Son cincuenta viviendas con sus correspondientes parcelas ubicadas en la localidad de Guardamonte, departamento Tala, que se construyeron sobre un campo que perteneció al ex legislador bustista Mario Yedro (Concordia), a quien se lo expropiaron como condena judicial por enriquecimiento ilícito.
A forma de protesta las personas que en principio iban a ser los titulares de las casas se encadenaron en el ingreso a la “aldea”, informaron a El Miércoles Digital.
Pasan los años, los gobiernos y esas viviendas siguen tapándose de pasto y deteriorándose. En el medio existieron controversias porque algunos legisladores del PJ impulsan la idea de convertirlo en centro de tratamiento y rehabilitación de adicciones, mientras otros insisten en que sea un lugar productivo.
Luego de la sentencia judicial y de la intervención de la Justicia la provincia avanzó en la expropiación de sus tierras. Yedro fue condenado por enriquecimiento ilícito en 1996 por lo cual también se le expropiaron los campos, valuados en 6 millones de dólares, que fueron derivados al Consejo General de Educación (CGE). No obstante, Yedro resistió la cesión de tales terrenos, por lo cual se le inició la causa por usurpación. La provincia, en tanto, impulsó un proyecto para aprovechar el campo expropiado para crear una "aldea productiva", donde un centenar de familias puedan desarrollarse como criadores de cerdos. Sin embargo, la propuesta, que fue muy promocionada, aún no prosperó. Casi como una aparición, 50 flamantes viviendas amplias, de excelente construcción, se levantan en medio de un campo ubicado a pocos kilómetros de la localidad de Guardamonte, en el departamento Tala. Son la mitad de las 100 proyectadas para los futuros habitantes de la Aldea "La Esperanza", que se erigirá -alguna vez- en el establecimiento que perteneciera al ex legislador.
Las viviendas están listas para ser habitadas. Es decir, en una provincia donde el déficit habitacional es una de las principales problemáticas, medio centenar de viviendas están abandonadas en medio del monte, sin que nadie atine a dar una explicación.
No hay hasta hoy- información oficial acerca de los motivos por los que aún no han sido entregadas. Lo único cierto es que, perdidas en medio de los renuevos de espinillos y los pastizales, 50 casas en las que el estado invirtió más de 16 millones de pesos esperan que alguien las habite.
Fuentes: Sebastián Bodeman (Día 1 Noticias); archivos de Análisis y Recinto Net.
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