Aún estamos conmovidos en Argentina por lo sucedido con Maia, su desaparición y su encuentro, que aparece como un caso cerrado felizmente.
(*) Por VÍCTOR HUTT
Pero en realidad ese hecho periodístico abrió la mirada para visibilizar la realidad de muchas Maias, muchas mamás de Maias, que ocurren antes y después del caso periodístico y no nos parece que se cierren con final feliz.
Muchas miradas que parecieron conmoverse un ratito por el hecho periodístico, rápidamente pierden el interés minutos después de que la sociedad argentina encontró a Maia y pretenden cerrar el caso, para eso encuentran rápidamente la justificación del problema en la mamá de Maia, en la abuela de Maia o en la familia de Maia, poniendo un manto de oscuridad sobre el modelo de sociedad que construimos en el que existen miles de Maias y de mamás de Maias.
Esta realidad nos interpela como sociedad y nos sentimos interpelados si tenemos una conciencia con capacidad de interpelarnos y en ese caso no vale en reducir las culpas a los gobiernos, que sin dudas la tienen, pero también existimos como sociedad que no exige resolución de esa tragedia humana a sus gobernantes, que incluso exige que se cierren todos los planes de contención social, que utiliza el término “planeros” en lugar de asumirlos como semejantes en la pobreza y que pide y elije a los gobernantes que prometen limpiar de raíz todos los programas de ayuda social, entendiendo que de esa forma, sin llevar alimento a las personas en situación de calle, de extrema pobreza, les llegará la solución definitiva, la muerte, aunque no lo digan de esa forma, aunque lo disfracen de “un modelo de país con cultura del trabajo”, no aceptan medidas sociales hasta la construcción de ese modelo.
Estamos a 13 años de la sanción de la ley que obliga al gobierno a abrir los jardines, ¿hasta cuándo se seguirán ahorrando el presupuesto de creación de esos cargos?, ¿cuántas Maias deberán saltar involuntaria y heroicamente a la popularidad para hacernos abrir los ojos?
En mi caso quiero dar mi opinión desde el lugar que ocupo en la sociedad y pretendo visibilizar las medidas necesarias en mi ámbito de trabajo, que es la Educación, que es la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos y por lo tanto abordar el problema de Maia a partir de la visibilización de la mamá de Maia, de todas las mamás de Maias, que trascienden el hecho periodístico.
Yo soy Rector de una Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos, desde hace 8 años y trabajo en ella hace 23 años, desde que tengo memoria tuvimos un flagelo, el ingreso a la Escuela de mamás de Maias, jóvenes adolescentes madres que debieron abandonar sus estudios secundarios por la maternidad no planificada y ante la vida con un niño o niña, entienden que necesitan completar el secundario para tener mejores oportunidades y poder brindar mejores oportunidades a sus Maias. Fueron expulsadas del sistema educativo siendo adolescentes porque no sintieron contención, inclusión, y una vez que son un poquito más grandes ingresan en Escuelas Secundarias de Jóvenes y Adultos porque sienten esa necesidad.
La ley de Educación de Entre Ríos, ley 9890, del año 2.008, en su artículo 43, entiende, contempla y resuelve este drama social y determina que las Escuelas Secundarias de Jóvenes y Adultos deben contar con Jardines Maternales para que puedan concurrir las mamás de Maias, llevando a sus Maias y dejándolas en un espacio adecuado mientras ellas estudian.
Hasta aquí lo que dice la ley, pero a los funcionarios de Entre Ríos, desde el año 2.008, no les ha interesado cumplir con la ley, en nuestra escuela recuerdo la lucha por los Jardines desde que ingresé, a finales de los años 90, pero desde el año 2.008 el reclamo fue distinto, dejó de ser una simple idea de la Escuela para convertirse en el reclamo del cumplimiento de la ley de Educación, pero Maia sigue sin su Jardín Maternal y la Mamá de Maia concurre a la Escuela un tiempo, porque comprende que necesita completar el Secundario y luego termina abandonando por la dificultad que le implica cuidar de Maia mientras cursa en la Escuela.
Anualmente verificamos y sufrimos, el ingreso de muchas pibas mamás con toda la ilusión de estudiar y luego las vemos partir, abandonar y no lograr su objetivo de mejorar sus oportunidades y de sus Maias para afrontar el futuro. Desde la Escuela hacemos de todo para contenerlas, compañeros y compañeras que ayudan en el cuidado, profes que aúpan para que las mamás de Maias puedan estar en clases, profes que llevan actividades para niños que están en clases con sus madres, personal del establecimiento que transforma oficinas en jardines, niños por todas partes y jardines cerrados o mejor dicho, no abiertos por los funcionarios que tienen la obligación de abrirlos, porque lo dice la ley, porque lo dice la sociedad que se preocupa por las Maias y sus mamás.
Estamos a 13 años de la sanción de la ley que obliga al gobierno a abrir los jardines, ¿hasta cuándo se seguirán ahorrando el presupuesto de creación de esos cargos?, ¿cuántas Maias deberán saltar involuntaria y heroicamente a la popularidad para hacernos abrir los ojos?
En este año de pandemia no podemos tener a los niños y niñas en la escuela, conviviendo con adultos y saltando burbujas, por lo que en este 2021 directamente las mamás de Maia se encuentran en su peor momento en cuanto a posibilidades, porque ni siquiera vale el esfuerzo que podamos hacer al interior de las escuelas.
En este 2021 esperamos que la sensibilidad social de los funcionarios supere a sus prioridades presupuestarias, es necesario que se reduzcan los inmensos recursos que se destinan a la pauta publicitaria que le permite al gobierno ocultar esta realidad y se destinen los recursos para solucionar este flagelo de miles de Maias y mamás de Maias.
Expreso por este medio el reclamo de apertura de cargos para jardines maternales en Escuelas Secundarias de Jóvenes y Adultos, en cumplimiento del artículo 43 de la ley 9890 y necesito recurrir a esta forma de reclamo luego de haberlo hecho por todos los medios administrativos, de tener un expediente abierto hace muchos años y me apuro en escribir este artículo antes de que la sociedad se vuelva a olvidar de las Maias y mamás de Maias, nosotros no nos olvidamos nunca, reclamamos siempre, hace muchos años, pero nunca nos escuchan.
(*) Víctor Hutt, Rector Titular, Escuela Secundaria de Adultos N° 12 “25 de Junio”, Concepción del Uruguay.
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