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Morir por cáncer en pueblos fumigados

Otro estudio científico demuestra que el actual modelo productivo enferma y mata. Las muestras fueron tomadas entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 en las cercanías de las ciudades de e San Justo, Esperanza, Santo Tomé y Santa Fe.

Por RICARDO SERRUYA (*)

Hace pocos días publicamos en esta página un estudio realizado por los investigadores y becarios Rafael Lajmanovich, María Rosa Repetti, Ana Cuzziol Boccioni, Melina Michlig, Luisina Demonte, Andrés Attademo y Paola Peltzer del Laboratorio de Ecotoxicología, Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas, y el Programa de Investigación y Análisis de Residuos y Contaminantes Químicos (PRIMARC), Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral que recolectaron muestras de sedimentos y de peces en el centro este de la provincia de Santa Fe, más concretamente en cuatro sitios a los largo del curso bajo del río Salado y en un sitio ubicado en el río Santa Fe, cerca de su confluencia con el río Salado. Las muestras fueron tomadas entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 en las cercanías de las ciudades de e San Justo, Esperanza, Santo Tomé y Santa Fe.

En ese artículo informábamos que los peces analizados fueron sábalos que desarrollan su existencia en una amplia zona ya que se extiende hasta las cuencas de los ríos Paraná – Paraguay llegando hasta Brasil y Uruguay. Que esas especies analizadas fueron comprados por estos investigadores de la ciencia digna a a pescadores locales ubicados en los mismos sitios de muestreo donde se recolectaron los sedimentos y que en todos se encontraron pesticidas y herbicidas en sus vísceras y en los músculos, tales como glifosato y su metabolito AMPA, cipermetrina, piraclostrobina, clorpirfos y glufosinato de amonio entre otros.

Decíamos que este importante estudio debiera alertar a las autoridades sanitarias ya que el sábalo es un producto de ingesta y su estado de contaminación, podría afectar la salud humana.

Al momento de escribir este artículo no se conoce que la investigación –que fue publicada en diversos medios provinciales y nacionales- haya despertado alguna señal de alerta.

Lamentablemente no se trata del único estudio.

Hace unos días otros trabajo científico realizado por el Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario demuestra que la mortalidad por Cáncer en jóvenes que viven en Pueblos Fumigados es dos veces y medio mayor que en el resto del país.

El estudio “Cancer incidence and death rates in Argentine rural towns surrounded by pesticide-treated agricultural land”, realizado por los investigadores Damián Verzeñassi, Alejandro Vallini, Facundo Fernández, Lisandro Ferrazini, Marianela Lasagna, Anahí J. Sosa y Guillermo E. Hough, demuestra que la incidencia de Cáncer en la población de las localidades censadas es significativamente mayor en comparación a la población general.

El grado de rigurosidad es tan grande que el trabajo fue publicado por la Revista Clinical Epidemiology and Global Health y confirma que “ vivir en ciudades rurales cercanas a las aplicaciones de Plaguicidas Agrícolas tiene un impacto negativo en la salud, manifestado principalmente en la Incidencia y Mortalidad por Cáncer en población joven”

Metodología del trabajo

Para llegar a esta terrible conclusión, se analizaron datos obtenidos de ocho localidades del área agroindustrial de la Provincia de Santa Fe. Las más de 27 mil encuestas fueron realizadas entre los años 2010 – 2019 por alumnos del último año de la carrera de medicina en los campamentos sanitarios, una formidable experiencia que formaba parte del cierre de la carrera de medicina de la UNR, y representan casi el 70% de la población total de esas localidades.

El Dr. Damián Verzeñassi, de vasta y honesta trayectoria en este tipo de trabajos comentó: “El estudio pone en relevancia no solamente la problemática asociada al impacto que presenta en las comunidades la exposición a plaguicidas, sino la importancia de la construcción de información desde la Universidad Pública en conjunto con las comunidades que habitan los territorios y expresan en sus cuerpos los impactos del modelo productivo”.

El denominador común de estos pueblos es que todos están atravesados por una intensa actividad agrícola, ya que hasta el 80% de la superficie que las rodea son destinados a la producción de cultivos asociados a pesticidas que, como se sabe, en nuestro país se vierten en una cantidad fabulosa.

Desde la década del ’90, que el modelo de producción transgénica veneno – dependiente fue instalado en nuestro país, la cantidad de productos que se tira en nuestros territorios ha aumentado considerablemente. Según datos oficiales, en el año 2002 se vertía sobre los campos argentinos 151 millones de litros de veneno. Ese número fue creciendo de manera escandalosa: en el año 2008 ya se tiraban 225 millones, cuatro años después 317 y, se calcula que, en nuestros días se vierten 600 millones de litros de insecticidas y plaguicidas donde vivimos un poco más de 12 millones de habitantes.

Los números

Algunas de las conclusiones son tan contundentes y evidentes como temerosas.

– Para la población femenina de estas ocho localidades fue 66% más probable sufrir algún tipo de cáncer durante el último año en comparación con la población femenina general del país.

-En la población joven (15 a 44 años) la probabilidad de morir por Cáncer es 2,48 (mujeres) y 2,77 (hombres) veces mayor en estas localidades en comparación con el resto del país.

– La mortalidad por Cáncer en la población joven de estas localidades es 2,5 veces mayor que la del resto del país, y en adultos mayores 1,5 veces más que en la población general.

– La incidencia de los distintos tipos de Cáncer también fue mayor en estas localidades que en el resto del país. De esta manera, la incidencia de cáncer de mama, colon, pulmón, útero, laringe, riñón e hígado, entre algunos de los ejemplos, fueron mayores que en la población general, con la excepción del cáncer de próstata que fue mayor a nivel nacional.

– El porcentaje de fallecimientos por Cáncer cada 100 mil habitantes en estas localidades expuestas a pesticidas fue del 30%, mientras que a nivel nacional la cifra fue mucho menor, 19,8%.

– La mortalidad por Cáncer varía en cuanto a la clasificación de los tipos de Cáncer que sufren la población de las ocho localidades en comparación con la población general. Así, por ejemplo, mientras en la población general el Cáncer de Mama, Útero y Ovario representan el 51% de las muertes por Cáncer, en las 8 Localidades representa el 22%, lo que significa un aumento de la Mortalidad por Cánceres menos frecuentes en la población general. En la población masculina encontramos que la Mortalidad por Cáncer de Colon representa el 30% de las muertes, mientras que en la población general sólo el 8%.

El trabajo finaliza con algunas conclusiones. Una de ellas afirma que “si bien –y debido a la gran cantidad de agrotóxicos que se vierten en nuestro país- resulta difícil establecer la relación entre una enfermedad específica y un veneno vertido, las autoridades sanitarias debieran poner en práctica el principio precautorio que plantea que frente a una eventual obra o actividad con posibles impactos negativos en el medio ambiente, no se debiera dar lugar a su realización ya que el solo indicio del posible daño no exige la certeza.

Mientras los territorios y las personas que residen en él se enferman y hasta se mueren, autoridades políticas y sanitarias parecieran mirar para otro lado.

 

(*) Artículo publicado originalmente en sepresumeinocente.com.ar

 

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