Hace ya catorce años que Jorge Julio López desapareció el día de los alegatos en la causa contra el represor Etchecolatz. La impunidad tuvo sus garantes pero la pregunta sigue vigente: ¿dónde está Jorge Julio López?
Por LUCÍA SCHVARTZMAN (Especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL)
Para hablar de Jorge Julio López se puede empezar por muchas partes: se puede decir que nació en 1929 en un pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires, pero después se mudó al barrio Los Hornos de la capital bonaerense. Que era de profesión albañil y la retomó cuando recuperó la libertad en 1979. Que colaboraba con las actividades de la Unidad Básica de su barrio. Que pasó por cuatro centros clandestinos de detención diferentes del Circuito Camps, hasta ser blanqueado y caer en la Comisaría 9° de La Plata. Que nunca contó nada a nadie lo que había vivido en esos años, que no le avisó a su familia ni siquiera cuando fue a declarar la primera vez a los Juicios por la Verdad en 1999, que guardó memoriosamente cada detalle de su paso por los campos de concentración de la dictadura en toda una serie de papeles a los que dio el nombre de “Archivo negro de los años en que uno vivía a donde termina la vida y empieza la muerte”. Y que fue el testigo más importante en la causa contra el represor Miguel Etchecolatz, mano derecha de Ramón Camps, Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense que tenía a su cargo los 21 centros clandestinos de detención de la provincia de Buenos Aires.
El testimonio de López fue la piedra angular de la primera gran condena a un represor en democracia tras derogarse las leyes de impunidad del menemismo. La vivencia del horror que acompañó a López desde que salió de la Novena, la acumulación silenciosa de detalle sobre detalle, engendró un testimonio que sirvió para identificar a alrededor de 62 efectivos militares y policiales que participaron de la última dictadura cívico-eclesiástico-militar, además de implicar directamente a Miguel Etchecolatz en crímenes de lesa humanidad. Etchecolatz fue condenado a perpetua ese mismo año, pero Julio López no llegó a verlo.
Lo que sea que hicieron con Jorge Julio López es un silencio imposible de soportar para todas las personas que dijimos y seguimos diciendo Nunca Más.
Hace catorce años que no se sabe nada de López. Desde el 18 de septiembre del 2006, el día de los alegatos en la causa por la que Etchecolatz, a los que López había quedado en asistir. Para hablar de López también hay que decir: hubo funcionarios que negaron la desaparición, la causa tardó dieciocho meses en cambiar de carátula de desaparición simple a desaparición forzada, la investigación quedó en manos de la misma fuerza que comandara en su momento Etchecolatz, se siguieron pistas falsas y otras ni siquiera se investigaron, la causa parece no volver a moverse más. La impunidad tuvo sus garantes.
Cuando se habla de López también se debe decir: no estamos libres de esas complicidades, las que permiten que una persona desaparezca dos veces, las que la mantienen dos veces desaparecida.
Es otro septiembre, catorce años después, y el Equipo Argentino de Arqueología Forense -nacido con el propósito de identificar los cuerpos de los desaparecidos por la última dictadura-, ratifica que el esqueleto encontrado en un salitral en Villarino Viejo es el de Facundo Astudillo Castro. Facundo fue visto por última vez tras ser detenido por la Policía Bonaerense, camino a Bahía Blanca, bastante más al sur de La Plata.
“¿Adónde van los desaparecidos? Busca en el agua y en los matorrales”, dice Rubén Blades en Desapariciones, una canción del disco Buscando América de 1984, que un poco después, en el ‘92, sería reversionada por los Fabulosos Cadillacs. Lo dice, seguramente, a propósito de la dictadura panameña, pero sin dudas atento a todas las dictaduras latinoamericanas.
Lo que sea que hicieron con Jorge Julio López es un silencio imposible de soportar para todas las personas que dijimos y seguimos diciendo Nunca Más. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Y cada 18 de septiembre, cada vez que se suma un año desde hace catorce años, hay una pregunta que no se va a ningún lado: ¿dónde está Jorge Julio López?
<link al testimonio completo de jjlopez>
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