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MATÍAS VELÁZQUEZ

Un joven uruguayense es voluntario en los Juegos Panamericanos de Lima

Desde el pasado sábado, Matías Velázquez está en Lima (Perú) como voluntario en los Juegos Panamericanos que allí se desarrollan hasta el 11 de agosto. Una charla sobre las curiosidades de Lima y sus expectativas en la mayor competencia deportiva continental, y sus antecedentes como voluntario de los Juegos Olímpicos de la Juventud.

 

Por JORGE RUBÉN DÍAZ de EL MIÉRCOLES DIGITAL 

Colaboración: M.B.

Fotos: Gentileza de M.V.

 

Además de Magdalena Magui Garro, la palista de Regatas que buscará quedarse con medallas en las competencias de canotaje (ver nota: Debutará el domingo….), otro uruguayense también será protagonista durante los próximos 20 días de los Panamericanos, aunque desde un rol no competitivo y “sin aparecer en las cámaras de TV”. Lo hará como colaborador en la organización.

Matías Velázquez tiene 26 años, cursa el cuarto año de la carrera de Turismo en la Facultad de Ciencias de la Gestión de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (FCG-Uader).

Hubo dos etapas en esta entrevista: una antes de subir al avión y la restante vía WhatsApp desde Lima, ni bien se instaló y tomó mayor conocimiento acerca de los roles que desempeñará en los próximos días.

Algunos de los voluntarios argentinos.

Arrancó con el pie derecho: el Comité lo designó como “Noc Assistam” de la Delegación Argentina, por lo que estará cerca de los mejores atletas del país. “Soy el nexo con Diego Guzmán, el jefe de Misión argentina, para atender las necesidades que tenga esa delegación frente al Comité Nacional. Seré como un intermediario”, explicó muy feliz, adelantando sus primeras impresiones desde allí: “Tenemos una oficina donde están los del COA (Comité Olímpico Argentino), el jefe de Misión, el equipo médico, el de kinesiología, de prensa... Nos tratan muy bien, son re macanudos”.

Para quienes no están familiarizados con eventos de esta naturaleza, el organigrama es muy similar al de un Juego Olímpico. En estos juegos habrá 39 deportes y disciplinas, de los que la mayoría otorga clasificaciones a los Juegos Olímpicos de Tokio (2020), con la participación de atletas de toda América.

 

DE BUENOS AIRES A LIMA

 

Matías es el único voluntario de La Histórica. Aunque cree que de Entre Ríos “hay dos o tres más”, pero habrá varios argentinos que cumplirán esa función. A la mayoría los conoció en Buenos Aires y coordinaron para estar juntos.

El año pasado fue uno de los seis voluntarios uruguayenses en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se desarrollaron en la capital argentina (Ver nota: “Verán competir el futuro de la elite deportiva mundial”).

Algunos de los/las deportistas argentinos que ya están en Lima.

“En septiembre y octubre del año pasado salió la convocatoria en un portal y cargué todos mis datos”, contó. “Según el perfil te van seleccionando para el área que te destinarán, a lo que se suman los módulos de capacitación que hicieron a través del sitio digital: Juegos Panamericano o Para-Panamericanos; Información sobre Lima como ciudad; y La Agenda 2030, que son los desarrollos y objetivos sustentables”, prosiguió. Además, “en enero tuve una capacitación virtual con la persona que estaba como voluntaria de la ONU. El último módulo fue en abril”. “Después mandaron las cartas de los diferentes puestos. Hace un par de semanas me confirmaron que me querían en servicio al Comité, que es uno de los mejores puestos en lo que es la villa de atletas que queda en Villa El Salvador, en la zona sur de Lima, a una hora y media del centro”, explicó.

“Un plato de comida cuesta entre 8 y 10 soles, o sea, 150 pesos nuestros, e incluye una entrada, un plato principal y una bebida. Hay mucha diferencia, lo mismo que en la ropa y electrodomésticos”.

“Es una experiencia de desarrollo personal porque se puede tomar contacto con mucha gente. Jamás me hubiese imaginado estar ahí”, aseveró emocionado. La organización estableció sedes en varias partes de la ciudad y todas fueron construidas para estos juegos.

Sobre la modalidad de trabajo, indicó: “Si bien los horarios son de 8 a 21, los voluntarios trabajan ocho horas, pero siempre son más. No andás mirando el reloj. En Buenos Aires me iba a las seis de la mañana y volvía a las 20. Pasan las horas muy rápido”.

El antecedente de voluntario en los Juegos Olímpicos de la Juventud pesó bastante en su selección: “Es una experiencia muy buena, los voluntarios vemos otras cosas que lo que lo hace un espectador. Cuando finalice todo nos darán dos certificados, uno de los juegos y otro que otorga la ONU”.

 

LIMA Y LOS PRECIOS

 

Matías contó que junto a varios argentinos voluntarios -que se conocieron en Buenos Aires el año pasado- mantuvieron contacto en un grupo de WhatsApp y coordinaron para avanzar en la logística de alojamiento y estadía. “Al igual que en Buenos Aires, nos dan la ropa, tengo entendido que son dos pantalones, dos polos que le dicen ellos (chombas), una campera, una gorra y nada más.  Depende del turno en que se trabaja nos dan la comida y los certificados de transporte para andar en la ciudad, desde donde estés hasta la sede. En marzo ya alquilamos un departamento en el distrito de Miraflores, pese a que nadie estaba seleccionado aún, lo hicimos ese mes porque estaba barato. El transporte aéreo, o lo que sea, hasta Perú corre por nuestra cuenta, al igual que el alojamiento. Conseguimos un departamento de dos pisos, pagaremos 1.200 dólares entre todos, cada uno pagará cien dólares por la estadía completa. Tiene cinco dormitorios y cinco baños más la cocina. Es una zona como si fuese Recoleta (Capital Federal), a tres cuadras de la costanera, frente al océano Pacifico”, detalló sorprendido sobre lo económico que resulta “comparando con Buenos Aires”. “Esa misma plata la gasté en diez días”, recordó.

Para tener otras referencias, la moneda peruana es el Sol. Cada sol equivale a 13 pesos argentinos. “Un plato de comida cuesta entre 8 y 10 soles, o sea, 150 pesos nuestros, e incluye una entrada, un plato principal y una bebida. Hay mucha diferencia, lo mismo que en la ropa y electrodomésticos”.

Parte de la Villa Panamericana. Esos edificios fueron construidos para estos Juegos.

Si bien confiesa que siempre tuvo la idea de conocer Cuzco o las Ruinas de Machu Picchu, ahora la prioridad es otra: “Apareció esta oferta y la quiero aprovechar, los juegos son una sola vez, quedará para otra ocasión”.

Reconoce que para Tokio (Japón) “queda lejos en todo sentido”. “Me anoté igual, pero estoy flojo en inglés y lo pedían, o japonés. Pero hay muchos juegos en varias partes del mundo, como por ejemplo Lausana (Suiza) el año que viene, que son los Juegos Olímpicos de Invierno. También la Copa América de fútbol en Argentina y en 2.021, en Rosario, los Juegos Suramericanos, que también necesitan voluntarios”, adelantó.

Los Juegos empiezan formalmente el viernes, pero ya iniciaron las competencias. El uruguayense vio el triunfo del equipo argentino femenino de handball sobre EE.UU por 26 a 15.

Los juegos empezaron este miércoles con participación argentina, pero oficialmente la fiesta inaugural será recién el viernes, y Matías aún no sabe qué rol tendrá ahí, tiene muchas ganas de acompañarlos hasta el estadio. De paso, ya informaron que todas las entradas están agotadas. “Tal vez me toque ir o sino en la ceremonia de clausura”, se ilusiona.

Sería la frutilla al postre porque de todas formas sabe que está en un lugar de privilegio continental y lo disfruta como tal.

 

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