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OPINIÓN

"Milei rescata el capitalismo salvaje"

Un ejemplo práctico (y actual) que explicita el modus operandi del capitalismo salvaje.

 

Por JULIO MAJUL

 

Pocos temas ponen más en evidencia el objetivo de restaurar el capitalismo salvaje, por parte de Milei y su séquito de fanáticos, que su pretensión de derogar la Ley del Libro expuesta en la ley ómnibus reciente.

De qué estamos hablando

Lo fundamental en la Ley del Libro, que facilitó la incorporación de muchas editoriales y librerías a esta verdadera industria cultural, es el PVP (Precio uniforme de Venta al Público).

No en todos los países es obligatorio respetar un precio de venta del libro, siempre hablando de la primera venta del libro; lo que pase en los negocios de compraventa de libros usados no tiene nada que ver.

... sólo diré que nuestro Presidente ha dicho que se decidió a defender el dogma liberal, cuando comprendió que “los monopolios son lo mejor que le puede pasar a la economía”. Textualmente, eso dijo Javier Milei. Y pasó desapercibido.

Las grandes editoriales y librerías tienen extraordinario interés en la derogación de esta ley. Veamos por qué.

El capitalismo salvaje al acecho

El editor gualeguaychuense Darchez realizó un fundado escrito, sobre la misma cuestión, en el diario El Argentino.

Tomemos como ejemplo un libro de Martín Caparrós, al que la editorial pone como precio de venta al público $ 10.000.  La editorial (o el distribuidor de ella) vende el libro a las librerías con un descuento de un tercio, más o menos, que es lo usual. Pongamos que, en el caso de Caparrós, el descuento (o sea, la ganancia de la librería) es del 30%, o sea $ 3.000. Cuantos más libros adquiera una librería, mayor es el descuento. Pongamos que una de las cadenas nacidas en Buenos Aires compra 100 libros; en el caso, le descuentan el 50%, o sea que compra a $ 5.000. Suponemos que pequeñas librerías porteñas compran 10 cada una; no les hacen descuento extra, o sea les venden a $ 7.000 cada ejemplar. Así, si cada uno vende lo que compró, tenemos que las pequeñas ganan $ 70.000 cada una; y la cadena porteña ganaría $ 500.000. Cada quien consigue su objetivo primario.

Esto es con la ley actual. Veamos si no existiera esta ley, lo que ocurriría.

El capitalismo salvaje muestra sus dientes

Si no es obligatorio tener un precio uniforme, pasaría que, en el mismo caso anterior, la editorial pone como precio del libro $ 10.000.

Supongamos que las librerías pequeñas compran cada una 10 ejemplares, a $ 7.000 cada uno, o sea $ 70.000.

Haciendo un esfuerzo, lo venden a $ 5.000, o sea que si vendieran todos los ejemplares (lo cual no sería sencillo) ganarían $ 2.000 por cada uno.

En tanto, la cadena porteña compra sus mismos 100 ejemplares, a $ 5.000 cada uno, o sea gasta $ 500.000. Pero como tiene espaldas para aguantarlo, vende a $ 5.000; con lo cual no gana nada, pero va quitando clientes a todas las demás librerías.

Para no alargarla, veremos que en poco tiempo la cadena obligó a retirarse del negocio a las pequeñas, que no pueden competir con el poder financiero de la cadena.

Una vez llegado a monopolio (o como mínimo oligopolio) la cadena aumentará los precios cuanto quiera, ganará mucho más que antes: conseguirá comprar más barato y vender más caro que antes.

Esto es el capitalismo salvaje: dar libertad para moverse a todos los actores, sin proteger al más débil, con lo cual inexorablemente los más poderosos eliminarán a los demás.

Para terminar, sólo diré que nuestro Presidente ha dicho que se decidió a defender el dogma liberal, cuando comprendió que “los monopolios son lo mejor que le puede pasar a la economía”. Textualmente, eso dijo Javier Milei. Y pasó desapercibido.

 

 

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