El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Los pueblos indígenas llaman a este continente. Abia Yala: “América” es el nombre que nos enchufaron los europeos; no tenemos por qué aceptarlo.
Por JULIO MAJUL
Cristóbal Colón llegó a nuestro continente creyendo que era la India; por eso llamó “indios” a los habitantes de esta tierra.
Para aumentar los equívocos, los europeos, luego de asesinar y robar a los pueblos originarios, denominaron “América” a nuestra tierra.
Era una forma de homenajear a un mentiroso, que aseguraba haber viajado a estos parajes y hasta hizo mapas (erróneos) de lo que aún se suponía eran las Indias.
Amerigo Vespucci era un comerciante florentino que se ciudadanizó castellano y, en el siglo XV, hizo un par de viajes a nuestra tierra, a la que se atribuyó poco menos que “descubrir” y “describir”.
Nada de eso era cierto.
Pero, seguramente anticipándose a lo que sería una constante histórica, los invasores decidieron “homenajear al descubridor” y llamaron América, y no Colombia (como hubiera sido más razonable) a nuestra tierra.
LA TIERRA REACCIONA Y LOS NOMBRES CAMBIAN
Gran parte de los pueblos originarios, reunidos en en Quito (Ecuador) en 2004, se identificaron a sí mismos como parte de “Abia Yala”, o Abya Yala”.
Generalmente lo escriben Abya y lo dicen Abia, por lo que hemos sabido.
QUÉ SIGNIFICA ABYA YALA
Hay que hacer una breve referencia al significado del nombre, que parece ser algo así como “territorio salvado o preferido”, pero también puede significar “tierra madura” o “tierra de sangre”.
En el primer encuentro cumbre de pueblos originarios, en México 2000, no hubo unanimidad sobre el nombre del continente, o no se lo hizo saber al menos. En Quito 2004 se adopta Abia Yala, o Abya Yala, y se lo ratifica en Iximche, Guatemala, en 2007.
Hay bastante consenso en que el nombre fue impulsado y usado enfáticamente por los kunas, pueblo del norte colombiano y del sur de Panamá, que logró tener su propia tierra hace muchos años.
NO TIENE GENTILICIO
Una rara (para nuestra cultura) peculiaridad está dada por el hecho de que no reconocen gentilicio alguno; no son por ejemplo “abialenses” o “abyalanes”. Se llaman a si mismos Fulano de Abia Yala. O directamente Fulano Abia Yala.
Así, por ejemplo, nuestro amigo Américo Schvartzman (¿habré escrito bien este apellido de pesadilla?) se salva de llamarse Abiayalo Yuarman.
ES HORA DE RECONOCERNOS COMO LO QUE SOMOS
Creo que es hora que, al menos los entrerrianos, dejemos de lado las imposiciones descabelladas de los imperios genocidas europeos, y sepamos que no vivimos en ninguna América sino en Abia Yala.
Será un modo de reconocernos como lo que somos, en realidad: no es que la historia de nuestra tierra empezó con la invasión asesina y ladrona europea. La historia de Abia Yala tiene más de 20.000 años, como lo demuestran los estudios que hacen científicos que nos enorgullecen, como (por dar un nombre, nomás) Juan José Rossi, de quien sería bueno que se recomiende la lectura de alguno, al menos, de la veintena larga de sus libros sobre esta cuestión.
Sería maravilloso si en los colegios, en vez de estudiarse los nombres de miembros de dinastías europeas que no tienen nada que ver con nosotros, se estudiara la historia de los pueblos originarios, que no eran ni santos puros ni sabios puros; eran pueblos como cualquiera, tan llenos de bondades y de maldades como cada uno de nosotros. Pero es la historia que nos interesa, la de quienes nos precedieron en esta tierra.
Y de quienes causa asombro saber lo que tenemos para aprender y aplicar en nuestros días, en nuestra tierra.
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