Lo que el procurador procura ocultar

El jefe de los fiscales de la provincia mintió públicamente sobre su relación con Badano –situación que le costó la renuncia al ex secretario de Justicia de Entre Ríos– pero sus fotos familiares publicadas en las redes sociales lo desmienten.

Por MARTÍN BARRAL

Esta notita breve es sobre una foto. Una foto que, como reza el dicho popular, “vale por mil palabras”. Una foto que muestra la mentira de un funcionario público.

Pero antes quiero pedir, a quien se encuentre leyendo, que me excuse: es la primera vez que escribo una nota en primera persona. Como comprenderá al leerla, no hay otro modo de presentar esta foto.

Lo que explica la foto y lo que voy a contar influye –inevitablemente– en su vida, amigo lector, amiga lectora, de una u otra manera.

Se trata de una pelea que asumimos en la Justicia contra el procurador general de la provincia, Jorge Amílcar Luciano García, (a) Coque. El jefe de todos los fiscales de la justicia entrerriana. Es decir, de quienes tienen la obligación de investigar y reunir pruebas para acusar a quienes delinquen, o se presume que lo hacen.

Esa pelea no es un capricho. Tal como está diseñado el nuevo Código Procesal Penal y otras leyes complementarias, este funcionario concentra una enorme cuota de poder en sí mismo. Casi todos los que trabajan en el Poder Judicial responden a él, de una manera u otra. Esto es un inmenso problema, muy difícil de dimensionar. A modo de ejemplo, este funcionario nombra, hace nombrar o ascender a otros funcionarios judiciales, indica lo que deben hacer los fiscales a su cargo o 'sugiere' sentencias a jueces (que muchas veces están ejerciendo sus cargos en forma precaria, sin estabilidad, con el riesgo de dejar de percibir semejantes sueldos).

Este funcionario está íntimamente ligado al poder político. Un episodio público, a la vista de toda la comunidad entrerriana, lo demostró de manera brutal. Para quienes no están familiarizados con el sistema judicial, es necesario explicar brevemente que la Cámara de Casación es el órgano que revisa los fallos de los juzgados de primera instancia. Una de las vocales que integra esa Cámara es Marcela Badano. Badano es la actual pareja de García. Es decir, ella decide la suerte de los adversarios de su pareja. ¿Se entiende? Una barbaridad.

Una barbaridad que podría haberse evitado. Cuando Badano era postulante a ese cargo, el secretario de Justicia del gobierno provincial anterior (Rubén Virué) se atrevió a preguntarle a la aspirante al cargo por su relación con García (ver aquí). ¿El resultado? Virué fue ‘renunciado’. Y Badano, confirmada en el cargo. Una muestra de la lubricada relación entre García y el poder político (ver aquí).

He ahí una clara explicación de contra quién estamos dando batalla. Para decirlo de un modo futbolero: es como salir a jugarle a un equipo cuyo presidente nombra al árbitro, a los líneas, pone la pelota y es amigo del presidente de la Liga. Y de visitante.

Hace algo más de un año, después de un par de casos publicados por el periodista y sargento primero de la Policía Pablo Bianchi (Legajo Personal N° 20.254) en su sitio 03442, el periodista Hugo Barreto llamó a García para entrevistarlo en su programa radial por esos temas. Hugo le preguntó al procurador sobre esa cuestión en particular. Y, en vivo por Radio 9, García mintió negando su relación con Badano.

Como nosotros tenemos documentada esa afinidad entre ambos, pedimos la recusación de la magistrada, pero nadie se anima a decidir aún: siguen esperando qué pasa entre García y el gobierno de Bordet, si ante los cuestionamientos lo “ascienden” para protegerlo nombrándolo vocal del Superior Tribunal de Justicia (como se comenta en ámbitos políticos y judiciales generalmente bien informados).

Por eso creo que en este momento es imprescindible hacer pública esta foto. Esta foto es de un cumpleaños en el restaurante de "El Faro", en Concepción del Uruguay; y, aunque está un poco fuera de foco, se puede distinguir con claridad a García y a Badano (con quien negó tener relación). Las otras personas fueron protegidas con fajas negras porque no tienen vinculación con estas cuestiones. La foto es pública, está en Facebook e Instagram.

La foto evidencia la mentira del procurador, y es necesario que toda la provincia vea esta escena de su vida privada porque en ella queda clara –una vez más– la deshonestidad de este funcionario, con el que nuestra suerte está echada según su simpatía o no hacia nosotros o hacia algo que hayamos hecho o dejado de hacer, puesto que, de esta manera, es en vano esperar obtener justicia.

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