En una medida de protesta por la competencia desleal que ejercen los cuatro frigoríficos de pescado habilitados para operar en Entre Ríos, trabajadores artesanales de Victoria regalaron tarariras en la bajada del puerto local.
La medida se llevó adelante porque las procesadoras radicadas en la provincia acuerdan fijar el precio de la mercadería a la baja, a la par que una resolución oficial no se les permite vender a otras empresas de afuera. Por el mismo producto, las firmas pagan en Santa Fe el kilo de sábalo a $1.050 y acá lo hacen a $600, contó el representante legal de los agrupados a ERA Verde. Sin respuestas desde el Ministerio de Desarrollo Económico, a cargo de Guillermo Bernaudo, ahora pedirán un encuentro con el gobernador Rogelio Frigerio.
“Se llega a esto porque ya el manoseo que hay sobre el sector es tremendo”, comenta el abogado de los pescadores autoconvocados, Martín Cudini, sobre la medida de protesta llevada adelante este sábado 15 de junio por pescadores artesanales en la bajada del puerto de Victoria. Los artesanales llegaron a esta instancia luego de plantear a las autoridades las distorsiones ejercidas por la posición dominante que ejercen en los precios que pagan las factorías radicas en Entre Ríos. Epuyen SA. También Curimba SA, River Fish SRL y Lyon City SA, procesadoras y exportadoras de pescados actuando cartel, establecen un precio notoriamente menor a los que se paga fuera de la provincia, aprovechándose que sus competidores no pueden ingresar para comprar materia prima. Así, en los hechos, en la provincia de Santa Fe el kilo de sábalo se paga $1.050 y los mismos frigoríficos en las costas entrerrianas pagan por igual producto $600 pesos. “Y el cansancio llegó a la gente”, explicó Cudini.
El problema emergió hace una semana aproximadamente, cuando las empresas “comenzaron pidiendo tarucha (tararita) con un peso de 1,300 Kg. para arriba. Los pescadores no tienen problema seleccionar y elegir, pero bajaron a mitad de precio el kilogramo, a 300 pesos”, narró el representante legal de los trabajadores del río. Luego, los frigoríficos plantearon que iban a tomar un porcentaje de la tarucha sobre lo ofrecido por los sábalos y “la verdad, hubo gente que comenzó a tirar pescado, por lo que se decidió hacer esta movida para visibilizar el tema”, recapituló el referente de los auto convocados.
Oliogopolios
“Acá lo que hay que solucionar es el oligopolio que se creó a propósito con resoluciones de la Dirección de Recursos Naturales y Fiscalización de la provincia por el cual se impide el ingreso de compradores que no son residentes en Entre Ríos. Y los frigoríficos de acá, van a comprar a otras provincias. Así, entre cuatro personas ponen el precio y hacen lo que quieren y hay que parar con este oligopolio. Con otra resolución se debe dejar el ingreso de nuevos compradores así los pescadores locales tienen otro lugar donde vender”, sostuvo el profesional respecto a las salidas a la cuestión que ya se expuso a principio de año, tal como informó este sitio.
Sobre las tratativas en esferas oficiales, el abogado dijo que desde hace varios días se intenta destrabar el conflicto. “Venimos reuniéndonos con el Ministerio de la Producción, pero sin tener mayor repercusión por eso ahora se decidió hacer eso”. Por eso ahora la idea “es solicitar una audiencia con el gobernador y armar una mesa de trabajo donde estemos todos los sectores involucrados en la comercialización del pescado y tratar todo lo referente a esto”, propuso.
Sobre los afectados directos por la distorsión impuesta por los frigoríficos se contabilizó a 800 familias de Victoria, Rincón de Nogoyá, Esquina, Ricon del Doll, pero de forma más amplia a toda “la economía de la ciudad”. Se entiende que “el pescador gasta la plata en el pueblo, no se va como los grandes empresarios a Punta del Este a comprar un departamento. Movilizan la economía local, genera trabajo, los que arman las redes, los que arreglan los motores, es una economía que mueve mucho”, detalló Cudini.
Fuente: Era Verde
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