacción de EL MIÉRCOLES DIGITAL
La ciudad de Larroque fue uno de los municipios entrerrianos en donde el oficialismo fue derrotado. Algunos días después de asumir, el nuevo intendente Darío Benedetti (Cambiemos) puso en marcha una auditoría sobre cada sector, para tener un panorama adecuado de la “herencia recibida”. La tarea la lleva a cabo un equipo coordinado por el especialista Jorge Oviedo, docente universitario y ex auditor del Sistema Nacional de Medios. En un gesto novedoso, el intendente Benedetti invitó a un sector de la oposición (“Somos Larroque”, que lidera Rubén Virué) a formar parte del equipo.
Hay que recordar que Virué es el ex secretario de Justicia de la Provincia, el mismo que debió dejar su cargo tras un sonado episodio en el que tuvo el atrevimiento de interrogar en público a la entonces postulante a la Cámara de Casación Penal de la provincia, Marcela Badano, acerca de cómo concebía su accionar independiente en cargo para el que se postulaba, siendo pareja del procurador Jorge García, que es parte necesaria en los recursos de casación. La incómoda preguntita le costó el cargo, pero Viruè, de regreso a su ciudad, no se quedó quieto: disputó (y perdió por pocos votos) la interna justicialista contra Mónica Gayosa, la esposa del saliente jefe comunal Raúl Riganti.
Riganti, a su vez, no tiene asegurada la impunidad: el ajustado triunfo del peronismo entrerriano no le alcanzó para ser diputado provincial (iba en el puesto número 19). Pero quedó ubicado como primer suplente, y funge como prosecretario del Bloque Justicialista de Diputados Provinciales. Seguramente mantiene la expectativa de algún corrimiento que le permita asumir y asegurarse la impunidad que, por ejemplo, tiene garantizada el impresentable José Allende: así podría eludir cualquier responsabilidad ante una justicia cooptada como la entrerriana, que no mueve un dedo contra quien está en el poder aunque cometa las peores tropelías frente a sus narices. Por cuatro años al menos.
Es difícil resumir todo lo que ya apareció en la auditoría en el caso que promete ser uno de los más escandalosos, y que es el más destacado en cuanto a los montos comprometidos: más de 21 millones de pesos, financiados por la Nación, para la construcción de 14 cuadras de asfalto en la ciudad de Larroque. De ese monto la empresa contratada ya cobró 8 millones y hay depositados otros 13, bloqueados hasta que se avance en el análisis de la situación. La cantidad de irregularidades, desprolijidades, actos reñidos con la normativa vigente, y hasta papelones que ya aparecieron al poner la lupa sobre ese proceso, supera lo imaginable. Por eso los responsables de la auditoría proponen declarar lesivos los actos de Riganti, y frenar los pagos a la empresa hasta que la justicia determine si hubo sobreprecios y otros delitos en la adjudicación de esta obra.
UNA LARGA LISTA
Para empezar, se trata de las cuadras más caras de la historia. Casi un millón y medio cada una, si se divide el monto total por la cantidad de cuadras a construir. Podría preguntarse, por ejemplo, si con ese monto no convenía instalar una planta de asfalto municipal, que según informaron a este cronista distintas fuentes, cuesta alrededor de 20 millones de pesos.
El segundo aspecto que sobresale la injustificada decisión de realizar un concurso de precios, cuando la legislación municipal establece que debía llamarse a licitación, como toda obra que supera la cifra establecida que, actualizada a 2015, corresponde a 250 mil pesos. La lista de “desprolijidades” incluye la decisión de contratar con empresas de Paraná que ni siquiera se inscribieron como proveedores municipales; la adjudicación a la única de las tres que no tenía antecedentes en pavimento; a la que, en generoso gesto, el mismo día que firma el contrato, se le paga un cheque por cinco millones de pesos como adelanto; la presentación de planos correspondientes a la planta urbana de otra ciudad en lugar de Larroque (que además, cuentan con la firma del subsecretario de Obras Públicas y Planeamiento); el valor de la obra supera ampliamente el valor de mercado para obras de este tipo; facturas emitidas antes de firmar el contrato; información enviada a solo algunas de las empresas oferentes; exclusión sin explicaciones de las empresas de la zona para ofrecerle la obra solamente a empresas de Paraná; elección de los tribunales de la capital provincial como ámbito de resolución de controversias, cuando el que corresponde es el de los tribunales de Gualeguaychú; empresas que presentan constancias vencidas de ATER y AFIP; actos administrativos realizados sin el aval de los funcionarios correspondientes (inicio de obras sin intervención de Obras Públicas; instrumentos legales firmados sin que dictamine la Dirección de Asuntos Legales); demoras injustificables y hechos que solo podrían explicarse por razones sobrenaturales.
UN CONCURSO ARREGLADO
Una de las irregularidades notables es el hecho de que las planillas de cómputo y presupuesto de la obra no fueron incluidas en el pliego que se le vendió a las tres empresas seleccionadas para el concurso de precios. Esa omisión se quiso subsanar enviándoselas por mail, cuando faltaban horas para la apertura de los sobres (de un viernes a un lunes). Pero además sólo fueron remitidas a dos de los oferentes, de manera que la tercera empresa quedó claramente en inferioridad de condiciones (de hecho, no presentó oferta).
A esto se agrega otro suceso inquietante: la empresa que resultó ganadora del concurso de precios, contrató el seguro de caución por mantenimiento de oferta, por un valor igual al 1% del presupuesto oficial, 54 días antes de que se firmara el Decreto. Es decir: casi dos meses antes de que se llamara al Concurso de Precios y se fijara el presupuesto oficial. ¿Cómo se explica algo semejante? ¿Cómo sabía la empresa OIC S.A., el 17 de abril de 2015, que la Municipalidad convocaría el 11 de junio a un concurso de precios para construir catorce cuadras de asfalto y con un presupuesto oficial de 21.645.121,95, como para contratar el seguro del 1% exacto, calculado sobre ese presupuesto que aún no se conocía?
Hay dos posibilidades: entre sus gerentes existe un vidente, una persona con dotes proféticas… o bien contó con información privilegiada. Cada lector sabrá qué hipótesis le resulta más convincente.
AL TUNTÚN
Muchas preguntas aparecen gracias la auditoría: si las planillas de cómputo y presupuesto no formaban parte del pliego originario, ¿cómo presupuestó la administración municipal la cifra oficial de 21.645.121,95 de pesos? Otro misterio.
Del mismo modo, una vez adjudicada la obra, la empresa OIC S.A., emite –el día anterior a la firma del contrato– una factura con un anticipo financiero del 25% de la obra (algo más de 5 millones). El contrato se firmó el 2 de julio, dejando un espacio en blanco para la póliza de caución, que fue contratada al día siguiente, el 3 de julio. Pero lo curioso es que, aunque al momento de la firma no existía póliza de caución, ese mismo día se emite la orden de pago y el cheque N° 1758813 por el anticipo financiero del 25% de la obra. Es decir que la Municipalidad de Larroque pagó antes de tener asegurado el cumplimiento por parte de la empresa.
Para colmo, el valor de la obra supera ampliamente el valor de mercado para obras de este tipo: en la misma fecha, en Paraná, se presupuestó oficialmente un monto casi idéntico (21 millones) para la construcción de cien cuadras de asfalto. Así consta en la auditoría, donde se consigna que la Licitación Pública N° 45/2015 del municipio paranaense, con apertura de sobres el 17 de marzo de 2015, fijó la suma de 21.639.689,90 pesos para asfaltar cien cuadras. No es difícil la cuenta. Asfaltar una cuadra en Paraná cuesta 216 mil pesos.
En Concepción del Uruguay, casi en la misma fecha (enero de 2015), se presupuestaron 32 cuadras para el barrio Sarmiento por un total de 7.820.524,96 pesos. Es decir, un costo por cuadra de 244 mil pesos.
Pero en Larroque cada cuadra sale un millón y medio de pesos. Seis veces más. Una significativa diferencia que hasta el momento nadie ha explicado.
La sugerencia de la auditoría, explicó Rubén Virué a medios larroquenses, es que no se pague, declarar lesiva a los intereses municipales lo actuado por la gestión anterior y dar intervención a la justicia. “No tengo ninguna duda de que hubo sobreprecios descomunales”, dijo tajante el ex funcionario provincial a Portal Larroque.
RESPONSABILIDAD DE LOS FUNCIONARIOS
¿Quiénes se beneficiaron con estos sobreprecios escandalosos, además de la empresa? No está claro y seguramente excede el alcance de la auditoría. Será la justicia la que, en base a esa labor, determine exactamente qué pasó y obre en consecuencia. Por lo pronto lo que sí empieza a esclarecerse, es que los funcionarios involucrados en este compendio de irregularidades deberán dar explicaciones. Ellos son el entonces presidente municipal Raúl Riganti, el secretario de gobierno Leonardo Hassell, el secretario de Hacienda Norberto Marchesiniy el subsecretario de Obras Públicas y Planeamiento, Juan Carlos Rochelle.
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