La publicación del primer informe sobre el análisis del experimento de Renta Básica Universal (RBU) en Finlandia, realizado durante un período de dos años, arroja como resultado que el ingreso básico provocó un ligero aumento de la tasa de empleo y tuvo un efecto positivo en la mejora de la salud y la calidad de vida de los beneficiarios.
Por MARIO ROVINA de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Los resultados del experimento finlandés llegan en un momento en que la crisis, tanto sanitaria como económica, provocada por la pandemia de coronavirus reaviva el debate mundial sobre la necesidad de crear un ingreso básico universal para todos o como se le suele decir; pagarle a la gente por existir.
"La adopción de un ingreso básico universal podría aportar más seguridad a los ciudadanos en una situación de gran inseguridad en medio de la pandemia de Covid-19", dijo Mina Ylikännö, investigadora principal del Instituto Nacional de Seguridad Social de Finlandia (Kela), al presentar los resultados del experimento durante una conferencia transmitida por internet.
Menos estrés, menos depresión y más confianza
Este experimento fue realizado entre los años 2017 y 2018 por los estrategas de Kela en colaboración con investigadores de diferentes organizaciones del país. Dos mil personas desempleadas, de entre 25 y 58 años, recibieron 560 euros al mes del Estado, que seria el equivalente a unos 42000 pesos argentinos, libres de impuestos, y sin ninguna contrapartida o requisito para buscar un trabajo.
Todo esto teniendo en cuenta que el salario mínimo en Finlandia ronda los 2400 euros al mes, unos 180 mil pesos argentinos. Cuando en argentina el promedio para un salario mínimo no supera los 20 mil pesos.
El resultado final del estudio muestra que los participantes del experimento trabajaron seis días más que el grupo de control del proyecto, formado por 173 mil desempleados del país que recibieron en el período los beneficios sociales tradicionales. Mientras que los beneficiarios de los ingresos básicos trabajaron un total de 78 días entre noviembre de 2017 y octubre de 2018, los miembros del grupo estudiado trabajaron 73 días.
Los resultados también muestran que los participantes en el estudio tenían menos síntomas de estrés y depresión, menos dificultades de concentración y mejores condiciones de salud que el grupo de control.
Los resultados también muestran que los participantes en el estudio tenían menos síntomas de estrés y depresión, menos dificultades de concentración y mejores condiciones de salud que el grupo de control.
"Los receptores de una renta básica están más satisfechos con sus vidas y presentan menores niveles de estrés que el grupo de control formado por desempleados de la misma franja de edad que no percibieron esta ayuda", señalan los responsables del estudio.
En 2018, el 27% de los beneficiarios del experimento trabajaron, contra el 25% del grupo de control. Los resultados del segundo año pueden haber estado influidos por una medida introducida por el gobierno finlandés en 2018, que penaliza a los desempleados que no buscan activamente un trabajo.
Lo que deja como conclusión este experimento es que la RBU, en un país con el contexto social de Finlandia, no tiene efectos negativos, sino que son ligeramente positivos. Es decir, el dinero no parece solucionar los problemas por completo, pero ayuda, sobre todo en la salud emocional de las personas.
Hacia una distribución más justa de la riqueza
"La propagación de la COVID-19 ha sacudido profundamente las economías y la gente empieza a cuestionar los modelos económicos existentes: esta pandemia ha disparado los actuales niveles de injusticia y desigualdad en todo el mundo. Así que se necesitan ideas más atrevidas incluyendo algunas que se dejaron antes de lado", asegura Kanni Wignaraja, directora de la Oficina Regional para Asia y el Pacífico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Descartadas durante mucho tiempo como utópicas, las propuestas de un ingreso básico universal están cobrando impulso tanto entre las fuerzas de la derecha como de la izquierda en prácticamente todo el mundo.
Muchos otros gobiernos de Europa, no solo Finlandia, están adelantando sus estudios sobre la factibilidad de implementar una RBU, tanto es así que en España la discusión ya llegó incluso al parlamento, pero no es solo en Europa donde la renta básica parece una cercana posibilidad, en América también se está analizando en diferentes países, como es el caso de nuestro vecino Uruguay.
Descartadas durante mucho tiempo como utópicas, las propuestas de un ingreso básico universal están cobrando impulso tanto entre las fuerzas de la derecha como de la izquierda en prácticamente todo el mundo.
En la República Oriental del Uruguay un grupo de académicos de la Universidad de la República, integrantes de "Por la Red Renta Básica de la UdelaR", emitieron una declaración en la que apoyan las diferentes voces que han solicitado dar una renta básica a las personas que están quedando por fuera de la protección social, y en la que el grupo va más allá: "Proponer la implementación progresiva de una renta básica universal e incondicional".
En el texto, los académicos orientales, señalan que "muchos paradigmas se reformularán" luego de esta pandemia, y que, desde su lugar, buscarán aportar "para que los cambios que se instalen hagan sinergia por un mundo más justo, libre y sustentable y no que profundicen desigualdades, exclusiones y depredación socio-económica de pueblos y sectores más afectados".
El propio Papa Francisco lo planteo a principios de abril cuando en su mensaje de Pascuas, donde hablándole principalmente a los trabajadores excluidos de los beneficios de la globalización, afirmaba que era necesario “Un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan”.
La discusión esta sobre la mesa y los primeros datos científicos avalan la posibilidad de mejorar la vida de las personas mediante una RBU. Si bien esta situación especial en la estamos sumergidos ha acelerado los tiempos, es necesario empezar a pensar seriamente en una posible implementación a gran escala de algún tipo de ingreso básico, si es que queremos salir del ciclo de destrucción y exclusión que nos propone el capitalismo.
La sociedad globalizada realmente debe cambiar después de esta pandemia y dirigirse hacia formas de economía más automatizadas y amigables con el ambiente, por lo que la necesidad de modificar nuestro sistema de ingresos para readecuarnos a esta nueva realidad es más urgente que nunca, y la Renta Básica Universal puede ser la respuesta.
En base a RFI / CTXT / Montevideo Portal / Noticias ONU
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