El artista dio una charla en una de las actividades de la segunda edición de la Feria de la Palabra en Concepción del Uruguay. Sus inicios, la situación política que dio inicio a La Cofradía, Los Redondos, y muchos tópicos más fueron parte de una noche con un artista que aportó su granito de arena al acervo cultural de eso que llamamos rock argentino.
REDACCIÓN de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Fotos: EL MIÉRCOLES DIGITAL
La noche viernes 30 de septiembre fue la jornada donde los seguidores de una de las bandas más influyentes del rock argentino descubrieron, entre otras cosas, en qué se inspiró el creador de sus tapas de LP o CD, tan emblemáticas como las canciones del Indio o de Skay.
Ricardo Cohen, más conocido como Rocambole, es el artista plástico y diseñador gráfico que dio vida a esos dibujos inolvidables e impactantes de “Oktubre” o “Luzbelito”, en fin, toda la discografía de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y no sólo todas las portadas de sus discos, sino también afiches, escenografías, videos e identidad visual.
La mayoría de la población etaria presente en el auditorio municipal “Carlos María Scelzi” describía una generación empática con la era Redondos pero, también no pocos menores denunciaban una herencia recibida que unió puentes generacionales.
Con Jorge Villanova como partener, Rocambole hizo un recorrido de sus inicios en su ciudad La Plata, obviamente asociados a la fundación de La Cofradía de la Luz Solar, recordando que fue producto de las presiones de la Dictadura de Onganía en Bellas Artes, en fin, el resultado de un activismo político con sus idas y vueltas como contradicciones, la demostración de que “todo arte es político”.
Hizo mención al recorrido con los músicos y artistas entrerrianos que compartieron espacio con él como el caso de Kubero Díaz. Contó que en los orígenes del rock nacional en La Plata, en la comunidad de la Cofradía de la Flor Solar, "la mayoría eran entrerrianos". Por esa razón, el artista contó que tiene "una relación muy cercana con Entre Ríos".
En varios pasajes no pudo evitar recordar su rol docente que ejerció durante 30 años. Cada pregunta de Villanova instaba a Rocambole a desarrollar una especie de clase magistral, tan amena como rigurosa, donde desarrolló a grandes rasgos la historia de las artes visuales en la conformación de la especie humana, desde las pinturas rupestres, cuando los seres humanos aún no manejaban tecnologías tan importantes como la agricultura, pero ya dibujaban en las paredes de las cavernas, "imprimiendo allí una especie de manual para enseñarles a las generaciones jóvenes cómo se cazaba".
En ese recorrido, el "Mono" Cohen (tal su apodo, tanto o más conocido que su seudónimo) sostuvo que desde el origen del rock nacional "existe y se mantiene un matrimonio entre la música, la poesía y la gráfica, las artes visuales plasmadas no solo en las tapas de discos sino también en afiches y otras piezas de comunicación que le han dado identidad a ese movimiento".
En efecto, como dijo el Gringo Villanova, la música de los Redondos suena en los dibujos de Rocambole, y a la inversa, su arte "suena" de manera inconfundible.
Rocambole también contó la importancia que tuvo el gran Miguel Grinberg en el inicio del rock, al traducir y publicar a los poetas "beatniks" como Allen Ginsberg o Jack Kerouac. También se refirió al impacto que le produjo ver los afiches militantes en los 60 y 70 con los dibujos de Ricardo Carpani, que tuvo gran influencia en su propia obra.
En un intento de ida y vuelta con el público, que se vio acortado por los tiempos a raíz de la demora en el inicio por problemas técnicos, pudo contar algunas raras sensaciones, como fue la primera vez que vio tatuado a una de sus creaciones en el cuerpo de un fanático ricotero en un recital en la cancha de Huracán.
Por supuesto, no faltó un recorrido complejo y cuidado sobre el rock nacional, con algunas anécdotas jugosas, como por ejemplo la idea que dio origen al disco legendario "Oktubre", en homenaje a las revoluciones, o su confección artesanal en cartulinas impresas en serigrafía.
Rocambole recibe el obsequio de la Editorial El Miércoles. "Una de rockeros (Breve historia de cómo se construyó el rock uruguayense)".
Con voz pausada se dio el tiempo para describir el sentido de época donde desarrollaban cada una de sus creaciones, entre ellas la del hombre y las cadenas que dan vida a “Oktubre”, no ahorró detalles: “Vimos en el aviso de un diario que actuaba un coro ruso en la ciudad, fuimos a verlo, nos llamó la atención el tono bajo pero grave con el que sonaban…fue impactante. De ahí salimos convencidos con la Negra Poli y Skay (Belinson) que debíamos inspirarnos en algo referido y que tenga que ver con la revolución. Me encerré en el taller y empecé a diseñar”. Su musa inspiradora la alimentó con antecedentes gráficos de afiches de los anarquistas argentinos de principio de siglo pasado como de diferentes artistas rusos.
Cada pregunta de Villanova instaba a Rocambole a desarrollar una especie de clase magistral (...), donde desarrolló a grandes rasgos la historia de las artes visuales en la conformación de la especie humana, desde las pinturas rupestres, cuando los seres humanos aún no manejaban tecnologías tan importantes como la agricultura, pero ya dibujaban en las paredes de las cavernas, "imprimiendo allí una especie de manual para enseñarles a las generaciones jóvenes cómo se cazaba".
Con su talento no sólo ilustró para la banda platense, también lo hizo Frank Zappa, Charly García, Miguel Cantilo, Estelares, Claudio Gabis, entre otros. Las ilustraciones en historietas forman parte de sus antecedentes en el curriculum.
Junto a otros diseñadores egresados de la Facultad de Bellas Artes de la Plata, fundó el Estudio Cybergraph DCA aplicándose al arte digital y al diseño animado. El grupo recibió el premio ACE al "Mejor diseño de portada para disco", en 1997, por "Luzbelito".
Al terminar la charla, Rocambole, Villanova y el presidente del Instituto Nacional de la Música (Inamu), Bernabé Cantlón -este último fue el que hizo la introducción-, posaron como una banda con los presentes levantando los libros que les obsequiaron. Después si, el contacto directo: se fue hasta el hall de ingreso donde el público pudo comprarle sus diferentes creaciones, sacarse fotos, autógrafos, intercambiar alguna experiencia, en fin, recibir el cariño, admiración y gratitud hacia alguien que también forma parte de la historia del rock argentino.
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