Una columna publicada en simultáneo en dos de los diarios controlados por el Gobierno entrerriano asegura que el fracking tiene “normas de seguridad mucho más altas y supervisadas que los pozos de aguas geotermales, muy abundantes en la región”. El autor es un geólogo kirchnerista que dirige el sitio www.frackingargentina.org
Este domingo, dos de los diarios entrerrianos controlados por el oficialismo (El Diario de Paraná y La Calle de Concepción del Uruguay) publicaron una columna escrita por el geólogo Ernesto Gallegos, quien bajo el título “El fracking y el Acuífero Guaraní” asegura que la técnica de extracción conocida con ese nombre no presenta tantos riesgos como se afirma y, llamativamente, afirmó que son menos peligrosas que las perforaciones termales.
“Las perforaciones de fracking de pozos de petróleo y gas se realizan con normas de seguridad mucho más altas y supervisadas que, por ejemplo, los pozos de aguas geotermales, muy abundantes en la región. Estos últimos representan un riesgo importante para el medio ambiente ya que ponen en contacto niveles acuíferos salinos profundos con las napas freáticas, algo que no sucede en los pozos de petróleo”, escribió Gallegos en su columna.
Los diarios oficialistas no dieron mayores datos sobre el autor de la nota, salvo que es geólogo y docente en las universidades nacionales Arturo Jauretche (UNAJ) y de Buenos Aires (UBA). Pero además, el mencionado profesional dirige un sitio dedicado a promocionar la discutida técnica de extracción que tiene como título “Independencia Energética Argentina” y cuya dirección web es www.frackingargentina.org.
Además es coautor del libro “Kirchnerismo para armar” (Ed. Peña Lillo) y fue uno de los creadores del sitio digital “Ciencia con Cristina” (www.cienciaconcristina.com.ar), inactivo desde fines de 2013.
Gallegos también afirma en su nota que el discurso antifracking es impulsado “de manera liviana por grupos ambientalistas y políticos que buscan llamar la atención”.
Es sabido que en los diarios controlados por el PJ entrerriano como La Calle y El Diario, nada se publica sin el aval de las máximas autoridades oficialistas, en particular del ministro Pedro Baez, encargado de la comunicación. Más llamativo resulta que la columna se haya publicado simultáneamente, el mismo día, en dos de los medios que forman parte del aparato comunicacional oficial. Todo parece indicar que se trata de un tímido intento del oficialismo para contrarrestar la creciente protesta antifracking en el país, quizas con la intención de reflotar el proyecto del gobernador Urribarri de explorar en Entre Ríos en busca de hidrocarburos no convencionales.
A continuación se reproduce la columna de Gallegos.
EL FRACKING Y EL ACUIFERO GUARANÍ
Por Ernesto Gallegos (*)
Una idea polémica se ha introducido desde hace un tiempo en Entre Ríos, y es la siguiente: “Quieren extraer petróleo en esta provincia utilizando fracking”. Este tema, que de manera liviana es impulsado por ciertos grupos ambientalistas y políticos que buscan llamar la atención, reviste la suficiente seriedad como para ser analizado desde la ciencia en la búsqueda de brindar información concreta entre tanta manipulación.
La Chacoparanaense es una de las cuencas sedimentarias más conocidas y de mayor desarrollo en nuestro país. Incluye desde el este de Córdoba y Santiago del Estero hasta la frontera con Uruguay, Brasil y Paraguay. Las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones se encuentran casi totalmente dentro de esta gigantesca cuenca. Una de sus características geológicas principales es el acuífero Guaraní, considerado una de las reservas de agua dulce más grandes del mundo.
El primer dato para contextualizar esta polémica es que dentro de la columna sedimentaria de la cuenca, no existe ningún nivel rico en hidrocarburos para desarrollar a escala de manera comercial. Esto responde a la naturaleza geológica de la cuenca, en la que además de la presencia de niveles acuíferos profundos como el Guaraní, se encuentra una compleja intercalación de rocas volcánicas de gran dureza, que afloran en Misiones y Brasil.
No es de extrañar entonces que en más de un siglo de actividad petrolera en Argentina, la Cuenca Chacoparanaense nunca haya cambiado su status de “no productiva”. Esto significa que ni el Estado ni las empresas privadas han reconocido en toda la extensión de la cuenca un objetivo económicamente viable para explotar hidrocarburos, y probablemente nunca lo hagan.
MEDIO SIGLO EN USO
La estimulación hidráulica o fracking se utiliza en la Argentina hace más de 50 años y no es exclusiva de la actividad no convencional, sino que originalmente se utilizó para estimular pozos de yacimientos convencionales. El tramo crítico de cualquier perforación de este tipo son los primeros cientos de metros, donde es crucial aislar correctamente los niveles freáticos. En este sentido, los pozos donde se realiza fracking son exactamente iguales a los más de 70.000 pozos de petróleo y gas convencionales que se perforaron durante los últimos 100 años en nuestro país.
Para llevarlo a una comparación más accesible, digamos que las perforaciones de pozos de petróleo y gas se realizan con normas de seguridad mucho más altas y supervisadas que, por ejemplo, los pozos de aguas geotermales, muy abundantes en la región. Estos últimos representan un riesgo importante para el medio ambiente ya que ponen en contacto niveles acuíferos salinos profundos con las napas freáticas, algo que no sucede en los pozos de petróleo.
Por último, es importante reflexionar sobre el daño que el discurso anti-fracking puede hacer en la recuperación del autoabastecimiento energético necesario para nuestro país. La fracturación hidráulica, utilizada en la formación Vaca Muerta en Neuquén, es la única herramienta que nos permitirá explotar los reservorios de petróleo y gas no convencional, en un panorama mundial en el que los hidrocarburos convencionales se enfrentan a su declino definitivo y la demanda de energía crece día a día.
La explotación de estos yacimientos permitirá que Argentina evite en los próximos años la sangría que significa importar energía a precio internacional, y empezar a volcar esos dólares en la creación de empleo y el fortalecimiento del proceso de industrialización, con el objetivo de mejorar la economía de todos nosotros. No sería inteligente entonces desaprovechar la inmejorable oportunidad que se nos presenta para lograr abrazar un futuro de crecimiento sustentable e inclusivo, algo en lo que podemos coincidir que nos merecemos largamente.
(*) Geólogo, docente en UNAJ y UBA.
Fuentes: La Calle y El Diario
Foto: Diario Rio Negro
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