La Junta Abya yala por los Pueblos Libres –JAPL- repudia el reciente aumento en la dieta de los legisladores, y la abismal y obscena distancia entre los ingresos de legisladores, funcionarios y jueces, y los sueldos del pueblo trabajador y honesto en la Argentina.
De seguir en esta tesitura, los legisladores, jueces y funcionarios no deberán ser llamados por sus cargos sino como lo que son: una banda de atorrantes y cachafaces corporativizados. Y el pueblo sabrá qué hacer con estos provocadores.
No hay forma de justificar que una mujer o un hombre que sea legislador, ministro o juez se arrogue el derecho de auto adjudicarse un sueldo mayor queuna maestra, un médico, una directora de escuela, una investigadora, un enfermero, por ejemplo. ¿Hasta cuándo van a tensar la cuerda estos pendencieros?
Si los trabajadores registrados cobramos hoy entre 7 y 30 mil pesos, ese debe ser el rango de sus haberes. Ni más ni menos. Esa debe ser la norma. Como bien dice Arturo Jauretche: o es pa’ todos la cobija, o es pa’ todos el invierno. Eso, en términos prácticos, se logrará atando las dietas al salario mínimo vital y móvil. Ni poco para los muchos, ni mucho para los pocos. Hoy la carga de los jefes de los tres poderes es ofensiva en la Argentina, y antirrepublicana.
Podemos ver el caso de otro modo, por la positiva: que una maestra y una enfermera cobren lo mismo que un legislador. O si se quiere, lo mismo un legislador que una directora o director de escuela, o una directora de hospital. Si ellos cobran 140 mil pesos, que el legislador los cobre. Entonces será justicia.
La falta de equidad abruma. Comparando con el sueldo obrero, en un régimen presidencialista como el actual el presidente del país podría cobrar (y lo mismo los gobernadores) un cuarto de los indecentes 173 mil pesos mensuales que recibe hoy el presidente Mauricio Macri.
Casualidad, los que se enriquecen cuando el pueblo se empobrece son lo que luego (salvando excepciones) llegan al gobierno… Eso nos obliga a revisar nuestro fallido sistema de representación.
Si a uno de ellos no le gusta el pago por sus servicios, pues bien: que pase el que sigue. Todos tienen libertad para seguir medrando, pero vayan a otra parte. ¿Será tan difícil entender que estamos asqueados de abusos? ¿Para eso querían las estadísticas de la pobreza? ¿Para engordar sus bolsillos? ¿Es que toman a los pueblos por estúpidos?
Los más violentos
Aquellos que a los dineros del pueblo trabajador le sacan de 130 a 200 mil pesos por mes son los más violentos de la Argentina, junto a sus socios del gran capital. Su violencia engendra violencia. Esa es una estafa legal pornográfica, con todo a la vista, sólo posible en aquellos que dictan las normas y los que deben hacerlas cumplir.
Las consecuencias de la violencia que ejercen se miden en violencia. Los protagonistas de la corrupción ilegal y de esta corrupción “legal” entre comillas van de la mano, aunque aparenten otra cosa.
Más aún cuando sabemos que tantos argentinos cobran menos de 8.000 pesos al mes, es decir, durante toda su vida laboral reciben lo que estos señorones manotean de la caja del pueblo en un solo año de supuesta “representación”. Y cuando son millones los que sólo sobreviven entre changas y magros subsidios y hurgando en la basura.
Estos señores se han cebado en los sueldos. Hoy decimos ¡basta! Si continúan cometiendo este atropello no esperen que el pueblo los considere representantes. Los ricos sólo representan a los ricos. No hay que ser rico para enfrentar al gran capital parasitario del país, hay que ser capaz, valiente y honesto.
Los saberes antiguos de nuestro territorio nos llaman al vivir bien, en armonía entre los humanos y con el resto de la biodiversidad, con aportes complementarios, con solidaridad, bajo el precepto del “nadie más que nadie”. Los ingresos de los encaramados en los tres poderes están en las antípodas de estos principios, pertenecen al más rancio interés por el saqueo y el lucro sin escrúpulos.
Exigimos austeridad republicana, igualdad, y respeto ante la indigencia que padecen millones de argentinos hacinados, maltratados por el sistema que estos señores defienden para enriquecerse. Esto va para los estados nacional, provincial y municipal.
Ser juez, legislador o funcionario es una distinción que da el pueblo, esa es la mejor retribución. Es una mentira insostenible que el legislador, el juez o el ministro deban cobrar mucho más que el trabajador para no corromperse. La historia argentina demuestra que los que más cobran son los que más se corrompen, y se distancian de la situación de las familias amontonadas en los barrios a merced de la violencia, la desocupación, las adicciones, y de los campesinos abandonados ante la voracidad del gran capital, siempre en esa zozobra que es la puerta al destierro.
Con sueldos inmorales ¡cómo no van a ser principales defensores del sistema!
José Artigas encabeza una revolución y su mayor comodidad es un rancho, donde se sienta en unos huesos y duerme en un catre. Por eso decimos con José Artigas: Nadie es más que nadie. Que los más infelices sean los más privilegiados.
Con estos abusos nos tienen literalmente podridos, y como habitantes del Litoral sabemos que el pescado se pudre por la cabeza.
Junta Abya yala por los Pueblos Libres -JAPL-
Paraná, 2 de noviembre de 2016.
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