Una investigación de Oxfam muestra que el puñado de personas con más poder económico producen infinitamente más gases de efecto invernadero que los ciudadanos comunes. A la riqueza concentrada se suma otra desigualdad: cómo dañan al Planeta. Las inversiones de algunos de esos multimillonarios contaminan más que toda la Argentina. El caso de los Rocca.
Algunos realizan viajes privados al Espacio. Otros cruzan los mares con embarcaciones que parecen mansiones flotantes. Muchos dejan que sus empresas lancen todo tipo de contaminantes hacia el aire, el suelo y el mar. Mientras miles de millones no conocen de esos "privilegios" y sólo padecen sus consecuencias. Un informe presentado por la organización benéfica británica Oxfam denuncia que el puñado de personas más ricas del Mundo contamina el medioambiente en un volumen descomunalmente mayor que el resto de la Humanidad. En el análisis detallado de las inversiones de 125 de los multimillonarios con las mayores fortunas del Planeta -poseedores de 2,4 billones de dólares en 183 empresas-, se concluye que, a diferencia de la población promedio, las inversiones de las personas más ricas representan hasta el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los mismos que están produciendo una hecatombe climática sin precedentes.
Según el informe de Oxfam, las inversiones de estos multimillonarios "producen un promedio anual de 3 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) por persona", lo que supone un millón de veces más que el promedio de 2,76 toneladas de CO2 de quienes viven en el 90% inferior de la base piramidal socioeconómica. Es más, un estudio anterior de esta organización desnudó que “el 1 % más rico de la Humanidad es responsable del doble de las emisiones que producen el 50 % más pobre".
En la lista que elaboró esta ONG de prestigio internacional aparece una corporación con base en la Argentina: Se trata del grupo Techint, encabezada por el empresario Paolo Rocca. En el informe se analiza su participación accionaria en las diversas compañías y el cálculo de emisiones de gases efecto invernadero de cada una de esas firmas. Así Oxfam llegó a la conclusión que la familia Rocca (a través de su participación Tecpetrol, Tenaris y Ternium), emiten anualmente casi 9 millones de toneladas de dióxido de carbono. Con esa cifra supera ampliamente las emisiones de otros megamillonarios como el mexicano Carlos Slim (7 millones de toneladas), Warren Buffett (3,5 millones); Bill Gates (4,8 millones), y hasta las del hombre más rico del mundo, Elon Musk (79 mil toneladas).
Nafkote Dabi, responsable de cambio climático en Oxfam, afirmó que "las emisiones del estilo de vida de los multimillonarios, sus jets privados y sus yates son ya miles de veces superiores a las del ciudadano promedio. Pero si consideramos las de sus inversiones, sus emisiones de carbono son más de un millón de veces superiores".
Para dimensionar lo que esto represente sólo falta un ejemplo: "El conjunto de estos pocos multimillonarios tiene ‘emisiones de inversiones’ que equivalen a las huellas de carbono de países enteros como Francia, Egipto o Argentina”, señala Dabi. Y agrega: "La gran y creciente responsabilidad de los millonarios en las emisiones globales rara vez se discute o se tiene en cuenta en la elaboración de la política climática. Esto tiene que cambiar. Estos inversores multimillonarios de la cúspide de la pirámide empresarial tienen una enorme responsabilidad en el deterioro del clima. No han rendido cuentas durante demasiado tiempo".
El estudio también reveló que los multimillonarios tenían una media del 14% de sus inversiones en industrias contaminantes como la energía y materiales como el cemento. De todos los casos estudiados, sólo un multimillonario tenía inversiones en una empresa de energías renovables. "Necesitamos que la COP27 -cuya Cumbre se está desarrollando en Egipto- saque a la luz y cambie el papel que desempeñan las grandes empresas y sus inversores millonarios a la hora de beneficiarse de la contaminación que está provocando la crisis climática mundial", afirma Dabi.
Oxfam señala también que las inversiones de los multimillonarios en industrias contaminantes como los combustibles fósiles y el cemento duplican el promedio del grupo de 500 empresas del índice Standard and Poor. El informe llamado "Billonarios de carbono: las emisiones de inversión de las personas más ricas del mundo", concluye que el volumen real de la contaminación "podría ser incluso mayor debido a que los datos que las grandes empresas publican sobre sus emisiones de carbono subestiman sistemáticamente el verdadero nivel de su huella de carbono; y los multimillonarios y las grandes empresas que no revelan públicamente su nivel de emisiones (por lo que no se han podido incluir en el estudio) seguramente sean quienes tengan mayor impacto climático".
“No podemos permitir que se escondan o intenten lavar su imagen haciendo greenwash. Los Gobiernos tienen que abordar esta situación de manera urgente haciendo públicas las cifras de las emisiones de las personas más ricas, regulando a los inversores y a las grandes empresas para reducir drásticamente las emisiones de carbono y aplicando impuestos a los más ricos y a las inversiones contaminantes”, explica Dabi.
Si los multimillonarios de la muestra redirigieran sus inversiones a fondos con mayores estándares sociales y medioambientales, podrían reducirse sus emisiones hasta cuatro veces.
“Los superricos deben pagar impuestos y atender a regulaciones que les alejen de inversiones contaminantes que destruyen el planeta. Los Gobiernos deben también elaborar normas y políticas ambiciosas que obliguen a las empresas a rendir cuentas y ser más transparentes a la hora de publicar y reducir drásticamente sus emisiones”, afirma Dabi.
Según Oxfam, "los Gobiernos deberían imponer gravámenes a los más ricos y aplicar una marcada subida de impuestos en las inversiones en industrias contaminantes. Esto reduciría las cifras y el poder de las personas más ricas en nuestra sociedad y supondría una drástica reducción de sus emisiones. También permitiría recaudar miles de millones que se podrían destinar a países brutalmente afectados por la crisis climática y por pérdidas y daños, financiando un cambio de rumbo hacia energías renovables".
Si bien el planteo no se basa sólo en la cuestión económica sino que avanza sobre los daños medioambientales, también se remarca que según estimaciones de CEPAL para América Latina, hacia 2050, el costo económico del cambio climático en la región representará entre el 1,5% y el 5% del Producto Bruto Interno (PBI) regional. Y todo ese daño colectivo por una contaminación concentrada en pocas y ambiciosas manos que privilegian su propia fortuna por sobre la del resto de la Humanidad.
(*) Texto publicado en Mundo News. (Se reproduce por gentileza de su autor).
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