En marco de un proyecto general de ordenamiento y puesta en valor del recurso hídrico provincia, el órgano Plenario del Corufa (Consejo regulador del uso de fuentes de agua) dispuso por consenso la ampliación de la moratoria de regularización de obras hidraúlicas sobre aguas superficiales, subterráneas y empresas perforistas.
Eduardo Asueta, Coordinador de Corufa informó que: “Hasta el momento ha habido un nivel de acatamiento que nos permitió mejorar en la administración del recurso, pero aún persiste la cultura de la informalidad, por ello esta ampliación de la moratoria la hemos dispuesto con apercibimiento de multas concretas para aquellos que persistan en la informalidad”. La moratoria vence el 30 de junio de 2018.
Sobre el proceso de regularización iniciado por Corufa, Asueta informó que: “En la medida que se recuperan las capacidades institucionales de Corufa, el proceso de ordenamiento mejora. En materia hídrica venimos de una cultura de informalidad, la registración es importante para prevenir la conflictividad y mejorar el funcionamiento del territorio productivo, el costo de la registración no llega al uno por ciento del costo de este tipo de obras hidráulicas, de modo que hay toda una cuestión cultural que superar”.
En relación a las multas Asueta informó que: “Primero mejoramos el funcionamiento administrativo de Corufa, luego dispusimos la moratoria, ahora ampliamos la moratorio pero con apercibimiento concreto. Estos apercibimientos de multas son de 300.000 pesos en caso de obras hidráulicas superficiales, y de 20.000 pesos en caso de pozos no registrados, y de 100.000 pesos para las empresas perforistas que no se registren. Vamos despacio porque sabemos que pasar de la informalidad a un sistema de ordenamiento del recurso hídrico demanda un proceso de adecuación, por ello ponemos en el énfasis en el convencimiento y el cumplimiento voluntario”.
Por último Asueta informó que: “Estamos trabajando muy fuerte en el delta entrerriano, con un sentido estratégico en esa zona porque a pesar de la seca actual, allí hay una situación de colapso hídrico y es preciso exigir la adecuación de muchas obras para que el territorio vuelva a funcionar bien en términos ambientales, y en términos productivos. El Delta entrerriano es el 18 por ciento del territorio provincial, es preciso ponerlo en valor. Entendemos que allí hay una gran oportunidad para promover un modelo de economía verde, que pueda ser competitivo y a la vez innovador en la protección del ambiente”.
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