Apuntan y necesitan que se haga una fuerte difusión del consumo de carne ovina. Aumentando el grado de formalidad en el proceso productivo, podrán expandirse en todo el país.
En septiembre del año pasado la Cooperativa Agropecuaria Federada Gobernador Mansilla Limitada inauguró un frigorífico ovino-caprino en la localidad de Mansilla, en el Departamento de Tala.
Sin embargo, como todo proceso tuvo sus altibajos desde entonces “tuvimos una suspensión de actividades hasta inicios de diciembre, tanto de faena como de venta”, relató a El Portal de las Cooperativas, su secretario Ricardo Santiago Garzia (Foto).
En el medio tuvieron una nueva asamblea y cambio de autoridades entre los 27 asociados y asociadas.
“Durante el verano nos dedicamos al ciclo 3, el de los embutidos. El producto que nosotros probamos tuvo buena demanda al principio, pero luego no se renovó, que era el corte australiano envasado al vacío. Ahora estamos terminando de procesar esa carne congelada para hacer una nueva compra y hacer una faena”, adelantó.
Una realidad es que la oferta de carne ovina en los supermercados o carnicerías sólo se da en épocas determinadas, como Navidad o Año Nuevo, y no durante el año. Garzia apunta a una solución: “Estamos recomenzando, en un par de semanas vamos a salir a comprar y vender, tendremos que hacerlo con el formato del animal entero para que lo corten los carniceros al gusto de la gente porque el tema del vacío anduvo, pero hasta ahí nomás”.
Y luego profundizó, “pensamos hacer más inversiones y habilitar el frigorífico para el tráfico federal y tratar de llegar con este producto a Buenos Aires o Rosario donde hay demanda, diría que hay demanda de eso -del corte australiano- y no del animal entero. Ya estuvo la gente del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) que vieron la planta, empezaron a darnos algunas sugerencias, por ejemplo, falta toda la línea de vapor que es lo que te diferencia si vendés en la provincia o en el país”.
El cooperativista comentó que: “Estamos armando dos módulos de producción propia que no teníamos, serían unos 2 mil animales o madres en dos campos diferentes para tener un mínimo de animales homogéneos, pesados, para poder entrar en alguna cadena como un supermercado, porque salimos al campo y nos encontramos con 10 mil cosas diferentes: edades, tipos de alimentación, cruzamientos, y el cordero cambia mucho en el tipo de grasa en función de lo que come o su cruzamiento. La idea es independizarnos un poco en los momentos del año donde los productores no tienen, a fin de año te tapan con animales, en enero nos llamaban para vendernos todas las ovejas viejas, pero no nos vendieron corderos”, diferenció.
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