EEUU derribó en pocos días 4 artefactos (tres de ellos sin identificar) que sobrevolaron el espacio aéreo de su país y de Canadá. El primero fue un globo chino que encendió la mecha.
Por GABRIEL MICHI (*)
En una película de la vida real que nadie imagina el final, la atención del Mundo se depositó en una serie de episodios extraños que en los últimos días pusieron en vilo a las dos principales potencias: EE.UU. y China.
Todo comenzó con la detección de un globo de grandes dimensiones que transitó todo el espacio aéreo de Estados Unidos, de oeste a este, atravesando lugares muy sensibles para su defensa, y que terminó con el derribo del artefacto frente a las costas de Carolina del Sur. Y siguió con la aparición y el abatimiento de otros tres "OVNIs", sobre territorio de EE.UU y Canadá.
La definición de "OVNI" (Objeto Volador No Identificado) surge porque las autoridades aún hoy no han podido calificar de qué tipo de dispositivos se trata. En el medio explotó una enorme disputa entre las potencias por la sospecha y la acusación de que se tratarían de elementos de espionaje, algo que China niega rotundamente.
El cuarto objeto fue derribado por un avión estadounidense sobre el lago Huron, en la zona de los Grandes Lagos, en la frontera norte con Canadá, el domingo 12 de febrero. El “objeto no identificado” tenía una forma octogonal y circulaba a 6.000 metros de altura, lo que constituía un verdadero peligro para los vuelos comerciales. El derribo fue ordenado por el propio presidente Joe Biden quien dijo estar preocupado por la "cadena de intromisiones" sobre el espacio aéreo de los EE.UU detectada en los últimos días. Algo similar sostuvo su par canadiense Justin Trudeau.
Ese último capítulo fue precedido por otros tres: el del propio globo chino derribado el 4 de febrero y los otros dos, un "OVNI" detectado y derribado en la zona de Deadhorse, en Alaska, el viernes 10 de febrero y un extraño cilindro que corrió la misma suerte pero que a diferencia de los demás fue abatido sobre territorio de Canadá, específicamente en la región de Yukon, bien al norte del país. Eso ocurrió el sábado 11 de febrero.
Cuando le preguntaron a Glen VanHerck, jefe del Comando de Defensa Aeroespacial de EE.UU. sobre si existía alguna hipótesis acerca de la posibilidad de que esos objetos no identificados pudiesen ser naves espaciales extraterrestres, el alto militar se puso enigmático: "No he descartado nada en este momento". Y continuó, en la misma línea: “Dejaré que la comunidad de inteligencia y la comunidad de contrainteligencia lo averigüen. Los llamamos objetos, no globos, por algo”.
Frente a esa situación, las autoridades estadounidenses y canadienses restringieron parte del espacio aéreo en las áreas donde detectaron los objetos hasta que fueron derribados por los misiles disparados por los aviones caza F-22. Ahora están intentando recuperar los restos para analizar -como de hecho lo vienen haciendo- de qué tipo de objetos se trata, qué tipos de capacidades reúnen y cómo es que logran su desplazamiento. Los últimos tres objetos eran mucho más pequeños en tamaño que el globo que cayó en el Océano Atlántico, además de tener apariencias diferentes y volar a menos altitud. Por eso es que no los consideran del mismo tipo ni los emparentan con la flota de globos de supuesta "vigilancia aérea" con las que, según el Pentágono, China obtendría información en más de 40 países. Es más, en los últimos días en varios países de América Latina, como Uruguay, aparecieron denuncias de presencia de artefactos similares.
Desde China no sólo repudiaron la decisión de EE.UU de derribar su globo sino que anunciaron que va a haber represalias. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China señaló que el artefacto abatido el 4 de febrero era una aeronave meteorológica civil que se había desviado de su curso.
A la vez que señalaron que durante 2022 hubo más de una docena de dispositivos similares que Occidente hizo volar sobre su territorio y que a ellos jamás se les cruzó por la cabeza derribarlos. Hasta el momento el gobierno chino no ha hecho mención a los otros tres "OVNIs" que fueron destruidos.
Tiene lógica porque aún EE.UU, al no haber podido identificar esos aparatos, tampoco acusó abiertamente al gigante asiático por ellos.
Lo concreto es que hoy hay demasiadas preguntas sin responder. Mientras que los "OVNIs" sigan siendo eso, es decir, Objetos Voladores No Identificados, será difícil encontrar una resolución a esos enigmas. Pero, mientras tanto, el clima de tensión crece. Y ocurre, nada más y nada menos, que entre las dos más grandes potencias del Mundo. Mientras el misterio de los "OVNIs" de la discordia sigue en el aire.
(*) Artículo publicado en Mundo News. Se reproduce por gentileza de su autor.
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