El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Rosario ya tiene nueve fábricas recuperadas y otras tres iniciaron el proceso de reconversión. Crecen las consultas en la Municipalidad.
"Ocupar, resistir y producir" fue la consigna que durante el proceso de desindustrialización que comenzó en los 90 sostuvo a capa y espada el Movimiento de Fábricas Recuperadas; una consigna que mantiene aún hoy a muchos trabajadores, quienes, ante la llamada "mortalidad empresarial", construyeron tras el 2001 nueve cooperativas que contienen más de 400 puestos de trabajo.
Hoy en Rosario, otras tres empresas están en ese mismo proceso de transformación: Expreso Júpiter, Gomametal y Lavadero Americano.
Allí, más de cien familias pelean para no sumarse a las más de 22 mil personas que a lo largo de 2018 perdieron el empleo. Para el referente del Movimiento de Fábricas Recuperadas y miembro de la Federación, Cooperativismo y Trabajo (Actra), José Abelli, el proceso iniciado con el gobierno de Mauricio Macri "es peor que el que se vivió durante el menemismo", y consideró que "cuando tras una crisis como la de los 90 se da una recuperación incipiente que se corta de manera tan brutal, la recuperación es mucho más difícil. Nadie va a reinvertir y los afectados son todos los sectores de la economía".
Las consultas de trabajadores que ven precarizarse cada vez más su fuente laboral y el vaciamiento y posible cierre de la empresa comenzaron a multiplicarse desde 2017. Y, ante la inminencia de la pérdida del empleo, tres ya iniciaron el proceso. Los trabajadores de Expreso Júpiter esperan la expropiación en la Legislatura para reconvertirse, mientras que Gomametal y Lavadero Americano ya están funcionando como cooperativas".
"Se han, por lo menos, triplicado las consultas", indicó Abelli, quien descarnadamente señaló: "En muchos casos se puede encarar un proceso de cooperativización como se da en estos casos, pero hay otros en los que no se puede hacer nada".
El secretario de Economía Solidaria municipal, Nicolás Gianelloni, señaló que en el municipio "hay espacios de asesoramiento y acompañamiento" para llevar adelante el proceso administrativo, y "también adaptarse al cambio que significa la reconversión".
De hecho, sólo en 2018 en la Dirección de Cooperativas hubo 87 grupos precooperativos que inciaron la capacitación y la mitad logró terminar ese proceso y presentar la documentación necesaria ante la Nación para obtener su matrícula.
En números
Los números del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) señalan que en Rosario hay 646 cooperativas con matrícula vigente, de las cuales casi el 90% son de trabajo, aunque también las hay de consumo y provisión, de vivienda y construcción, agropecuarias y de crédito.
Del total, nueve son empresas recuperadas y representan más de 400 puestos de trabajo. El dato histórico es que de esas más de 600 cooperativas vigentes, 573 se constituyeron desde 2001 a la fecha, y 285 se conformaron entre 2011 y 2018.
Entre ellas están las que el referente de fábricas recuperadas llama "las históricas", las que tras la crisis de 2001 lograron reconvertirse, se sostuvieron y hoy intentan sobrevivir a los aumentos de tarifas y el escenario recesivo.
Allí se encuentran Mil Hojas y Merlat, que elaboran pastas frescas y tapas de empanadas y tartas, la parrilla El Mejor del Centro, la cooperativa láctea La Cabaña, que se trasladó de Rosario a General Lagos, dos bares de la Terminal de Omnibus (Nuvacoop y Terrazas), y Fabricaciones Rosario, que elabora componentes para GNC.
Más acá en el tiempo, también los trabajadores de Trechel se reconvirtieron en empresas cooperativas que están en actividad, además de La Cigarra Limitada que edita el diario El Ciudadano.
Aunque afirmó que "la macroeconomía afecta a todos", Abelli consideró que "hay un mito de que las cooperativas pagan menos" y apuntó: "Pagamos los mismos impuestos, pero la riqueza de la producción se reparte igualitariamente, cuando hay más se reparte más y cuando hay menos, menos; no hay propietario ni accionista que se lleve 10 veces más".
Más profunda
Ante la pérdida de puestos de trabajo, "las cooperativas son una alternativa de empleo genuino", señaló Gianelloni, y apuntó que en esta crisis está "toda la industria golpeada por las importaciones o que tienen insumos dolarizados". Abelli insistió en que el actual es "un proceso similar, pero aún peor y más profundo que el de los 90".
"En todo el país se cerraron 26 lavaderos industriales, en Rosario estamos recuperando uno, pero hay otros 25 que cerraron porque la industrial textil está en crisis terminal", apuntó.
Al dar las razones de por qué el panorama es aún peor, señaló que "después de 2001 hubo un proceso de reindustrialización incipiente, el calzado, por tomar un caso, pasó de fabricar 33 millones de pares de zapatos a 120 millones en 2015, eso requirió 150 mil puestos de trabajo e inversión en maquinaria y renovación. Hoy la producción volvió a caer a 50 millones y sigue a la baja, y hay despidos. ¿Quién vuelve a reinviertir?", dijo y remató: "Cuando el proceso es tan brutal, la recuperación es mucho más difícil".
Además, agregó que la caída del consumo interno y el incremento de tarifas afecta a todos los rubros e indicó que tampoco los sectores a los que les va bien reinvierten.
"En el campo, por miedo, el productor vende el grano y se resguarda en dólares: la crisis entonces alcanza a los fabricantes de maquinaria agrícola que no vende ni cosechadoras, ni sembradoras ni pulverizadoras", señaló, y puso como ejemplo la situación de Pauny, en Las Varillas (Córdoba), una empresa recuperada en 2002. "Comenzó a operar con 40 trabajadores —contó—. Llegó a vender 140 tractores mensuales y tener 750 operarios; hoy las ventas cayeron un 60 por ciento".
(*) Nota publicada en La Capital de Rosario este domingo 17 de febrero-
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