El miércoles 1º de julio a las 20 se realizarán los actos por un nuevo aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón en la plaza Ramírez a partir de las 20.
La actividad es convocada por el Consejo Departamental Uruguay del Partido Justicialista desde las 20 frente a los bustos que perpetúan la memoria de Perón y Evita, ubicados en Plaza General Ramírez.
En un extenso documento enviado a este medio, que se reproduce a continuación, el Consejo del PJ hace un repaso de la vida del ex Presidente.
El 1° de Julio del 1974 “Partió hacia la historia un padre de la Patria”
Retrotrayéndonos al pasado de la historia argentina, Juan Domingo Perón es el Presidente de los argentinos. Tiene 50 años y accede al poder el 4 de Junio de l946, rodeado de las más grandes concentraciones populares, que serán siempre la característica distintiva del peronismo.
La tarea que le aguarda es inmensa. Perón y la Argentina convierten a la tercera posición en una brillante anticipación del movimiento que emergiera una década después y que se conoce como el Tercer Mundo. Perón de inmediato acomete a dos grandes objetivos que estaban profundamente interrelacionados: la nacionalización de la economía para consolidar la soberanía argentina y un programa de justicia social que integrara a los grandes sectores marginados a la vida del país. Esos argentinos, reducidos a ser “ciudadanos de segunda categoría” se organizaron en sindicatos y ocuparon el centro del escenario político argentino en el l7 de octubre de l945. Serán ellos los grandes protagonistas del proceso liderado por Perón, y por lo tanto los mas beneficiados por esta etapa política. Los trabajadores fueron el centro de la legislación social peronista, que introdujo los beneficios salariales, de estabilidad, seguro y despido. El Estatuto del Peón, el aguinaldo y las Cajas de Jubilaciones, completaron el marco de lo que produjo la estructura social de un país moderno que respetaba y protegía a sus hombres de trabajo. Organizando y supervisando el conjunto de la legislación, advertía a sus colaboradores: “Cuiden que las leyes no se conviertan en letra muerta”. Pero este fue solo un aspecto de la acción de Perón con los humildes, los desposeídos y los trabajadores. Perón centró su acción de gobierno para elevar el nivel de vida en aspectos vitales para el desarrollo del ser humano: vivienda, salud y educación. Durante el Primer Plan Quinquenal, que se desarrollo entre l946/l951 se construyeron 350.000 viviendas para obreros, y luego en el país se levantaba una vivienda cada ocho minutos. Cuando Perón fue marchado al exilio, los trabajadores habían recibido mas de medio millón de unidades de vivienda. Los planes de salud de Perón contemplaron la construcción de numerosos hospitales, centros asistenciales, maternidades, clínicas, etc., haciéndose famosas las campañas contra males endémicos, principalmente en el interior del país. El analfabetismo, combatido a través de grandes campañas se redujo del l5 al 3%. Los trabajadores accedieron a los niveles mas elevados de la educación, no solo a través de los planes generales, sino también mediante las escuelas obreras de capacitación técnica, las bibliotecas y finalmente las universidades.
Esa gigantesca transformación tuvo en María Eva Duarte a su principal animadora. Con la pujanza de una llamarada, María Eva Duarte de Perón se convirtió en Evita. La fundación que ella organizó y dirigió infatigablemente, creó innumerables obras en beneficio de los ancianos, los niños y las mujeres de trabajo. Evita fue, sobre todas las cosas, el engranaje, la correa de transmisión de los más humildes con el poder, el camino donde se solucionaban los problemas más menudos y, por lo tanto, los más dramáticos y acuciantes. Evita fue el vocero de los desposeídos y los marginados. Fue ella quien logró en 1947 la sanción de la ley que concedía el voto a las mujeres.
La nacionalización de la economía fue el otro gran rostro del gobierno peronista. Primero, se hizo “argentino el dinero”. Se nacionalizaron los depósitos y el crédito. La inmensa deuda exterior fue repatriada. Toda esa masa de dinero, y las reservas que se habían acumulado durante la guerra, se aplicaron a la creación de un mercado interno amplio, jerarquizado por las paralelas medidas laborales y sociales.
Luego le tocó el turno a la Corporación de Transportes, a los ferrocarriles, los gasoductos, los seguros, los teléfonos, la flota mercante, la flota aérea. El INTI permitió un rígido control para la comercialización de las cosechas y la inversión en la mecanización y tecnificación del agro.
No fue por casualidad que el peronismo duplicó los votos del radicalismo en las elecciones efectuadas para la reforma de la Constitución Nacional de l949: l.590.000 votos contra 834.000. La reforma constitucional incorporó elementos decisivos como los Derechos del Trabajador y la Ancianidad, y establecía definitivamente, en su artículo 50°, la propiedad de la Nación sobre los yacimientos minerales, de petróleo, gas, carbón y demás fuentes naturales de energía.
Pero también se venía la reelección. Un Cabildo Abierto del Justicialismo proclama la fórmula Perón -Evita . Eva Perón soportando su enfermedad fatal que terminaría con su vida, renunció a esa aspiración, tras mantener un dialogo dramático, único, con el pueblo que se congregó en la avenida 9 de Julio. El día 31 de agosto, por decisión de la C.G.T. fue denominado el “Día del Renunciamiento”.
Había inquietud en las Fuerzas Armadas, eclosionando en la asonada del 28 de septiembre encabezada por el general Benjamín Menéndez. El Presidente Perón se negó a aplicar la pena capital a los rebeldes. Y hubo nuevamente elecciones, ese episodio no debilitó el apoyo popular, y la fórmula Perón-Quijano obtuvo un triunfo resonante sobre la fórmula Balbín-Frondizi en los comicios presidenciales: 4.618.988 contra 2.337.310 sufragios. Las mujeres concurrieron por primera vez a las urnas, convirtiéndose en un firme respaldo del peronismo, votando el 63% del padrón femenino por Perón.
El 4 de Junio de 1952, el General Juan Domingo Perón jura nuevamente como primer mandatario, y a su lado Evita, enferma pero erguida. El 26 de Julio de 1952 fallece Evita, en medio de expresiones de dolor popular de los que la Argentina no tiene memoria. Las colas de dolientes que querían verla se alargan, ya no eran cuadras sino kilómetros. Evita se transforma en una bandera, en un símbolo de reivindicación popular.
Perón comienza su segundo periodo presidencial bajo el signo de la crisis económica. En Estados Unidos se lanza el plan Marshall, y en el mismo Congreso norteamericano se valoriza el aporte que pueda realizar la Argentina. Pero el conocido Spruille Braden, bloquea lo que hubiese sido de extraordinario valor de los productos exportables argentinos.
Se lanza el Segundo Plan Quinquenal, buscando lograr el desarrollo integral hasta la industria pesada y la producción de materia prima en volumen limitado a las posibilidades financieras y técnicas. Mientras esa política se pone en práctica, Perón se lanza a consolidar sus objetivos de unidad latinoamericana. Viaja a Chile para suscribir decisivos acuerdos. Lo hace dos veces al Paraguay, y en el último devuelve al país hermano los trofeos de la guerra de la Triple Alianza, un acto solidario que los paraguayos siempre tienen presente.
Pero la asonada militar de l951 no cesaba de agrandarse. Los sacrificios que se imponían en ciertas áreas, y sobre todo a determinadas clases sociales, el gobierno peronista y su estilo político encontraron en algunos sectores militares una caja de resonancia que eclosionó el l6 de Junio de l955. Centenares de muertos y millares de heridos fueron el trágico resultado del ataque aéreo contra el centro de Buenos Aires apoyados por fuerzas de la Infantería de Marina. El pueblo, la C.G.T., respondió concentraciones en las inmediaciones de Plaza de Mayo, sin otras armas que su adhesión a Perón. Las pasiones, en uno y otro bando, crecieron en intensidad, el diferendo con la Iglesia, el incendio de templos por un lado y, la masacre a mansalva que fue el l6 de junio, por el otro.
Perón efectuó entonces un llamado a la pacificación a los opositores, que fue respondido en tres discursos por Arturo Frondizi, Vicente Solano Lima y Luciano Molinas. Una inmensa concentración popular obligó, el 3l de agosto, a Perón a retirar su renuncia como Presidente de los Argentinos, siendo este el último acto popular de Perón en el gobierno.
Quince días más tarde el general Lonardi encabezó el movimiento militar que derrocó a Perón después de 9 años en el gobierno. El presidente ratificó que prefería alejarse antes que ver al país sumergido en el abismo de la guerra civil.
En una mañana desolada, lluviosa, Perón marchó al exilio, primero en la cañonera “Paraguay”, y luego, transportado en hidroavión, a la tierra guaraní.
Comenzaban los l8 largos y penosos años de exilio. Un nuevo gobierno tomaba el poder. Para millones de argentinos comenzaba una dura espera que jamás fue resignada para encontrarse nuevamente con su líder.
Por tercera vez Presidente de los Argentinos. Veinticinco días después de la asunción del mando presidencial por parte de Héctor Cámpora, Juan Domingo Perón regresa de España. Lo esperaban millones de entusiastas partidarios desde todos los rincones del país. Ezeiza y la violencia. Aterriza en la base aérea de Morón, y dijo: “Yo ya estoy amortizado en el sentido político, y creo que tengo derecho a que mis compatriotas escuchen como pienso, como siento, o cual será la colaboración que he de prestar al Gobierno de la Nación por todos los medios en los que sea capaz de actuar”. Ese mismo día la Cámara de Diputados de la Nación votaba la restitución al General Perón del Collar de la Orden del Libertador General San Martín.
Al día siguiente, 21 de Junio, desde su residencia de Gaspar Campos Perón se dirige al pueblo argentino con un solemne llamado a la unidad de todos los argentinos, y un llamado a la paz y la concordia, para superar los problemas del país “sin que costara la vida de un solo argentino”. Advirtió ese día que la gravedad de la situación implicaba riesgos para la existencia de la Nación misma y convocó a los partidos políticos, a las fuerzas armadas y a los sectores económicos y gremiales, a sus partidarios y adversarios, en suma, a todos los argentinos, a emprender un trabajo constructivo, al final del cual está la Argentina Potencia. Dicho mensaje fue recibido con unánime aprobación por todos los sectores.
El 30 de Junio, se informó que Perón sufría una gripe virósica y que debía guardar cama por consejo médico. Se tendieron especulaciones sobre su estado de salud. Mas tarde Perón ironizando acerca de esos rumores decía: “No estoy tan mal como algunos dicen, ni tan bien como yo creo”.
El l3 de Julio se produce un hecho insólito que conmociona la opinión pública del país. El Presidente y Vice, Héctor Cámpora y Solano Lima renuncian a sus cargos. Asume la primera magistratura Raúl Lastiri, Presidente de la Cámara de Diputados. Ese mismo día Perón anuncia su disposición para asumir la responsabilidad que el pueblo peronista y el movimiento peronista le asignen. El Gobierno, por su parte, convoca a nuevas elecciones, que tendrán lugar el 23 de septiembre. El Congreso del partido Justicialista consagra la fórmula Perón-Perón, que a su vez, adoptada por los integrantes del FREJULI. Se cumplía así una aspiración popular largamente frustrada por la proscripción que sufría el líder Justicialista.
Perón mantiene una importante reunión con el dirigente radical Ricardo Balbín, demostrando la inclinación de Perón a buscar coincidencias y recoger opiniones de todos los sectores.
El país estaba ya lanzado en plena campaña electoral, descontándose el triunfo del Justicialismo. Perón cierra, el 22 de septiembre su campaña, diciendo “Si vencemos como espero, pediré el aporte a otros políticos”. Al día siguiente la fórmula Perón-Perón era consagrada en las urnas por la cifra récord de 7.381.249 votos, que representaba el 61,85 % del total. Balbín, su contenedor de esa campaña recibía 2.905.236 votos, con el 24,34 %. Dieciocho años y dos días después de haber dejado la primera magistratura, Perón era unjido Presidente de los argentinos por tercera vez. El l2 de Octubre Perón jura ante el Congreso de la Nación. A partir de allí comienza una actividad intensa y agobiadora, en el orden interno e internacional. Se resuelven con el Uruguay la fijación de los límites del Río de la Plata. Con el Paraguay, vinculado íntimamente a sus afectos, acelera las obras comunes que se proyectan entre ambos países.
Siguiendo su inclinación por el orden y la organización encomienda el estudio y la confección del Plan Trienal de Gobierno, donde se sistematizan las iniciativas que escalonadamente lleven al país hacía el objetivo fijado: la Argentina Potencia. El 1° de Mayo ante el Congreso Perón expresa la necesidad del establecimiento de “una democracia plena de justicia social, que solo ha de alcanzarse, gobernando con planificación” y anunció un “Modelo Argentino, fruto de tres décadas de experiencia en el pensamiento y la acción”. Ese mismo día en una manifestación, poblada de colores nacionales a pedido de Perón, este decía “Espero verles de nuevo la cara el próximo l7 de Octubre”
Una de las mayores preocupaciones de Perón, fue el mantenimiento del Pacto Social, base de su política de reconstrucción. Cuando este se vio en peligro, se produjo la pronta reacción del Presidente y el pueblo se congrega el l2 de Junio en la Plaza de Mayo. Esta desborda de quienes vienen a manifestar su adhesión a Perón. Allí está otra vez la multitud, al lado de su líder, reafirmando su confianza, con mezcla de estribillos como el simple y clásico “Perón, Perón...” o él más explícito “Aquí están, éstos son, los obreros de Perón”
Al finalizar desea que Dios derrame sobre los presentes todas las venturas y la felicidad que se merecen, agradeciendo que se hayan llegado a la histórica Plaza de Mayo.
“Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino” Es esta la última oportunidad en que Perón se encuentra con su pueblo.
El l° de Julio de l974, “Partió hacia la historia un padre de la Patria. Detrás de sí queda su doctrina, fundada en la Justicia Social y en la Democracia Popular”. “Su obra de gobierno, sin precedentes, orientada hacia la grandeza y el bienestar del país, es una antorcha encendida que regó hasta los últimos minutos de su vida para que con su luz, todos los argentinos iluminemos para siempre el camino de la reconstrucción y la liberación nacional, para la grandeza de nuestra Patria y la felicidad de nuestros niños.
Por eso, la muerte de Perón no dio fin al peronismo y lo que él sigue representando. Porque los grandes conductores nunca mueren, la Causa Nacional los inmortaliza. Y se continúan en la acción de los pueblos que saben comprender su legado político y están dispuestos a cumplir con el compromiso irrenunciable de llevarlo hasta la victoria final.
Nuestro mejor homenaje será seguir su camino”.
Rodolfo Marchessi - Secretario de Prensa y Difusión. Consejo Departamental Uruguay Partido Justicialista. 30 de junio de 2015
ÚLTIMO DISCURSO EN PLAZA DE MAYO
12 de Junio de 1974
Compañeros:
Retempla mi espíritu estar en presencia de este pueblo que toma en sus manos la responsabilidad de defender la patria. Creo, también, que ha llegado la hora de que pongamos las cosas en claro. Estamos luchando por superar lo que nos han dejado en la República y, en esta lucha, no debe faltar un solo argentino que tenga el corazón bien templado.
Sabemos que tenemos enemigos que han comenzado a mostrar sus uñas. Pero también sabemos que tenemos a nuestro lado al pueblo, y cuando éste se decide a la lucha, suele ser invencible.
Hoy es visible, en esta circunstancia de lucha, que tenemos a nuestro al pueblo, y nosotros no defendemos ni defenderemos jamás otra causa que no sea la causa del pueblo.
Yo sé que hay muchos que quieren desviarnos en una o en otra dirección; pero nosotros conocemos perfectamente bien nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin dejarnos influir por los que tiran desde la derecha ni por los que tiran desde la izquierda.
EI Gobierno del Pueblo es manso y es tolerante, pero nuestros enemigos deben saber que tampoco somos tontos.
Mientras nosotros no descansamos para cumplir la misión que tenemos y responder a esa responsabilidad que el pueblo ha puesto sobre nuestros hombros, hay muchos que pretenden manejarnos con el engaño y con la violencia. Nosotros, frente al engaño y frente a la violencia, impondremos la verdad, que vale mucho más que eso. No queremos que nadie nos tema; queremos, en cambio, que nos comprendan. Cuando el pueblo tiene la persuasión de su destino, no hay nada que temer. Ni la verdad, ni el engaño, ni la violencia, ni ninguna otra circunstancia, podrá influir sobre este pueblo en un sentido negativo, como tampoco podrá influir sobre nosotros para que cambiemos una dirección que, sabemos, es la dirección de la Patria.
Sabemos que en esta acción tendremos que enfrentar a los malintencionados y a los aprovechados. Ni los que pretenden desviarnos, ni los especuladores, ni los aprovechados de todo orden, podrán, en estas circunstancias, medrar con la desgracia del pueblo.
Sabemos que en la marcha que hemos emprendido tropezaremos con muchos bandidos que nos querrán detener, pero, fuerte con el concurso organizado del pueblo, nadie puede ser detenido por nadie.
Por eso deseo aprovechar esta oportunidad para pedirle a cada uno de ustedes que se transforme en un vigilante observador de todos estos hechos que quieran provocarse y que actúe de acuerdo con las circunstancias.
Cada uno de nosotros debe ser un realizador, pero ha de ser también un predicador y un agente de vigilancia y control para poder realizar la tarea, y neutralizar lo negativo que tienen los sectores que todavía no han comprendido y que tendrán que comprender.
Compañeros, esta concentración popular me da el respaldo y la contestación a cuanto dije esta mañana. Por eso deseo agradecerles la molestia que se han tomado de llegar hasta esta plaza.
Llevaré grabado en mi retina este maravilloso espectáculo, en que el pueblo trabajador de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires me trae el mensaje que yo necesito.
Compañeros, con este agradecimiento quiero hacer llegar a todo el pueblo de la República nuestro deseo de seguir trabajando para reconstruir nuestro país y para liberarlo. Esas consignas, que más que mías son del pueblo argentino, las defenderemos hasta el ultimo aliento.
Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente el que se hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo.
“Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”.
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