Investigadores observaron en El Impenetrable chaqueño un ejemplar de nutria gigante o lobo gargantilla, una especie que se creía extinta en Argentina. Los últimos registros confirmados de grupos familiares de nutria gigante en nuestro país son de la década de 1980.
La nutria gigante o lobo gargantilla se pudo ver en aguas del río Bermejo y fue captada por integrantes de la Estación de Campo El Teuco, perteneciente a la Fundación Rewilding Argentina que trabaja en la conservación del Parque Nacional El Impenetrable, en la provincia de Chaco.
"En el día de ayer, en un alto de nuestras tareas en la Estación de Campo El Teuco, nuestro Director de Conservación, Sebastián Di Martino, salió a kayakear. Al poco tiempo escuchó un chapoteo en el agua, parecía ser un lobito de río. Se detuvo a observarlo ya que no suele ser una especie muy frecuente, pero un grito que produjo el animal lo alertó. Recordaba mucho a los sonidos que profieren Coco y Alondra en su corral de presuelta de Iberá. Ya con el celular en mano comenzó a filmarlo y cuando este animal se irguió en el agua y mostró su pechera blanca no quedaban dudas. Se trataba de un ejemplar de nutria gigante", comunicaron en las redes de la fundación, haciendo publico el sorprendente hallazgo.
Por otra parte, la fundación recordó que gran parte de sus integrantes se dedican “a intentar revertir la crisis de extinción de especies que asola a nuestro planeta”. Por eso destacaron: "El Impenetrable sigue dándonos sorpresas, mostrándonos que la naturaleza es resiliente y que, si la ayudamos un poco, puede recuperarse”.
La nutria gigante o lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis) es el mayor representante de la familia de las nutrias. Un ejemplar adulto puede medir hasta 1,8 metros y pesar 35 kilos. Habita en grandes ríos y humedales del norte y centro de Sudamérica. En Argentina se la considera extinta y a nivel mundial está amenazada de extinción.
En nuestro país, los últimos grupos familiares se observaron en la década de 1980 en la provincia de Misiones. En el río Bermejo, donde se produjo el hallazgo, las citas son aún más viejas, de al menos 100 años.
Es por eso que remarcaron la necesidad de proteger la zona de cazadores furtivos. “Toca ahora enfriar la cabeza y pensar acciones de conservación para proteger a este ejemplar y a otros que pudiera haber por la zona. Urge patrullar el río Bermejo”, manifestaron.
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