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UN TEMPLO EN EL VIEJO CINE-TEATRO ROCAMORA

Teatro Eva Perón: “A llorar a la iglesia”

Después de años de abandono, el céntrico edificio que durante décadas fue el Cine Teatro Rocamora y luego en los 90 reabrió como Teatro Eva Peron, será la sede de una “iglesia local”,  conducida por una pareja de pastores oriundos de la provincia de Buenos Aires y que no llega a tener 40 seguidores en su canal de YouTube.

 

 

Por A.S. de EL MIÉRCOLES DIGITAL

 

La noticia se conoció esta semana y produjo controversia: tras décadas de abandono, el viejo edificio en el que funcionó durante años el Cine Teatro Rocamora –y que luego fue sucesiva y brevemente el Bingo Municipal y el Teatro Eva Perón– será desde este domingo la sede de una congregación religiosa llamada “Iglesia Transformados”, que conduce un matrimonio de predicadores oriundos de la provincia de Buenos Aires.

No es la primera vez que la comunidad uruguayense ve con pasividad cómo sectores privados se apropian de un espacio que, en algún momento, fue un lugar de recreación, de arte y de expresión colectiva. La controversia desatada en las redes y en las calles de la ciudad hace pensar si será la última: pocos años atrás, en 2015, un grupo de uruguayenses promovió, sin éxito, la recuperación del lugar, ante la indiferencia de la comunidad y del Estado municipal. En aquel momento, los dueños dijeron que ya tenían compradores del espacio, lo cual no era cierto porque continuó el abandono hasta estos días.

...qué triste papel el del Estado municipal que en tantos años no pudo hacerse cargo de un emprendimiento del cual ahora se apropia una modesta iglesia “local” que no llega a tener 300 seguidores en Facebook ni a 40 en You Tube.

La ciudad ha visto perder uno por uno espacios tan valiosos como emblemáticos. Que de los cuatro cine-teatros uruguayenses uno solo perdure, mientras los demás se han convertido en un supermercado, un casino y ahora un culto, ilustra los tiempos neoliberales que vivimos desde hace décadas en esta ciudad (aunque en el medio haya habido otros disfraces); pero también evidencia con claridad los escasos reflejos de la comunidad y sobre todo, del Estado Municipal.

Ahora pareciera que solo queda apelar a aquel burlón refrán popular, ese que suele aplicarse a quienes se encuentran indefensos y sin recursos para reclamar lo justo: “A llorar a la iglesia”.

 

“EMBLEMÁTICO EDIFICIO”

El diario La Calle publicó la noticia con un título que fue calificado como “engañoso” por el reconocido director de teatro Juan Parodi: “Restauran emblemático edificio en zona céntrica”. “Engañoso”, dijo el artista, “como los exorcismos que se van a hacer ahí adentro”. Y agregó, en relación a las performances realizadas en el reciente Encuentro Entrerriano de Teatro: “¿Entienden ahora por qué hicimos teatro en las vidrieras de un local comercial? No fue un capricho”.

Anuncio de una función en el Cine-Teatro "Rocamora".

Lo cierto es que el histórico edificio ya tiene nuevos inquilinos, con los que el propietario –que no vive en Concepción del Uruguay– acordó un alquiler extendido, con opción a compra. Los inquilinos son los dueños de la “Iglesia Transformados”, una congregación que tiene apenas dos años de actividad en la ciudad y que no se conoce en ningún otro lado: sus responsables confirmaron a El Miércoles Digital que son “una iglesia local”). Hasta hace poco estaba ubicada en Alberdi y Alem, y antes funcionaba en un local sobre el bulevar Yrigoyen, a metros del CEF.

 

IGLESIA SIN HISTORIA

La llamada “Iglesia Transformados” es regenteada por el matrimonio que integran los pastores Gastón Russo y Nathalia Marquez de Russo, ambos oriundos de la provincia de Buenos Aires.

La iglesia no figura en el Registro Nacional de Cultos, ni en Concepción del Uruguay ni en otra parte del país. Tampoco posee un sitio web en la Argentina. A nivel internacional aparecen con ese nombre un par de grupos en Colombia y Puerto Rico, aunque no parecen tener relación con la versión local. Los “pastores” Russo y Marquez tienen una página de Facebook, con unos 250 seguidores. También tienen un canal en You Tube donde suben videos de ellos mismos y de algún otro predicador visitante, como Adolfo Díaz, al que denominan “apóstol”, oriundo de Guatemala. En el canal de You Tube puede verse la invitación a la inauguración, -que se realizará este domingo 1 de diciembre a las 19.30 en Rocamora 575- a cargo del pastor Russo:

https://www.youtube.com/watch?v=NK4K0g0q4B4

Consultados por este cronista, desde la Iglesia confirmaron que se trata de “una Iglesia local, que pertenece a la Unión de Asambleas de Dios (UAD, ver en el punto siguiente), y que funciona como filial de la Iglesia “Puertas del Cielo”, de Temperley” (provincia de Buenos Aires) y que “los Pastores Responsables son Gastón y Natalia Russo”. Además propusieron realizar una entrevista, en persona, en el “Auditorio”: no le llaman templo al lugar que ocuparán desde este domingo.

Gastón Russo y Nathalia Marquez de Russo, Los pastores de la “Iglesia Transformados”.

Uno de los aspectos más notables del episodio es que la iglesia que se hace cargo del lugar no es, como podría pensarse, un pulpo multinacional al estilo de la “Iglesia Universal del Reino de Dios”, ese poderoso grupo empresarial de origen brasileño regenteado por Edir Macedo, en su momento fue aliado del PT y de Lula y luego uno de los principales conspiradores que contribuyeron a derrocar a su sucesora Dilma Rouseff. Ese grupo también tiene presencia en Concepción del Uruguay (donde posee un “templo” en pleno centro, sobre calle 14 de Julio) y adquiere cada vez más poder, en parte gracias a que produce el programa “Pare de Sufrir”, realiza series y películas y es una empresa cuyos tentáculos se extienden por toda la región. No. La iglesia que se hace cargo del ex Teatro Eva Perón es un emprendimiento muchísimo más modesto, casi una pyme “local”, como sus responsables le explicaron a este cronista. Que una iglesia tan pequeña se largue a ocupar el lugar permite concluir por un lado, que debe ser un negocio floreciente. O que esperan que lo sea.

Y por el otro, lleva a pensar: qué triste papel el del Estado municipal que en tantos años no pudo hacerse cargo de un emprendimiento del cual ahora se apropia una modesta iglesia “local” que no llega a tener 300 seguidores en Facebook ni a 40 en You Tube.

 

LA GRIETA EVANGÉLICA

La Argentina (y la región) viven una explosión de nuevos cultos religiosos. Hay miles. Sin exageración alguna: el Registro Nacional de Cultos de nuestro país tiene anotadas cerca de 3.000 religiones. El estudioso Fortunato Mallimaci –un sociólogo que investiga las religiones en la Argentina desde hace años–  vincula el crecimiento de todo tipo de cultos a la ausencia del Estado en situaciones difíciles: asegura que las iglesias funcionan como espacios de contención en momentos de crisis en los que el Estado se retira de la salud y las políticas sociales. "Son espacios que pueden darte alguna certeza en situaciones de fragilización, lugares donde se consolidan lazos, refugios", explica.

Sea o no la explicación principal, el reciente informe de investigadores del Conicet, coordinado por el mencionado Mallimaci, muestra que los cultos llamados “evangélicos” crecieron en adherentes del 9 por ciento en 2008 al 15,3 por ciento en la actualidad.

El uso de comillas en “evangélicos” tiene un sentido de advertencia precavida: el adjetivo que se usa habitualmente engloba una heterogénea cantidad de organizaciones religiosas, por lo general identificadas como “cristianas”, pero que tienen enormes diferencias entre sí.

Alguna vez Concepción del Uruguay tuvo cuatro cine-teatros. Y antes, un teatro imponente para casi medio centenar de personas. Uno a uno esos espacios se fueron perdiendo.

Por mencionar una de esas diferencias, mientras algunas de esas organizaciones “evangélicas” se han transformado en la base de apoyo de la derecha más reaccionaria (como la candidatura de Gómez Centurión, o en Brasil su conexión con el bolsonarismo, o en el golpe de Estado en Bolivia) otras iglesias evangélicas, con mucha mayor tradición en la Argentina, tienen una historia de lucha por los derechos humanos durante la dictadura, e integran una Federación de Iglesias Evangélicas (FAIE) que, sin pelos en la lengua, condenó el golpe y manifestó su dolor ante “el avance de grupos que haciendo mal uso del nombre de Dios y de distintos símbolos religiosos promueven y justifican fanáticamente discursos y acciones cargadas de odio e intolerancia así como inaceptables prejuicios raciales contra a los pueblos originarios de nuestro continente” (ver link: http://faie.org.ar/nuevo/)

Pero la FAIE es minoritaria entre los cultos evangélicos pentecostales. La mayoría de las iglesias pertenecen a la ACIERA (Alianza Cristiana Evangélica de la República Argentina), entre ellas la UAD (Unión de Asambleas de Dios), de la que forma parte la “Iglesia Transformados”. Y hay una clara grieta entre ellas. La ACIERA ha sido una de las principales impulsoras de la movilización evangélica en contra de lo que denomina “ideología de género”, y por supuesto “a favor de las dos vidas”, el eufemismo con el cual los sectores más conservadores defienden la clandestinidad del aborto.

LA UAD

La UAD tiene más de un siglo de existencia. Consideran como su pionera a Alicia Wood, una pentecostal canadiense que en 1910 se instaló en Gualeguaychú para predicar y pocos años después fundó otra iglesia en la ciudad de 25 de Mayo (provincia de Buenos Aires). Obtuvieron la Personería Jurídica en 1948. En ese momento la UAD contaba con 20 iglesias y un instituto bíblico, el "Instituto Bíblico Río de la Plata”. En 1954 el evangelista Tommy Hicks llevó a cabo una campaña en el estadio de fútbol del Club Atlanta, que fue autorizada luego de una entrevista con el entonces presidente Juan Perón. Según la historia que cuenta la UAD, entonces “Dios sanó a muchos enfermos e hizo milagros en tan grande escala que los hospitales quedaron vacíos, 200.000 personas llenaron el estadio por noche y lo rodeaban afuera escuchando por altoparlantes”. Más allá de esas leyendas, el crecimiento fue exponencial en las últimas décadas: de aquellas 20 iglesias pasaron a ser casi 2.000 en la actualidad.

La UAD pertenece al sector evangélico más conservador: la Confraternidad Evangélica Pentecostal (CEP), la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA); y en la esfera internacional a la Confraternidad Mundial de las Asambleas de Dios (World Assemblies of God Fellowship). La ex diputada Cynthia Hotton (que integró la fórmula con Gómez Centurión) es una de sus referencias. Como muestra de su creciente presencia, Hotton presentó en 2010 un proyecto de ley con el que pretendía que el dinero que recibe actualmente la Iglesia Católica se reparta a todas las otras congregaciones cristianas.

Ese proyecto fue rechazado por la FAIE, por entender que “la subsistencia de una iglesia que goza de privilegios legales establece diferencias que debemos superar a favor de un diálogo ecuménico e interreligioso”, según explicó en ese momento la pastora Karin Krug, presidenta de la Federación de Iglesias Evangélicas. También lo rechazó la Iglesia Católica aunque por razones bien distintas. Y aunque ese rechazo no le impidió años después movilizarse junto a la UAD y la ACIERA en contra de la educación sexual y de la legalidad de las interrupciones voluntarias de los embarazos.

 

UNA HISTORIA DE ABANDONO

Ubicado en calle Rocamora entre Supremo Entrerriano y Ugarteche, el Cine Teatro Rocamora fue mandado a construir sobre un terreno de su propiedad por Rodolfo Miloslavich, uno de los emprendedores más activos e inquietos de la historia uruguayense (por ejemplo, impulsor de la legendaria bebida “Lusera”). El edificio tiene una superficie de 378 metros cuadrados, 14 metros de frente por 27 metros de fondo, un espacio importante para ofrecer comodidad y espectáculos considerables para un público de ciudad.

Se inauguró como cine en 1928 y dos años más tarde como teatro. El proyecto fue de G. Andreu y la construcción de la obra estuvo a cargo de la empresa Vicente Petroni y Delfín Trigos. A partir de 1932 pasa a ser propiedad de la empresa porteña E. Wualfich, quedando la explotación comercial a cargo de Víctor Tofalo (h). En 1944, empieza a ser alquilada, junto con los demás cines locales ("Texier” y "Rex") a la Compañía Exhibidora del Litoral, que explotaba cines en toda la provincia de Entre Ríos y en la provincia de Corrientes.

Algunos años después, la Compañía del Litoral entra en decadencia, y las salas pasan a manos de Moisés Baralya, empresario de cine y socio gerente de esa empresa, quien durante algún tiempo trató de reactivarlas. Baralya falleció a fines de 2006. Pero ya hacía rato que se había desentendido del cine, que para fines de los años 80 ya no funcionaba.

Durante la gestión municipal de Carlos Scelzi (1987-1991) se hizo un acuerdo con Baralya para que en el Cine funcionara el Bingo Municipal. Con la gestión de Hugo Baldoni (1991-1995) se impulsó un proyecto para reabrirlo: se cambió el nombre (pasó a ser “Teatro Eva Perón”) y se inauguró únicamente la planta baja del inmueble: se acomodaron las butacas, se arregló el escenario y se habilitó para que pudiera funcionar. Durante algunos años se realizaron actividades, funcionaron talleres municipales de teatro y se presentaron en el Eva Perón diferentes artistas y bandas, algunas de renombre nacional. Hasta comienzos de los años 2000, aunque seguía el deterioro, había actividad.

Luego, nuevas desinteligencias con los propietarios frenaron la posibilidad de recuperarlo. Baralya murió en 2006 y el inmueble quedó en manos de sus hijos Debora, Judith y Marcos Baralya. Hasta hace pocos años, el grupo “Epojé Arte” hizo numerosas gestiones, e incluso llegó a reunirse con Marcos Baralya, con la expectativa de llegar a un acuerdo para recuperar y poner en marcha el lugar. El objetivo de Epojé era precisamente restaurar y poner en valor el Teatro, por considerarlo de valor histórico y cultural, para volver a vincularlo con su original función: el arte. Su campaña quedó testimoniada en publicaciones y fotos en su muro de Facebook:

https://www.facebook.com/pg/epojeartes/photos/?tab=album&album_id=859207390806235

 

SÍNTESIS TRISTE

Alguna vez Concepción del Uruguay tuvo cuatro cine-teatros. Y antes, un teatro imponente para casi medio centenar de personas. Uno a uno esos espacios se fueron perdiendo. Aquí compartimos una síntesis de esa historia triste y simbólica, en una ciudad que hasta hoy presume de “histórica y cultural”:

- Teatro Primero de Mayo. Mandado a construir por Urquiza, demolido en la década de 1930. En su lugar está el rectorado de la UNER, que a modo de homenaje hizo una salita que lleva ese nombre.

- Cine Teatro Texier: Hoy sala de juegos del Casino, con máquinas tragamonedas y otros instrumentos destinados a esquilmar a las personas.

- Cine Teatro Avenida (luego Rex): el último lugar del país donde actuó Carlos Gardel. Hoy es un supermercado.

- Casa de la Cultura: Se incendió hace casi dos años y aun no ha podido reabrir.

- Cine Teatro San Martín: Funciona allí el único cine de la ciudad, con muy buenas condiciones y programación. De los espacios históricos, es el único que queda. Cuidémoslo, por favor.

 

(*) Los datos históricos fueron tomados del sitio "Concepción del Uruguay, Historia y Turismo" y del sitio "Epojé".

 

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