Por qué hablaría Kueider

Por FEDERICO MALVASIO de PÁGINA JUDICIAL 

Las veces que un dirigente peronista cayó en desgracia, en rigor, en el encierro, sobrevoló la posibilidad de que abra la boca y las desgracias sean por lo menos compartidas. Se esperó de Mario Yedro, el ex senador y alfil de Jorge Busti en la Legislatura cuando debió cumplir condena tras las rejas por enriquecimiento ilícito. Otro caso fue el de Abelardo Pacayut, senador ligado al ex gobernador fallecido; o Hugo Righelato, hombre de Adán Bahl.

Ahora es el turno de Edgardo Kueider y la pregunta ¿y si habla? El senador nacional podría ser condenado en Paraguay a dos años y medio, según adelantó el juez de la causa al referirse al máximo de la pena. Pero resulta que el concordiense tiene tres causas abiertas en su país. Una iniciada por enriquecimiento ilícito en su ciudad y cuyo fiscal, José Arias, es un soldado de Cecilia Goyeneche.

En el sistema acusatorio que rige en Entre Ríos aportar información es una herramienta que tiene el imputado para negociar la pena. Lo sabrá Pedro Báez, que fue fulminado cuando el publicista Jesús José María Bustamante confesó en un juicio abreviado cómo era el sistema de contrataciones de publicidad entre el Ministerio de Comunicación y Cultura y las empresas TEP SRL y Next SRL, de Juan Pablo Aguilera. Con su aporte quedó afuera con una pena de 2 años y 8 meses.

En la causa contratos truchos hubo un imputado dispuesto a entregar a toda la camarilla política, beneficiada por la Procuración General al dejarla afuera de una trama ocurrida en el órgano político por excelencia como es la Legislatura y no hay un solo dirigente en el legajo. Ese imputado, que se mostraba listo para colaborar, le cerraron la puerta en la cara en el Ministerio Público Fiscal. Esto no va a salir en los medios nacionales.

Volvamos a Kueider. El senador en desgracia ha demostrado ser audaz. Sin nada se metió en círculos de poder sin capital político ni recorrido que, aparentemente, se lo comieron. ¿Qué tiene por hacer ante todo lo que se le viene encima? En la provincia, además del enriquecimiento ilícito, se lo metió en una trama en la que no había aparecido: los sobornos en Enersa. A esa historia llegó en boca de la jueza de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la causa, e invitada a dar una charla hace dos semanas a Paraná donde su exposición sobre “el poder político, la Justicia y la corrupción” fue moderada por Goyeneche, la procuradora adjunta en suspenso que viene por todo, con el apoyo de una estructura fenomenal a nivel organizativo con cobertura mediática, publicista y con Mauricio Macri saludando en X. ¿Qué pensará Rogelio Frigerio? Está visto que ser de un mismo partido vale poco. O nada.

La jueza federal puso a Kueider en el lugar de sospechoso por haber sido síndico de la empresa estatal de energía, un dato desconocido para el público. Peor: no es verdad, pero no importa, ya lo dijo la magistrada en La Nación Más, se desgrabó y se pegó en los sitios. Punto. Lo demás no vale. Kueider deberá defenderse también de la sospecha de haber pertenecido al circuito de sobornos en la causa que tramita en San Isidro.

Los viajes al exterior anteriores a la gestión de Javier Milei y la aparición de empresas que quedaron en la lupa de la Justicia y también de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) suman a diario luces de alarma para el entorno.

Una frase de Kueider fue elocuente hace apenas unos meses: “soy un cadáver político, pero tengo para hacer daño”. En ese momento era en clave política y la idea estaba vinculada a competir en las elecciones del año que viene. Todo eso cambió. Lo electoral mutó en judicial.

La acumulación de causas es determinante para la libertad del senador caído que pareciera ser un desconocido. Queda mucho por resolver.