Paraná culminó jornadas históricas para su vida política e institucional. Fue el objetivo de todas las cámaras y su nombre se multiplicó en el amplio mundo mediático de Argentina y Latinoamérica. Este 17 de diciembre, seis presidentes confluyeron en el Centro Cultural La Vieja Usina. Como en otras épocas, cuando la ciudad fue capital de la Confederación Argentina, albergó a mandatarios y diplomáticos que llegaron para definir algunos temas puntuales sobre la política interior y exterior del Mercado Común del Sur (Mercosur). Los discursos que comenzaron pasado el mediodía, versaron sobre la integración interna del bloque y los vínculos comerciales externos. Además, en este marco se saludó el reciente acuerdo entre Cuba y Estados Unidos, en busca de lograr el desbloqueo institucional entre ambos países.
Por N.B. de ANÁLISIS DIGITAL
Las calles capitalinas sintieron la presencia de las fuerzas de seguridad. Desde la semana pasada, autos patrulleros, policías, motos y camionetas cargadas con agentes custodiaron el espacio público. Con el correr de los días, esa presencia fue multiplicándose. Este martes por la noche -exceptuando la zona de festejos y eventos culturales-, el centro capitalino estuvo casi libre de transeúntes y vehículos. Es que el despliegue de fuerzas de seguridad fue monumental, extraordinario: hubo fuerte custodia por tierra, por aire y por agua. No es para menos, seis presidentes estaban llegando a la ciudad, prontos a sesionar en la 47° Cumbre de jefes y jefas de Estado del Mercosur.
Las inmediaciones al Centro Cultural la Vieja Usina estuvieron valladas, al igual que buena parte del Parque Urquiza. Sin embargo, unos pequeños grupos de militantes kirchneristas pudieron acceder al lugar, donde desplegaron algunas banderas y aguardaron la llegada de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández. Adentro, el predio de la Vieja Usina se vio completamente modificado. Colocaron grandes banderas en las que se invocó la 47° Cumbre y no se olvidó mencionar la “Gestión Urribarri”. Las amplias carpas y gazebos que alojaron a cientos de cronistas, se escondieron detrás de las gigantografías. Equipos de transmisión, parlantes, micrófonos, cámaras y computadoras fueron algunos de los aparatos que acumuló el espacio. Había grupos de prensa de todos los países, pero el acceso a los mandatarios no fue posible para todos. Durante la mañana, la mayoría de los periodistas sólo pudo observar a los presidentes a unos 20 metros, cuando bajaron de los autos oficiales e ingresaron al salón.
Primero Cristina Fernández (Argentina), después Dilma Rousseff (Brasil), luego Evo Morales (Bolivia), José Mujica (Uruguay), Horacio Cartes (Paraguay) y Nicolás Maduro (Venezuela). Así, en ese orden ingresaron los mandatarios. A la señal que marcó la diferencia la dio Cristina. Ella abandonó el vehículo oficial en la entrada principal e ingresó caminando, mientras saludaba a las cámaras. A través de las pantallas de transmisión se observó el salón donde sesionaron los presidentes. Un arreglo floral que se extendió a lo largo de las mesas, pinceló de rojo el ambiente con vivas estrellas federales. A su alrededor posaron las autoridades: mandatarios, cancilleres, ministros y asesores.
El inicio de las actividades estaba previsto para las 10.30. Tras una reunión privada que insumió más de una hora, la sesión propia de la Cumbre arrancó cerca del mediodía. El primero en hablar fue el canciller Héctor Timerman, quien se refirió a los seis meses de Presidencia pro témpore de Argentina y que hoy traspasó a Brasil. Timerman dio un informe sobre la gestión nacional al frente del Mercosur.
“INTEGRACIÓN EN IGUALDAD DE CONDICIONES”
Cristina Fernández fue la primera mandataria en pronunciar su discurso. Habló de la integración entre los países del bloque y los vínculos comerciales externos del Mercosur. La Presidenta argentina, quien por seis meses encabezó la titularidad del bloque comercial suramericano, dijo que “podemos percibir un proceso de mayor integración en los últimos años” del Mercosur. En la misma línea, sostuvo que “el entenderse y comerciar con los vecinos no puede ser un obstáculo para negociar con el resto del mundo”. Reafirmó que la búsqueda para “revertir” ese proceso, apunta a la integración con otras economías regionales: “Es imposible integrarse al mundo si no se integra primero la región. Si logramos una mejor distribución al interior, vendrá la integración con áreas más consolidadas. Es decir que la integración interna sería altamente beneficiosa para el pueblo, porque no puede haber desarrollo ni crecimiento si no es inclusivo. Entonces, estamos de acuerdo con la integración en igualdad de condiciones, y para eso es necesario contemplar datos reales. Creo que debe primar el pragmatismo, el realismo y la sinceridad a la hora de la discusión”.
En sentido similar, la mandataria nacional aclaró que “cuando hablamos de comercio, hablamos de objetos claves. No hay que perderse en debates elogiosos. Tenemos que analizar claramente qué se nos da, y qué se nos pide a cambio”. La referencia era sobre las negociaciones comerciales del bloque con otras economías. “El momento en que decidimos hacerlo es difícil, porque el mundo atraviesa un momento difícil”, acotó. Definió que en este tipo de condiciones, “es la política la que decide”. “La soberanía política sigue siendo una de las banderas”, agregó y ejemplificó: “Estamos defendiéndonos de los buitres especuladores”.
Por último, saludó al gobernador Sergio Urribarri y distinguió a Entre Ríos como provincia. “Les cuento que la bandera de Entre Ríos es la de Artigas. Está cruzada por una banda roja. Esta es una tierra muy entrañable por la historia de las luchas emancipatorias”, destacó. Al mismo tiempo en que se pronunciaron estas palabras, las cámaras hicieron un primer primerísimo plano al rostro de Urribarri, quien permanecía sentado detrás. El precandidato a presidente de la Nación, luego de haber cruzado a su par porteño Daniel Scioli cuando afirmó que ambos son “como el agua y el aceite” para compartir una fórmula, esbozó una gran sonrisa.
NUEVA PRESIDENCIA PRO TÉMPORE
Paso seguido fue el turno de la brasileña Dilma Roussef. La mandataria del país geográficamente más extenso del Mercosur, aterrizó en suelo paranaense pocos minutos después de las 10. Rousseff, quien recibió la Presidencia pro témpore del Mercosur, pronunció un discurso de ejes similares al de Cristina Fernández. Dijo que el bloque creció “con la integración de Venezuela” y que apunta a “profundizar esa tendencia”. Propuso ahondar en “las relación entre nuestras economías, en un espacio regional plurinacional”, y subrayó la importancia del “comercio intrabloque”.
“La libre circulación es una realidad. La decisión de adoptar una patente única para todo el Mercosur, es un paso más en esa dirección”, remarcó y aseguró que “el modelo de desarrollo está dirigido a la inclusión social”. Se busca fortalecer la justicia en la distribución de derechos”, acotó en el mismo sentido.
Frente al escenario mundial actual, la presidenta brasileña propuso “duplicar la apuesta en la integración”, para lo cual cuentan con “la determinación de todos los países” miembro del bloque. “La integración vendrá con el avance en las discusiones para diversificar la producción y las cadenas productivas”, postuló y apuntó a los “acuerdos de complementación económica”. Propuso “aumentar el intercambio comercial” y renegó porque la Unión Europea no devolvió ninguna propuesta al Mercosur: “Si nosotros entregamos la propuesta, esperamos recibir de ellos una propuesta al mismo tiempo”.
Además, declaró su apoyo a “la reestructuración de la deuda soberana argentina”, y dirigió un especial saludo al mandatario Uruguayo José Mujica: “Tengo el privilegio de haberlo conocido y contar con su amistad y colaboración. Para nosotros es una fuente de inspiración y estoy segura de que Tabaré (Vázquez, presidente electo de Uruguay) continuará el mismo camino”.
OTROS ORADORES
Los presidentes que siguieron a los dos primeros discursos fueron Horacio Cartes de Paraguay; José Mujica de Uruguay; Nicolás Maduro de Venezuela; y Evo Morales de Bolivia, país que busca la adhesión plena al bloque. Además, hablaron los representantes de los Estados Asociados al Mercosur. Lo hizo el ministro chileno; el canciller de Ecuador; y el canciller colombiano.
Cartes dio un cálido saludo a Urribarri porque “hace poco tiempo nos devolvieron trofeos de guerra de la Triple Alianza”, tal como referenció. El presidente paraguayo hablaba de la devolución de los muebles del Mariscal Solano López. Asimismo, destacó “la predisposición que siempre tuvieron con Paraguay para integrarlo al bloque”.
José Pepe Mujica fue uno de los presidentes más aplaudidos. El uruguayo sostuvo que en el tiempo actual “hasta la guerra se privatizó”. “Hasta dónde llega la guerra contemporánea. Esto es el comercio de la desgracia”, arremetió. Dijo también que “el crecimiento no es lo mismo que el desarrollo, lo cual se logra con orientación política. El desarrollo nunca va a ser lo que surge del mercado, porque éste puede ser una fuerza creadora, pero también puede ser una fuerza descuartizadora”, planteó.
Por otro lado, abogó por la construcción de un puerto de aguas profundas. “Tiene que ser propiedad de todos los gobiernos y sería para compartirlo. No podemos estar discutiendo indefinidamente sobre la zona franca, en vez de encarar los problemas de fondo para que nos unan para siempre”. Señaló que “necesitamos comunicación de las líneas energéticas y carreteras, de lo contrario, cualquier crisis nos puede tirar abajo”. Anunció para los tiempos que vienen “tremendas súper potencias”. En este contexto, “si no somos capaces de construir cimientos de integración, vamos a pulverizar el futuro”, pronosticó.
Nicolás Maduro señaló que “nos enfrentamos a una guerra política” y afirmó que “las armas son el sabotaje económico que daña a los países”. Para evitarlo, propuso “dinamizar los planes de carácter binacional” mediante el “camino del respeto”.
Por último, Evo Morales sostuvo que “durante todo este tiempo nos dividieron”. Pero “nosotros resolvemos nuestros temas políticos”. Indicó que “los fondos buitre” constituyen “una agresión económica”. “Acá hablamos de integración comercial, pero la integración debe ser integral. Al margen de ver temas políticos y económicos, hay que acabar con las profundas asimetrías”, cerró.
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