Carlos Elbert, oriundo de Basavilbaso y de amplia trayectoria judicial, es el autor de esta historia que transcurre en una pequeña localidad entrerriana, que podría ser cualquiera de las que conocemos.
¿Quién no ha escuchado o dicho alguna vez “Pueblo chico, infierno grande”? La frase pinta, a veces con injusticia, otras veces con precisión, los entresijos de las pequeñas poblaciones con sus inveteradas tramas de recelos, chismes, presiones, intereses e hilos invisibles. Que existen en todas las sociedades, en todos los niveles sociales, en todas las culturas, pero en ocasiones tienen en esos “pequeños mundos” expresiones de tragedia o de comedia que parecen destinadas a la imaginación literaria.
“Pueblo chico” es el título de la tercera novela de Carlos Elbert, editada por Prosa a fines de 2020 y en distribución en Entre Ríos. El autor es un ex juez de extensa trayectoria, especializado en Criminología y que ejerció su profesión tanto en Entre Ríos como en la Ciudad de Buenos Aires, donde llegó a ser miembro titular de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal. Elbert además es actor y escritor. Y al retirarse del trajín de tribunales decidió dedicar su tiempo a la escritura.
El resultado es, hasta el momento, tres novelas: “El tratamiento”, editada por De Los 4 Vientos en 2006, “Laberintos y cerrojos (novela histórica, publicada en 2015 por la Editorial de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, y ahora “Pueblo chico”. La segunda novela de Elbert le mereció la mención de Honor de la SADE 2016. También ha publicado numerosos cuentos y tuvo una destacada actuación teatral en Entre Ríos entre los años 1969/1974.
El relato que plantea la obra tiene lugar en una localidad ficcional del Norte Entrerriano, y cuenta la historia de un profesional de ciudad grande, que llega a un pueblo de nuestro interior, a vérselas con una realidad caprichosa, condicionada por reglas y hábitos específicos y acendrados, que lo someten a experiencias sorprendentes y contradictorias, que conformarán su vida y su destino, como a los lugareños. Este argumento se desarrolla incursionando en las costumbres y el habla locales, los amores y tensiones, los juegos de interés políticos y económicos, que tienen lugar no sólo en la localidad ficticia de la acción, sino también situando escenas y acontecimientos en diversas localidades entrerrianas y de Salto, Uruguay.
La escritora y bibliotecaria Daniela Churruarin afirmó sobre la novela de Elbert que su temática “se emparenta con la línea de grandes narradores que han sabido plasmar la vida que no termina de saciarse, como Juan José Manauta, Emma Barrandeguy o María Esther de Miguel, en esos pueblos como cosa que no vale gran cosa, de mala muerte, en donde nunca pasa nada, parafraseando a esta última”.
Carlos Elbert ha hecho una importante donación de ejemplares de “Pueblo chico” a la Editorial de Entre Ríos, para su distribución en bibliotecas y centros culturales de la Provincia.
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