El Gobierno nacional anunció que, por los calores extremos, se realizarían cortes programados en el próximo verano, algo que afectaría a la producción industrial, puesto que serán los primeros afectados. Esto obligó a que los empresarios comiencen a evaluar estrategias para hacer frente a la crisis energética, que parece inminente. Sobreproducción en octubre y noviembre y vacaciones al personal en los meses más críticos son dos de las múltiples opciones que evalúan.
Apenas comenzada la primavera, el jefe de Gabinete de la Nación Guillermo Francos adelantó en una entrevista radial que si el próximo verano hay " temperaturas elevadas puede haber una demanda muy alta de electricidad, con lo cual va a faltar generación y, lamentablemente, va a tener que programarse algún corte".
Lo cierto es que la previsión oficial es que en el verano, en especial entre febrero y marzo, el consumo de electricidad llegará a 30.700 megavatios, unos mil por sobre el récord de febrero pasado. En este sentido, las previsiones de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) indican que "no bastará para cubrir ese pico de demanda" sólo con la energía producida localmente y las importaciones desde países vecinos.
Finalmente, luego de varias idas y venidas, dichos y desmentidas parciales entre miembros de la gestión de Javier Milei, se confirmó que la Casa Rosada publicará en los próximos días el “Programa de Emergencia Verano 2024-2025″, un plan que prevé "cortes voluntarios" o reducción del consumo de energía en comercios e industrias, más una remuneración a las generadoras.
Esto puso en estado de alerta a los grandes consumidores de energía eléctrica de Gualeguaychú, los cuales están englobados en su mayoría en el sector industrial y, en menor medida, en los grandes comercios locales.
Según información a la que accedió el diario Ahora El Día, son varias las estrategias que se manejan para poder hacer frente a esta posible crisis energética, sobre todo porque un parate de apenas un par de horas podría afectar algunas líneas de producción de las empresas que funcionan actualmente en el Parque Industrial Gualeguaychú (PIG).
“Estos anuncios del Gobierno generan un poco de preocupación. No obstante, en ese sentido, la empresa y su conducción actual tienen una resiliencia ante la presentación de problemáticas, y siempre le buscan la vuelta para sortear los obstáculos”, indicó el síndico de RPB Federico Laderach.
Según informaron varios industriales de la ciudad, una de las estrategias que evalúan poner en marcha en los próximos días es acelerar la producción durante octubre y noviembre –los meses previos a la llegada de los picos de calor– con el fin de poder stockearse y así hacer frente a la demanda durante el verano.
Esta acción implicaría, incluso, una contratación de personal extra para poder llevar adelante esta hiperproducción, pero al mismo tiempo enfrenta a la cuestión sobre qué hacer con esos trabajadores cuando se paralice de manera parcial la producción durante diciembre y marzo. En este caso, la mayoría de las empresas piensan dar vacaciones a su personal durante esa época, sobre todo en enero y febrero.
“En marzo pasado el Parque Industrial sufrió 18 cortes de luz. Cada uno de esos cortes afectó a todas las industrias que están allí, tanto a nivel económico como a nivel productivo. Imaginate que caiga un corte sin aviso en una línea de producción de leche: eso quiere decir que todo el proceso productivo se pierde y hay que mandarla a disposición final. En la jerga, esa leche se tira”, explicó Tommy Fogg, presidente de la Corporación del Desarrollo (Codegu), entidad responsable del PIG.
Con esta ejemplificación se demuestra que si los cortes del próximo verano se programan o se hacen de manera voluntaria por parte de los industriales a cambio de una compensación económica ello podría minimizar las pérdidas en la línea de producción. Sin embargo, la situación no deja de ser problemática.
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