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Minera pide cincuenta millones de litros de agua al mes para lavar arena silícea

La firma Cristamine SA, a la que en octubre pasado la Justicia Federal le clausuró una planta de lavado y tratamiento de arenas silíceas en el departamento Islas, solicitó al Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua provincial (Corufa) un permiso para extraer aguas del río Ibicuy para usar en otro establecimiento. Pero ente regulador de la ley de agua realizó una inspección donde detectó algunas irregularidades en cuanto al volumen que declaran usar.

 

De acuerdo a lo señalado, piden emplear 567.000 m3/año en una situación “de caudal bajísimo” y tras un período de tres años de sequía, señaló el abogado de la Cooperativa de Agua de Ibicuy que denunció la contaminación de las napas por esta actividad extractiva.

La minera Cristamine SA ingresó a mediados de año un pedido ante el Corufa donde “solicita permiso de uso de agua superficial” del río Ibicuy para abastecer su planta de lavado de arena silícea ubicada camino Mazaruca, en el distrito Ibicuy del departamento Islas. Se trata la del segundo establecimiento que posee en la zona. El otro, “La República” fue clausurado el 14 de octubre pasado al descubrírsele un pozo clandestino para la toma de agua subterránea. En la planta que continúa cerrada por orden del juez Federal de Gualeguaychú, Hernán Viri, también se encontraron restos de hierro y residuos tóxicos, tras una denuncia impulsada por la Cooperativa de Agua Potable de Ibicuy, afectada por la contaminación de las reservas acuíferas que se usan para la red de agua potable.

Ahora, para su planta de Mazaruca, Cristamine quiere una autorización es para captar el agua y con ella tratar la arena silícea que procesa antes de enviar a la cuenca petrolífera neuquina de Vaca Muerta para la extracción de combustible no convencional mediante el método de fracking. Pero resulta que desde que inició el trámite en mayo, la empresa no ha podido sortear una serie de requisitos para hacerlo, al mismo tiempo que se ha objetado el volumen declarado del vital elemento que utiliza, de acuerdo al expediente al que accedió ERA Verde.

“La obra consiste en la toma de agua del río Ibicuy para abastecer una planta de lavado de arena silícea situada en inmediaciones a la zona de captación, la cual procesa material extraído. El agua se extrae mediante el uso de una bomba de 75 hp de potencia y conducida por una cañería superficial, la cual se entierra al final de la rampa donde se encuentra la toma de agua y continúa bajo superficie hasta ingresar a la planta de lavado. El agua resultante del proceso de lavado es conducida al curso de donde es extraída”, se describe en el resumen de la reunión plenaria del Corufa donde se está tratando el asunto.

El área técnica del área a cargo de María Alejandra Méndez realizó ya una inspección en julio, donde informó que “el caudal declarado (por la empresa) no coincide con el calculado y solicita a la firma la actualización de los valores de caudal anual. La firma cumple lo solicitado, aclarando que l capacidad de la bomba utilizada es de 450 m3/h, pero utiliza una válvula restringida, obteniendo un punto de trabajo con menor caudal, de 240m3/h, que es el consumo de la planta y, teniendo en cuenta el tiempo de trabajo máximo de 200 horas mensuales, estima que el consumo anualizado es de 567.000 m3/año”. Teniendo en cuenta que cada metro cúbico son 1.000 litros, unos 47.250.000 litros al mes.

La intervención es de “gran impacto ambiental”, apunta el abogado de la Cooperativa de Agua, Ricardo José Luciano, quien plantea al mismo tiempo que el arroyo o río Ibicuy se encuentra con “un caudal bajísimo, acentuado por la seca que se viene sufriendo de esto últimos tres años”.

En el Corufa todavía no hay una resolución, ya que en las últimas reuniones se ha abocado a analizar el permiso de la obra de captación y uso de agua superficial del río Ibicuy por parte de la Municipalidad de Ibicuy, pero que en ningún modo “resuelve la no objeción para la aprobación del permiso de toma de agua, bajo las condiciones de la Ley Provincial de Aguas N° 9.172 y su Decreto Reglamentario, ad referéndum de lo que oportunamente disponga el gobernador”, se sentenció en el acta plenaria.

Ahora el Corufa aguarda que se cumplimenten una serie de estudios, así como se sienta precedente para los futuros permisos en perforaciones, “tales como interferencia entre pozos, análisis de calidad del agua, ensayo de bombeo y certificado de aptitud ambiental”, explicó Luciano. “Para la agilización de esta propuesta se sugirió en la reunión que la Dirección de Hidráulica y Obras Sanitarias debería contar con la capacidad técnica para analizar los proyectos presentados o que los proponentes aporten los análisis solicitados avalados por los respectivos colegios profesionales”, se completó el letrado.

 

 

 

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