¿Cómo nos encuentra el día del trabajador en el año 2018? Nos encuentra en un contexto de
política económica de corte neoliberal, con una enorme transferencia de recursos a la clase alta en
disimuladas medidas, y otras no tanto, como la reducción de impuestos.
Por ANALÍA HERNÁNDEZ (*)
NÚMEROS Y ESTADÍSTICAS
Más de seis, de cada diez chicos, son estructuralmente pobres en la Argentina. Esto quiere decir
que actualmente hay 7.930.000 niños de hasta 17 años en esa situación en todo el país, según
datos de la Universidad Católica Argentina (UCA).Esta radiografía surge del denominado índice
multidimensional (que mide la pobreza por dimensiones o derechos, y no por ingresos) que
elabora el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, coordinado por Agustín Salvia, y la especialista Ianina Tuñón.
Nosotras, las mujeres en edad activa, participamos menos del mercado laboral que los varones y
le dedicamos menos horas. Por ejemplo, entre los 30-44 años de edad, período que suele coincidir
con la conformación de una familia, la tasa de participación femenina es 30 puntos porcentuales
menor que la de los varones. A su vez ellas tendrían jornadas más reducidas, de alrededor de 6 y
medias y ellos de 9 horas, entre ocupación principal y secundaria. Actualmente estamos ausentes
en la mesa de negociación. No estamos en ningún lado del mostrador.
EL PUEBLO Y EL TRABAJO
Este 1 de mayo nos encuentra en situación de precarización, tendencia de los últimos 25 años
que se intensifica con este modelo económico. Venimos de un modelo basado en el consumo
interno, incremento de la planta estatal para mayor competencia remunerativa con el ámbito
privado, subsidios en los servicios básicos y paritarias garantizadas que competían con los
números inflacionarios mano a mano.
Actualmente están divididos los dirigentes de las centrales sindicales, con el deterioro de la
imagen del trabajador estatal como sinónimo de parásito. Esto incluye al docente y a los
servidores públicos. Una figura repetida, como Domingo Cavallo, jugando desde las sombras, y
cada gremio dando su propia pelea. Una situación legitimada por la sociedad en general con
carencia de conciencia de clase en los trabajadores y trabajadoras.
En ese camino de ponerle nombres a los procesos se escapan fotografías de la vida cotidiana. En
que se traducen esas cifras del primer párrafo. El Estado no está garantizando los servicios básicos
como luz, agua y gas.
Vanina cuenta que cambió la salida semanal a comer por comprar ofertas de carnes congeladas. Una compañera de trabajo toma colectivo, antes remis. La vecina deja el auto y se va caminando al colegio. El vecino lava el auto en la vereda, ya no en el lavadero. Algunos de mis alumnos cambiaron el alfajor por pan y otros por nada. Una alumna camina con la suela transparentes y me dice somos 8, vendí las que me compraron para la merienda de mis hermanos. En casa hacemos meren-cena, es una oportunidad para reducir una comida al día y se redujo horas de la niñera.
Ningunos de estos casos son tremendos, hay quienes nunca salieron a cenar pero, quienes
nunca tuvieron ese acceso, hoy se están quedando debajo de la mesa.
El tiempo se va hacia otro lado. En caminar hasta el trabajo, en sumar changas, o peor, en salir a
buscarlo porque ya no está. La sensación que le pasa al cuerpo cuando, de un día para el otro, el
despertador no suena, porque simplemente ya no debes ir a trabajar, es intransferible en
palabras. En definitiva el neoliberalismo genera hambre, polaridad, y nos quita los espacios de ocio
y placer.
Es una obligación autoimpuesta de quien escribe cerrar esta nota con mirada esperanzadora. El
estado de cosas es mutable y cambiar es posible. Pero nada se hace desde la individualidad y
toda transformación es colectiva, siempre puede salvarnos la sensibilidad, la empatía entre
quienes componemos la mayor parte que nos denominamos pueblo.
(*) Comunicadora social. Docente. Militante social y de género. Integrante de “El Miércoles Comunicación y Cultura. Cooperativa de Trabajo Ltda”.
Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectoresSumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. |