Antes no pasaba. A vos se te escapaba una cucarachita en la pizza, y bueno, quedaba entre vos y el cliente. Pero ahora, con este invento diabólico del feisbuc y la interné, todo el mundo se entera y te recontra escrachan. Eso es lo malo del progreso. O al menos, para las pizzerías con escaso apego a las normas de higiene, como le pasó a esta, cuya imagen compartió buena parte de los feisbuqueros uruguayenses.
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