En el temario enviado por el Poder Ejecutivo para las sesiones extraordinarias, el Gobierno incluyó la validación de un acuerdo con el régimen chino por el cual una compañía de ese origen que tribute en su país no lo hará ante el fisco argentino.
El Gobierno incluyó en el temario enviado al Congreso para el período de sesiones extraordinarias un proyecto para refrendar un convenio firmado con el régimen chino en 2018 que evita la doble imposición fiscal. Por tal motivo, de aprobarse la iniciativa las empresas de China que paguen impuestos en su país no lo harán por su actividad desarrollada en la Argentina.
El Poder Ejecutivo dio a conocer sobre el final del viernes el listado de proyectos que pone a consideración del Congreso de manera inmediata. En él se incluyó el “Proyecto de Ley por el cual se aprueba el Acuerdo entre la República Argentina y la República Popular China para la Eliminación de la Doble Imposición con respecto a los Impuestos sobre la Renta y sobre el Patrimonio y la Prevención de la Evasión y Elusión Fiscal y su Protocolo, suscriptos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 2 de diciembre de 2018″.
A pesar de haber sido sellado hace cinco años, este convenio para evitar la doble imposición hasta ahora no ha tenido efectos concretos por no contar con la aprobación del Congreso.
En el mismo sentido, el Gobierno también envió proyectos para refrendar acuerdos vinculados a la doble imposición tributaria con países como Emiratos Árabes Unidos, Luxemburgo, Japón y Turquía.
El envío del proyecto se produce en un momento de tensión entre el recién asumido gobierno del Presidente Javier Milei y el régimen de Xi Jinping. Ambos gobiernos mantienen abierta una negociación sobre el swap de monedas que llevan adelante sus respectivos bancos centrales desde 2008 y que, en los últimos tiempos, ha representado un punto esencial para las cuentas públicas de la Argentina, en particular para el sostenimiento de su nivel de reservas internacionales.
La tensión de ese vínculo se elevó en los últimos días al conocerse la decisión de China de poner en suspenso la activación de un nuevo tramo del swap de monedas, una operación que permitiría al Banco Central argentino utilizar esos yuanes para pagar importaciones o para convertirlos en dólares y poder intervenir en los mercados cambiarios, opciones que ayudarían a aliviar su situación financiera.
El propio Milei había pedido especialmente a Xi Jinping acerca del swap en una carta enviada apenas dos días después de asumir el mando de la Casa Rosada. Sin embargo, el régimen chino decidió colocar en stand-by el acuerdo y bloquear los fondos que servirían de salvavidas al Ejecutivo argentino para atravesar sus delicadas finanzas.
El acuerdo quedó en suspenso pese a los tempranos esfuerzos hechos por Milei en las primeras horas de su administración. El Presidente recibió en su despacho a Wu Weihua, vicepresidente de la Asamblea Popular de China, el 11 de diciembre, un día después de asumir.
Pero ese gesto de buena voluntad no fue suficiente. Beijing habría visto de manera negativa el avance que el Ministerio de Defensa hizo esta semana en la adquisición de los cazas F-16 de fabricación norteamericana en poder de Dinamarca. Esa transacción recibió el visto bueno de los Estados Unidos en octubre pasado, cuando además el Pentágono se comprometió a proveer un paquete de armas, entrenamiento, soporte logístico y repuestos para esos aviones.
Tras su reunión con Wu, Milei le hizo llegar una carta a Xi solicitándole su apoyo y la prórroga del intercambio monetario para hacer frente a compromisos internacionales. La cumbre sorprendió a más de uno: durante la campaña, el propio Presidente había hecho promesas más drásticas respecto a su relación con Beijing que fueron luego moderadas por la actual canciller Diana Mondino.
Tras su asunción, fue el jefe del régimen quien movió la primera ficha felicitando al argentino por su nuevo desafío al frente del Poder Ejecutivo. Milei agradeció la misiva recibiendo a su delegación de inmediato. Pero en la cúpula del Partido Comunista Chino (PCC) creen que eso no es suficiente para un compromiso financiero tan importante. Además del malestar ocasionado por el posible acuerdo por los F-16, en China esperan una visita o un encuentro de ambos mandatarios.
Fuente: Infobae.
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