20.. , La nueva máquina del tiempo
Éste es el artículo periodístico que encontré en el archivo secreto del Semanario “HOY” y estoy seguro de que la “máquina del tiempo” de la que habla quedó en tu poder. Ahora, aunque han transcurrido muchos años desde aquellos hechos, creo que este caso científico vuelve al centro de la escena. Pero luego de la nota te haré la consulta pertinente.
Concepción del Uruguay, 24 de marzo de 1988
LA “MÁQUINA DEL TIEMPO” ESTÁ EN CONCEPCIÓN DEL URUGUAY
Por: R.B.
Aquel jueves 24 de marzo de 1988 se cumplían 17 años del fallecimiento de uno de los personajes que simbolizan a Concepción del Uruguay y que paradójicamente, como tantos, son condenados por el olvido de su pueblo.
En la actualidad no son muchos quienes pueden ubicar entre sus recuerdos a este “mago de las lluvias”, como se lo conoció por décadas, o también llamado “el inventor de la máquina de hacer llover”. Fue noticia en los principales medios del país y el mundo… fue leyenda… y, reiteramos, es ahora un absoluto ignorado.
Pero… no nos detengamos en el pasado…
Aunque se ha perdido su recuerdo, se equivoca quien supone que también lo ha hecho su legado… “La máquina del Tiempo” existe y está en Concepción del Uruguay… Promete regresar, en algún lugar, a sus asombrosas proezas… Regresará por sus antiguas glorias… Sólo espera su momento… Sólo espera… Espera…
Llegué al conocimiento de “la máquina” a través del escritor Román Foderé. Para ser totalmente exacto, fue a través de José Eduardo Viera (hoy ingeniero informático radicado en España), con quien fuimos compañeros en el colegio secundario. El Ingeniero Viera es sobrino del escritor y fue quien me ilustró sobre el trasfondo oculto de una de sus obras fundamentales: la novela “Las barbas de Ariel”, publicada en marzo de 1972, horas antes del fallecimiento de Baigorri Velar, cuya vida y obra reelabora literariamente.
La obra aborda la historia del Ingeniero Velar y la de nuestra Argentina en esos momentos. Lo hace de manera en extremo metafórica y hasta casi (justo es reconocerlo) mesiánica. Fue la forma que debió adoptar entonces no sólo la Literatura para sobrevivir a la Dictadura Militar. De ahí, la necesidad del auxilio del entorno familiar del autor para interpretar los “pormenores” insospechados de esta (para su momento) excelente novela. En “Las barbas”, Román Foderé hace de ambos temas una gran causa común. Allí está la clave para desentrañar su argumento. Disculpas… sus argumentos.
Ahora conozcamos a Juan Baigorri Velar, a través del testimonio de su hijo William… en su paso por la “histórica” Concepción del Uruguay… en 1988.
Según lo que se ha podido averiguar, “RB” es el periodista “Renato Brénthelbergt”, del Semanario HOY, y “WBZ” es William Baigorri Zacardo, hijo de Juan Baigorri.
RB: ¿Cómo inventó su padre, el Ing. Juan Baigorri Velar, esta famosa máquina que produce lluvias?
WBZ: “Vea… Por sus relatos sé que eso ocurrió cuando contaba 35 años de edad… Pero para responder a esa pregunta, leeré el relato con que mi padre respondió a la misma cuando se la formularon los periodistas de “Crítica”.
Dice: "En 1926, mientras trabajaba en Bolivia en la búsqueda de minerales utilizando un aparato de mi invención, noté algo curioso. Cuando conectaba el mecanismo y éste se ponía en funcionamiento, se producían lluvias ligeras que me impedían trabajar. Me llamó la atención el fenómeno y consideré que esas pequeñas lluvias podrían ser originadas por la congestión electromagnética que la irradiación de mi máquina producía en la atmósfera”. Los periodistas de “Crítica” apoyaron siempre a mi padre. Ellos fueron los que en 1939 bautizaron a su descubrimiento como “Pluviógeno”… Se entiende… “Padre de la lluvia”. Alguna vez también le escuché decir que fue en la zona de Colonia del Sacramento, en Uruguay… en 1938… que descubrió nuevos aspectos de los efectos de su aparato.
RB: ¿Usted sabe exactamente en que consiste el principio de funcionamiento del “Pluviógeno”?
WBZ: El mecanismo primitivo estaba basado en un magnetómetro, que permitía generar un campo de baja frecuencia, produciendo ondas esféricas que penetran la superficie terrestre, que es para lo que lo usaba mi padre en Bolivia, como él mismo lo indica. El fenómeno de la lluvia es netamente eléctrico. La polarización de las cargas eléctricas es su generadora, efecto que causaba el primitivo equipo. La consecuencia entonces es la lluvia.
RB: ¿Por qué se refiere al “mecanismo primitivo”… al “equipo primitivo”? ¿Hay otros?
WBZ: En realidad, no se trata siempre del mismo dispositivo. Mi padre creó otro, con una batería eléctrica, una combinación de metales radioactivos fortificados mediante el agregado de sustancias químicas y dos antenas, de polo positivo y negativo. El principio de funcionamiento era similar, pero fue incrementando la potencia. Las antenas enviaban al cielo las emisiones electromagnéticas que generaban los metales de la caja con el propósito de provocar congestión atmosférica y producir lluvias. En 1952, sus aparatos contaban con dos circuitos: el “A” provocaba tornados y ciclones, y el “B” causaba lluvia intermitente… O también detenía los vientos, como en Caucete, donde el Zonda no sopló.
A veces, era demasiada la potencia aplicada… Como el 21 de noviembre de 1952 en Córdoba. Hizo llover, pero la tormenta trajo consigo un tornado importante. Tuvo que ajustar el mecanismo, porque se tornaba perjudicial.
RB: Está claro que el invento tuvo primero un objetivo de investigación terrestre y luego, parece que por accidente, se aplicó a producir lluvias…
WBZ: Así fue, exactamente. La prueba está en que, por ejemplo, usando su invento pudo descubrir el meteorito “Mesón de fierro”, en la provincia del Chaco. O determinaba cursos de agua subterráneos, su caudal y profundidad… El caso más claro de esa aplicación es el descubrimiento del “Acuífero Gigante" o ahora conocido como “Acuífero Guaraní”, que… según mi padre… se extiende en el subsuelo de una región inmensa… entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay…
RB: ¿Su padre también intento encontrar petróleo con su aparato en Entre Ríos?
WBZ: En enero de 1929, cuando mi padre tenía 37 o 38 años, aceptó el cargo que le ofreció el Gral. Enrique Mosconi, Director de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), una función relacionada con el estudio del suelo y el hallazgo de petróleo.
En 1961, determino la existencia de petróleo en Entre Ríos… pero a grandes profundidades… a más de mil metros… Por eso sostenía que la mayor riqueza del subsuelo entrerriano es el agua…y recomendó que se ignorara el petróleo.
Mi padre ya había encarado experiencias de búsqueda de petróleo en otras regiones… en especial en la provincia de Buenos Aires... en 1945, pero no fueron buenas experiencias… Ya hablaré luego con más detalle sobre eso…
RB: Así que su actividad lo llevo a trabajar en Buenos Aires… y también a vivir.
WBZ: Había andado bastante por el mundo, pero entonces mi padre decidió instalarse definitivamente en Buenos Aires. Primero fue en el barrio de Caballito. Pero era una zona demasiado húmeda para su gusto y para la conservación de sus instrumentos, y también perjudicial para toda la familia, en especial mi madre, María Armanda Zacardo.
¿Qué podía hacer mi padre? Como buen vasco que era, con un altímetro se tomó el tranvía 2, que hacía el recorrido “Plaza Mayo-Liniers” y calle Rivadavia. Ubicó el punto más alto de Buenos Aires en los cien metros que van del 10.100 al 10.200 de Rivadavia. Y ahí alquiló una nueva casa, en la ochava sudoeste de Ramón L. Falcón y Araujo 105, en Villa Luro.
RB: Su famosa casa…
WBZ: Esa es la casa que él hizo famosa. En el altillo construyó un pequeño laboratorio donde investigaba y practicaba con nuevas versiones de su sistema. Las lluvias de julio de 1938 las produjo desde allí. Y en 1939 ya desde enero causó lluvias. La que más destacó el diario “Crítica” fue la del 3 de enero. Era famoso. Lo llamaban del interior y del extranjero para que hiciera llover donde se necesitaba.
RB: ¿Su padre permaneció siempre en esa casa?
WBZ: No. Nunca quedó en un lugar. No podía hacerlo, porque iba donde se lo necesitaba. Anduvo por el mundo. Durante 12 años recorrió de incógnito la frontera norte de Uruguay, que limita con Brasil. Recorrió casi toda la Argentina. Podría decirse que en cada rincón del país vivió anécdotas y hechos sorprendentes…
Ya le dije de Bolivia, pero además trabajó en México, Paraguay, Perú, Chile. Y por supuesto, en otros continentes… Asia, África, Europa, Norteamérica…
RB: ¿Podría narrar alguna de las muchas anécdotas de su padre?
WBZ: Le comento hechos curiosos ocurridos en Misiones…Fueron en 1965… Desconozco los pormenores de estos encuentros, pero recuerdo que mi padre se refirió a ellos por algún tiempo, al regresar a Buenos Aires… La fama de mi padre era inmensa, por lo que parece que en Misiones fue contactado por emisarios del presidente brasileño Humberto Castelo Branco… En Brasil estaba en sus comienzos la dictadura militar y Castelo Branco necesitaba reactivar el crecimiento económico del país… Por los comentarios que le escuché a mi padre, los brasileños habían ideado algo como un “programa de retiro” para él… “Retiro” con gloria y con mucho dinero… La propuesta que le hicieron consistía en contratarlo para que, en una primera etapa, recorriera Brasil generando lluvias… Si demostraba que su máquina era efectiva, la siguiente etapa sería la de pasar a la fabricación industrial… para abastecer de lluvias a las regiones más necesitadas… especialmente el nordeste… la zona de los famosos “sertões”… De entrada, mi padre simpatizó con la propuesta, aunque no simpatizaba con los militares. Interpretó que no estaba mal que sobre el final de su carrera científica su máquina favorecería al sufrido pueblo de un país hermano... ya que no había logrado respuestas en su propio país… Pero cuando analizó la oferta más en detalle, llegó a la conclusión de que, si aceptaba, su máquina trabajaría al servicio de potencias extranjeras… no de Brasil…
RB: ¿Por qué concluyó eso?
WBZ: Porque João Goulart, el presidente democrático derrocado por el golpe militar de Castelo Branco, era considerado “comunista” por los Estados Unidos, que interrumpió los créditos a Brasil… Cuando Castelo Branco asumió el poder, el gobierno norteamericano le dio apoyo inmediatamente y volvió a conceder préstamos para la reactivación económica… Como contrapartida a esos créditos estadounidenses, Brasil liberó la instalación y funcionamiento de empresas multinacionales y las autorizó a enviar a sus países de origen las ganancias generadas en Brasil… Mi padre interpretó entonces que si su máquina mejoraba la capacidad productiva brasileña, en realidad estaba favoreciendo el enriquecimiento de países cuyo juego político y económico no le agradaba… Mi padre estaba convencido que de esa manera pondría su invento al servicio de quienes habían conspirado desde las sombras y habían apoyado efectivamente el derrocamiento de João Goulart, que contaba con la simpatía popular… La defensa de Goulart respecto del patrimonio público brasileño en detrimento de la ganancia abusiva norteamericana lo llevo a ser víctima del golpe militar… impulsado y apoyado por Estados Unidos. Mi padre nunca podría apoyar esas acciones. Además, descontaba que al fabricar en serie su máquina… ésta pronto pasaría a ser propiedad de algún país poderoso… donde seguramente, a su vez, la mejorarían y la repatentarían… Brasil, como país dependiente, no podía ofrecer protección en ese sentido… Y de allí en más, hasta podrían limitar o impedirle su empleo… Mi padre descontaba que si su invento significaba algo realmente bueno para Brasil… estaba condenado a ser eliminado… por lo que prefirió no ceder sus planos ni derechos… aun a costa de renunciar a un futuro de riqueza y bienestar para él y su familia… Puede parecer esquizofrénico, pero mi padre tenía “principios”… Por lo tanto… resumiendo… esa propuesta brasileña no prosperó.
RB: ¿Cuál fue el otro hecho ocurrido en Misiones?
WBZ: Éste es el más directamente relacionado con mi presencia aquí, en Concepción del Uruguay… Mi padre reiteraba que en Misiones un joven se entusiasmó con su invento… Era un maestro… En realidad, ese muchacho también había nacido aquí, en Concepción del Uruguay… igual que mi padre. Doy el nombre: Román Foderé… Además de docente, era escritor… Le prometió tomar su historia y la de su invento para una novela que comenzó a escribir allí mismo, en Misiones… Ese caso es realmente conmovedor, porque poco antes de que mi padre falleciera, efectivamente Román Foderé lo visitó en el sanatorio para mostrarle la novela terminada… Para entonces, ese autor ya había regresado a Concepción del Uruguay… Su novela se titula “Las barbas de Ariel”… En parte es esa obra la que produjo la reconciliación entre mi padre y yo… porque Román Foderé me incorpora a su historia (al parecer, porque mi padre le comunicó cierta esperanza suya) y me crea el compromiso de continuar el proyecto… En verdad es muy interesante esa novela… Es muy simbólica… Y es el motivo de que yo me encuentre ahora en Concepción del Uruguay para cumplir aquel proyecto… El señor Foderé ya ha fallecido, pero como una vez él cumplió con mi padre ahora debo cumplir yo con ellos.
RB: ¿Cumplir… en qué sentido?
WBZ: Ya le explicaré eso… Hay otra cosa importante relacionada con el señor Foderé… con el invento de mi padre… y relacionada con el general Urquiza… Los hechos fundamentales en este caso ocurrieron hace unos veinte años, en la segunda mitad de la década del 60´. En 1965 mi padre también comenzó a frecuentar Concepción del Uruguay… debido a que solicitaban sus servicios desde la República Oriental del Uruguay, que soportaba intensas sequías… Estando aquí, no pudo con su genio y se interesa por el extraordinario departamento de meteorología existente en el colegio “Justo José de Urquiza” cuyo instrumental es único. Tampoco conozco los pormenores de cómo se dieron las cosas, pero alguien deslizó un comentario y terminaron relacionando el tema del laboratorio de meteorología del colegio con los efectos del invento de mi padre… con el general Urquiza y hasta con ciertos túneles que supuestamente existen debajo del colegio, que parece que se comunican con la basílica de la “Inmaculada Concepción”…
RB: Disculpe… Hasta ahora no interpreto su respuesta… ¿Cuál es la relación entre eso y usted?
WBZ: Mi padre había entrado en una etapa de gran depresión en esos años… pero pareció resurgir de sus cenizas luego de su paso por Concepción del Uruguay en 1965… Ahí comenzó un plan que yo debo contribuir a desarrollar… Para eso estoy aquí… ahora. Eso es lo que debo cumplir…
RB: ¿En qué consiste ese plan?
WBZ: No lo conozco en detalle… Solamente sé que ahora debo entregar la máquina de mi padre… perfeccionada por mí… a alguien en esta ciudad… relacionado con el colegio… y con la figura de Urquiza… Supongo que esa persona conoce cómo continúa este plan… Sólo sé que hay un importante grupo de artistas, investigadores, docentes… y algunas autoridades… trabajando en favor de este plan… en estricto secreto.
RB: Entonces… seguramente no puede decir nombres…
WBZ: Sinceramente… los desconozco.
RB: ¿A quién debe entregar el invento?
WBZ: No puedo revelarlo… Pero usted es periodista… No le será difícil averiguarlo o deducirlo por los hechos que acontezcan de aquí en más, a partir de que el aparato quede en poder de esta persona… Para que no crea que me resisto a ayudarlo, le diré lo poco que sé…
El plan comenzó en 1965, como ya dije… Desde entonces se iniciaron ciertas acciones, de las que no conozco exactamente su evolución… Sé que el plan está relacionado con la construcción del mausoleo del general Urquiza, en 1967, en la basílica de la “Inmaculada Concepción”… Allí tuvo mucha importancia el señor Román Foderé, dada su relación con el Presidente “de facto” Juan Carlos Onganía… a quien conocía previamente, por haber sido su secretario… A través de Foderé se gestionaron algunos aspectos del proyecto del mausoleo… que también se relacionan con el plan en torno al invento de mi padre… Parece que el Presidente Onganía también llegó a proponer ciertos usos “militares” para el invento… Esto causó una serie de discrepancias por parte del resto de los involucrados en el plan… Es sabido que mi padre siempre quiso que su invento fuera utilizado en beneficio de su país… Sé que en esos días de 1967 se generó un gran debate entre quienes se estaban involucrando en el plan… Mi padre prefirió tomar distancia y hasta fines de ese año trabajó con su máquina en Chile… Creo que al fin… todo se estancó…
RB: Entonces… ¿por qué está usted aquí?
WBZ: Claro… no me estoy explicando bien… Todo se estancó… como plan grupal… Pero, por lo que yo sé de quienes participaban… cada uno continuó en forma individual… Román Foderé siguió apostando a la literatura y terminó “Las barbas de Ariel”… Cumplió con mi padre y se lo presentó antes de que falleciera… Mi padre no perdió las esperanzas de que su invento fuera puesto verdaderamente al servicio del país… y me transmitió ese compromiso… en complicidad con Foderé… Evidentemente… también quienes estaban relacionados aquí en la ciudad continuaron con sus acciones… en contacto con Foderé y con mi padre… La prueba clara está en que ahora tengo esta misión de entregar aquí el invento mejorado… Confío en que a usted, como periodista que vive en la ciudad, no le será difícil reunir más piezas del plan… Investigue en relación a quienes participaron en el proyecto de construcción del mausoleo del general Urquiza… ¡Ése es el comienzo del ovillo!…
RB: Tenga la seguridad de que lo intentaremos…
WBZ: De todo corazón… le deseo éxito… Porque además espero conocer el desenlace de esta larga ilusión de mi padre… Él fue siempre muy golpeado… muy maltratado, especialmente por el poder político… sólo porque intentaba dar lo mejor de sí a su país… Para los poderosos el juego siempre consistió en “esperar”… dejar pasar el tiempo… sabiendo que el tiempo corre a su favor…sabiendo que los hombres mueren… como ocurrió con mi padre… Pero no siempre los proyectos mueren con las personas… en especial cuando son proyectos nobles… desinteresados… como en este caso… También le ocurrió a mi padre que siempre tuvo el apoyo de la gente sencilla, de su barrio, de las provincias… Ellos lo impulsaron a seguir… ¡Por eso quiero que sepan quienes están tras esto ahora… que les auguro el mayor éxito… y que estaré siempre a su disposición… por la memoria de mi padre!
RB: Volviendo a él… ¿su padre recorría el país siempre dedicado a la producción de lluvias o también seguía con la exploración del subsuelo?
WBZ: Apuntaba tanto a la lluvia como a la exploración del subsuelo. En 1945, Alfredo Cernadas, un amigo suyo y propietario de la estancia “La Delia” lo invitó a hacer cateos en la provincia de Buenos Aires, para localizar recursos petrolíferos. Recorrió e hizo cateos en Mar del Plata, Balcarce, Tandil, Lobería, todo el sur de la provincia. Fueron 112 cateos. De acuerdo con el Código de Minas, se necesitaba la autorización del Gobierno de la Provincia para explotar esos lugares. Así que mi padre presentó los expedientes de sus exploraciones para gestionar la autorización, cumplió los requisitos exigidos, presentó formularios, abonó impuestos… pero nunca consiguió la autorización. Es más: las zonas exploradas por él fueron declaradas “zonas fiscales de reserva” para luego ser explotadas por personajes en el poder. En ese caso fueron los militares quienes lo perjudicaron.
RB: ¿Durante los períodos democráticos, su padre recibió mayor consideración?
WBZ: Con el gobierno de Perón, a fines de 1951, el ingeniero Raúl Mendé se hace cargo del Ministerio de Asuntos Técnicos y nombran a mi padre asesor técnico del Ministerio, con expresa indicación de fijarle un sueldo. Como mi padre interpreta que eso involucraría la cesión de sus experiencias al Estado, prefiere trabajar “ad-honoren”.
RB: ¿En qué consistía su actividad como “asesor “, en ese período?
WBZ: En enero de 1952 lo destinan a Caucete, San Juan, que ya mencioné. Hacía ocho años que no llovía. Allí provoca tres lluvias, la última es de 31 milímetros.
Ese mismo año lo mandan a Córdoba en dos oportunidades, para terminar con una sequía que asolaba varios puntos de la provincia. El 21 de noviembre, como también aclaré, produjo una precipitación de 81 milímetros pero además provocó un tornado con consecuencias que él siempre lamentó. Al mes siguiente, ocasiona dos lluvias en fechas 28 y 29, la última de 51 milímetros, dejando el dique San Roque con más de 35 metros de agua. Para estas lluvias estuvo siempre avalado por la Secretaría de Aeronáutica. En enero de 1953 viaja a La Pampa, que venía padeciendo también los rigores de una sequía. Los resultados son muy favorables, ya que consigue lluvias que suman 2.160 milímetros en todo el perímetro de esa provincia… Todos estos servicios fueron siempre ad-honorem.
RB: ¿Qué postura tomó el Gobierno Nacional frente el aparato de hacer llover?
WBZ: Ante el ofrecimiento de mi padre para brindar sus servicios ad-honorem haciendo llover donde fuera requerido no tuvo una respuesta directa, formal. Y cuando mi padre insistió en el ofrecimiento y reclamó una respuesta, el Subsecretario de Asuntos Técnicos, Tomás Vottero, le envió una nota informándole que para decidir en su caso debía presentarle el informe detallado de las bases técnicas-científicas del aparato. Demás está decir que mi padre nunca presentó ese informe, porque sabía que el objetivo era robarle el invento. Mi padre sufrió muchos desaires, a pesar de que lo único que pretendió siempre fue ayudar. También se sintió humillado y traicionado en el caso del descubrimiento de “Mesón de fierro”.
RB: ¿Cómo fue ese incidente?
WBZ: Mesón de Fierro es un famoso meteorito caído hace unos 4.000 años en el límite entre el Chaco Austral y el Chaco Santiagueño. Estaba perdido desde el año 1793. Por eso la provincia de Santiago del Estero estimuló la búsqueda, acordando para el que volviera a descubrirlo un premio de 2.000 pesos fuertes y diez leguas de tierra. Así está establecido por una ley de 1873. Para obtener el premio y tener derecho a elegir las tierras ganadas, el descubridor debía entregar al gobierno de la provincia una muestra del hierro y un itinerario exacto que condujera al punto en el que se encuentra. En 64 años nadie lo había encontrado. Pero mi padre con sus aparatos lo encontró. El diario “La Nación”, en su edición del 27 de diciembre de 1936, reproduce un reportaje hecho al Ing. Miatello, en el que reconoce el descubrimiento hecho por mi padre. “Baigorri descubrió el Mesón de Fierro, famoso meteorito caído en el límite entre el Chaco Austral y el Chaco Santiagueño”, dice el diario.
RB: ¿Por qué para su padre ésta fue una tan mala experiencia?
WBZ: Porque luego del hallazgo mi padre se presentó ante el gobernador, Dr. Pío Montenegro, a fines de 1937, denunciando haber descubierto el Mesón de Fierro y reclamando que se le entregara el premio instituido por ley. Lo cierto es que en esos días la legislatura provincial, en apresurada sesión, dictó la ley Nº 1455 y fue promulgada el 17 de Diciembre de 1937. El artículo 1º dice: “Derógase la ley de fecha 30 de Enero de 1873 que acordaba un premio al que descubriese el Mesón de Fierro, existente en el Chaco. Art. 2º Comuníquese al Poder Ejecutivo, etc”. Así que mi padre nunca tuvo su premio.
RB: ¿Qué hizo entonces?
WBZ: Como se le negó el premio que legítimamente le correspondía por su descubrimiento del meteorito, mi padre volvió al sitio donde lo descubrió enterrado debajo de un árbol y luego de haber extendido encima una capa de material aislante que impide su búsqueda con aparatos creados para tal fin, lo volvió a cubrir con tierra y lo dejó donde estaba. Pero él durante toda su vida recordó el lugar donde se encuentra el meteorito. Y dejó esa información a una amiga, para que ella la difundiera si lo consideraba oportuno, luego del fallecimiento de mi padre.
RB: ¿Usted vio alguna vez que su padre hubiera realizado planos de su aparato?
WBZ: Una vez, él afirmó haber destruido los planos. Pero yo no puedo decir que los haya visto. Jamás patentó su invento, porque no quería informar el modo exacto de su funcionamiento, dado que lo acechaban numerosas mafias. Pero nunca dudó en poner su máquina al servicio de quienes la necesitaron, en cualquier lugar del mundo.
RB: Se dice que desde el exterior se le ofreció mucho dinero por su invento…
WBV: Los ingleses se interesaron. Del diario “The Times” solicitaron una entrevista, por intermedio del ingeniero Miatello. Mi padre se las otorgó… En otro momento se negó a vender su invento a un ingeniero norteamericano, que le ofreció una fortuna en dólares por la “máquina de hacer llover”...Dicen que le contestó que era argentino y quería que su invento beneficiara en primer lugar a su país. No estaba dispuesto a vender la fórmula ni por todo el oro del mundo si sus compatriotas no se beneficiaban.
RB: En sus últimos años… ¿siguió usando la máquina en casos especiales?
WBZ: Mi padre se sintió muy decepcionado por lo que interpretó como incomprensión oficial y decidió dejar de usar su invento. Ya se lo dije antes: en la década del 60´ mi padre atravesó una gran depresión… Por más de diez años se encerró y se dedicó a leer. En 1965, llegó hasta nuestra casa de Villa Luro el agregado comercial de la República Oriental del Uruguay ante el Gobierno argentino, Guillermo Stewart Vargas. Su país estaba soportando largo tiempo de seca. Entonces fue que salió y viajó al Uruguay… lo que por razones de tránsito motivó su regreso a Concepción del Uruguay, y finalmente un nuevo período de esperanza por el apoyo de los concepcioneros, que luego se frustró porque los habitantes de esta ciudad no lo respaldaron… Como en noviembre de 1967 Chile también soportó una cruel sequía que devastó campos y diezmó su ganadería, la cancillería chilena solicitó los servicios de mi padre con sus aparatos de física. Mi padre fue, por supuesto. De paso se distraía de una polémica que no le interesaba… Después, cuando él ya se hallaba enfermo y presentía su fallecimiento… aparece el señor Román Foderé... y es como que mi padre reencausa sus esperanzas…
RB: ¿Es entonces que usted asume el destino del aparato?
WBZ: Sí… Como dije, fueron varios modelos. El primitivo quedó superado. Tengo entendido que mi padre se deshizo de él. Algunos dicen haberlo visto en talleres o desarmaderos de Villa Luro. La Nueva versión es bastante superior… Mucho se ha hablado de una supuesta pelea mía con mi padre, de un enfrentamiento con él. Es verdad que discutimos, debido a que yo no toleraba que fuera manoseado y burlado tan groseramente por los funcionarios. Por eso nos distanciamos. Falleció mi madre y yo ya no seguí en la casa. Al quedar solo, mi padre la vendió y se fue a vivir en un departamento prestado por un amigo. Pero pocas horas antes de su muerte, este amigo me avisó… Cuando ya estaba en el hospital con sus problemas de bronquios, yo fui a visitarlo… Con él estaban muy pocas personas… Allí conocí al escritor de aquí, de Entre Ríos, que había viajado especialmente a ver a mi padre y a mostrarle su libro terminado. Yo decidí también comprometerme con la continuidad del plan.
Y en esos momentos, nos reconciliamos. Él me encomendó dos tareas. Debí prometerle que continuaría mejorando su invento, “la máquina de hacer llover”, y que cuando la hubiera mejorado lo suficiente como para que fuera operativa en el siglo XXI la traería a Concepción del Uruguay y la legaría a su tierra, para beneficio de esta provincia que amó… Fue su última voluntad…Con ella estoy cumpliendo.
RB: ¿Usted provocó la lluvia durante su sepelio?
WBZ: Sí. Se lo merecía. Dedicó su vida a su familia, a su invento y a su patria. Corresponden ciertos reconocimientos.
RB: ¿Qué harán con el invento de su padre en Concepción del Uruguay?
WBZ: Me simpatiza que continúen considerándolo “el invento de mi padre”, el gran Juan Baigorri Velar,… pero tiene numerosas variantes respecto del construido originalmente por él; variantes en todo sentido. Su potencia actual es aritméticamente superior. La variedad de los fenómenos que produce es amplísima (incluso puede causar múltiples fenómenos simultáneos en diversas regiones), el tamaño del dispositivo permite portarlo en un bolsillo normal (de hecho, es éste que usted observa aquí en mi mano). Pero la verdadera novedad es que también posee, con igual efectividad, las funciones opuestas a todos los fenómenos mencionados. Posee una clave de habilitación que por el momento sólo yo conozco y, finalmente, le he incorporado una opción que puede parecer terrible… Es un comando de autoaniquilación total y definitiva… Dejaré el dispositivo en poder de una persona de Concepción del Uruguay, según el expreso pedido de mi padre y la indicación de quienes participan del plan… Ella será, de allí en más, quien responda por su uso”.
Acá termina el artículo y en el final queda claro que muchas veces podrías haber usado la máquina para evitar algunas sequías criminales que han causado terribles estragos. No puedo juzgar las razones por las que nunca la usaste. Pero te hago la consulta anunciada: ahora que las lluvias no cesan en nuestra región y están desapareciendo ciudades y pueblos en Paraguay, Brasil, Uruguay, Argentina y especialmente en nuestra Entre Ríos arrasados por los (valga la redundancia) ríos desbordados que nos encierran y por los tornados; ahora que están muriendo ahogados y de hambre millares de cabezas de ganado; ahora que se están perdiendo las cosechas; ahora: ¿por qué no usás para salvarnos esta nueva función que sabemos que tiene la máquina del tiempo, ésa que está en el final de la declaración de WBZ? ¿No te inspira la claridad de ideas del “gran Baigorri Velar” para socorrernos? Pensalo tranquilo. La ciencia y muchas vidas, como siempre, esperan tu respuesta de buen científico.
ROMÁN
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