El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
El fracaso de legislativo del proyecto de ley “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, más conocida como Ley Ómnibus, puso en evidencia las dificultades que la casi nula flexibilidad a la hora de tejer acuerdos le genera al Gobierno para alcanzar ciertas condiciones de gobernabilidad.
Cuando todo parecía encaminado a la sanción, con modificaciones, del texto, sorprendió a los sectores dialoguistas de la oposición la decisión del oficialismo de hacer caer el proyecto y mandarlo de vuelta a foja cero.
Atilio Benedetti, uno de los legisladores entrerrianos que más dialoguista se mostró durante el tratamiento de la iniciativa, mostró “preocupación” por la situación: “Hemos trabajado intensamente para analizar la ley, hacer un enorme esfuerzo de acuerdos y obramos en consecuencia”, dijo en declaraciones al programa A Quien Corresponda - Radio Plaza y que reproduce Análisis.
Benedetti resaltó la labor de los diputados entrerrianos, en contacto casi permanente con el gobernador Rogelio Frigerio: “Tratamos de brindarle al Gobierno las máximas herramientas posibles”, señaló y, en ese marco, consideró “lamentable” y “vergonzosa” la actitud del Gobierno de publicar un listado a modo de escrache de los legisladores de la oposición dialoguista que no acompañaron en todos sus términos la iniciativa oficial, a quienes el propio Milei calificó de traidores.
“Parece que lo que más han desarrollado es la habilidad para encontrar culpables y colgar sanbenitos cuando las cosas no salen exactamente como quieren. No entiendo por qué el Gobierno avanzó con esta Ley si tenía algunas cuestiones que no estaban totalmente acordadas”, expresó el oriundo de Larroque.
“De nuestra parte hicimos todo lo que teníamos que hacer. Como dijimos siempre, no íbamos a aprobar todo a libro cerrado y fue lo que ocurrió”, dejó en claro el legislador que dijo ver “mucha mala praxis en el desenvolvimiento del gobierno. Tiendo a pensar que está buscando algún adversario en este juego de amigo-enemigo o de tensar las cuestiones y no encarar con responsabilidad lo que hay que encarar.
De todos modos, aseguró que tanto desde el radicalismo y sus aliados siguen “con la voluntad de cooperar en la medida que el gobierno quiera que cooperemos" pero advirtió que "la pelota está totalmente en el campo del Gobierno".
“Espero que alguien con sensatez se retracte o deje de activar esa maquinaria de agravios e insultos, porque de lo contrario sí lo vamos a hacer responsable del clima que se pueda generar en el país. Argentina necesita un clima para resolver problemas, no de permanente agravio y búsqueda de chivos expiatorios”, reclamó el diputado entrerriano.
Benedetti insistió con la intención de la oposición dialoguista de que “al gobierno le vaya bien, que tenga las herramientas”, pero aclaró: “No estamos en una monarquía, estamos en una democracia y es lógico que tenga herramientas pero no la discrecionalidad total que pretende”.
En el mismo sentido se refirió a la “voluntad de colaboración de los 10 gobernadores de JxC que está siendo desaprovechada y desgastada, que es lo más lamentable. Espero que cambien las actitudes por el bien de todos los argentinos”.
“Seguiremos en esa idea, seguiremos también poniendo los límites que creemos corresponden y de este lugar no nos vamos a mover”, aseguró el ex intendente de Larroque, que admitió preocupación ante la posibilidad de represalias a las provincias: “Diera la impresión de que se están utilizando mecanismos extorsivos explícitos para condicionar el funcionamiento de las provincias. Hay que hacer un esfuerzo para sanear las financias públicas, para que el déficit fiscal sea el motor de la inflación, pero las cargas tienen que ser parejas”.
Consultado respecto de los puntos del articulado que terminaron trabando la discusión, Benedetti explicó: “Hubo incisos que votamos en contra porque creíamos que entraban en colisión con lo que venía después que eran las empresas públicas a privatizar”.
En ese marco recordó que los diputados de la UCR, el PRO y otros sectores estaban “dispuestos a habilitar algunas pero, por ejemplo, el Banco Nación, no íbamos a habilitar la privatización porque es una herramienta de desarrollo, sobre todo en el interior del país”.
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