Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, habló al aire de La Rueda Mágica por la 91.3 Radio UNER, entre otros temas, sobre los focos en conflicto en el continente y la realidad que acontece en nuestro país.
Comenzó su momento de la charla hablando sobre el resultado del informe de la publicado por la Comisión Provincial de la Memoria: “Es el cuarto informe que presentamos, a pedido del juez Ramos Padilla. Cuando nos convoca, nos entrega el material y lógicamente que la Comisión Provincial tiene 20 años de experiencia de trabajo sobre archivos, no sólo aquí en el país sino en el exterior, entonces nosotros no hacemos ningún tipo de juicio, no armamos ningún trabajo jurídico, simplemente es un trabajo técnico de poder evaluar la información que hay, porque no sólo es material impreso, material que lógicamente hay que analizarlo, y ese informe se le entrega al juez" señaló.
ANTECEDENTES EN LATINOAMÉRICA
"Creo que con esto se trata de ocultar, investigar, una red de espionaje paralelo a los servicios de inteligencia nacionales, y en eso aparecen complicidades, personajes que aparecen involucrados en distintas estancias: periodistas, jueces, fiscales como Stornelli y otros, que tuvieron relación con esta red de espionaje clandestino. Ahora la otra cosa que se trata de ocultar es que D’Alessio no está solo, tal vez es la punta del iceberg cuando el juez Padilla, por denuncia de extorsión a un empresario, allana su casa y se encuentra con todo ese material que lógicamente tiene que abrir una causa porque es grave. Esta red de espionaje paralelo pone en serio riesgo la seguridad democrática del país. Y esto es lo que no se quiere investigar” agregó.
Y luego continuó: “les doy algunos antecedentes que son graves: el mismo Presidente de la Nación pidió la destitución del juez Ramos Padilla, aparte hay fuertes presiones para impedir que siga la investigación. El mismo fiscal Curi de Dolores trata por todos los medios de impedir que avance en la investigación y que todo sea remitido a Comodoro Py que eso va a ser cajoneado. Hasta el momento, la Cámara de Casación respalda, lo mismo que la Corte Suprema al juez Ramos Padilla. Todo esto no es un hecho aislado, esto está ocurriendo en todo Latinoamérica y esto tiene que ver con la guerra judicial. Algunos antecedentes: el golpe de Estado en Honduras contra el Presidente Manuel Zelaya, con la complicidad del Parlamento y los jueces, lo destituyen y lo sacan del país. El otro es el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, le arman una cosa así para sacarlo. Y el otro es el caso de Vilma Rousseff, en Brasil, donde el mismo Temer que la sustituye reconoce que fue un golpe de Estado. Cuando estaba por suceder me tomé un avión y me fui a Brasilia a respaldar a la todavía Presidenta, y algunos senadores tuvieron la mala idea de pedirme que vaya al Senado a dar un saludo y entonces fui, salude a todos y todas, y les dije: 'miren, aquí hay algo muy preocupante, de aquí mismo le están organizando un Golpe de Estado a la Presidenta de la Nación'. Se armó un escándalo tremendo pero bastó para ser un detonante de lo que iba a pasar y que lamentablemente pasó. Esto también se hizo para sacarlo del medio a Lula y armar todo esto a través de Sergio Moro para evitar que vuelva a presentarse como candidato a la presidencia de la nación”.
Por último, en cuanto a la militarización que acontece en las calles de distintos países como Ecuador y Chile, dijo: “como servicio y espacio de Justicia tenemos secretariado en 15 países, entre ellos Ecuador y Chile. Así que nos estamos conectando con nuestro Secretariado para recibir información, como la que acabamos de recibir de Chile donde dice que la situación esta muy tensa pero que esperan poder ver de qué manera frenar este avance represivo. Lo que pasa es estas políticas neoliberales no dan para más, privilegian el capital financiero sobre la vida del pueblo, y cuando hay hambre y hay preocupación, hay reacción. En el caso del Ecuador, el movimiento indígena es muy fuerte y lógicamente que están reclamando que quieren seguir la misma política que aplicaron aquí en Argentina con el FMI y esto es grave porque significa más hambre, más marginalidad y más dependencia. Así estamos perdiendo las libertades y lo más grave de todo, la soberanía nacional”.
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