Condensa casi dos décadas de investigación y en 440 páginas, con numerosas ilustraciones, muchas de ellas inéditas.
Semanas atrás en la Escuela de Música Celia Torrá de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Uader, en Concepción del Uruguay, se presentó el libro "La canción del mundo entrerriano" de Guillermo Lugrin.
Es el primer estudio serio, detallado y sistemático sobre el pasado y el presente de la música entrerriana de raíz folklórica, que es mucho más que la proverbial chamarrita.
Guillermo Lugrín es no solamente un estudioso apasionado de la temática, sino además un protagonista de un movimiento sociocultural, de raíces amplísimas, que abarcan todo el territorio entrerriano –casi como los siete mil cursos de agua que se despliegan por él–, de manera semi subterránea, tan viva y nutricia como a la vez oculta para buena parte de la población.
El libro “La Canción del Mundo Entrerriano", es un análisis de la constitución social, poética y musical del cancionero folklórico de la provincia. Condensa casi dos décadas de investigación y en 440 páginas, con numerosas ilustraciones –muchas de ellas inéditas–, está estructurado en capítulos que recorren los géneros musicales cultivados en Entre Ríos y también registra cantautores, poetas e intérpretes ineludibles con un criterio que no solo se hace cargo de los nombres conocidos o exitosos, sino también da a conocer otros mucho menos difundidos pero tan valiosos como sorprendentes.
Así sus páginas pasan por la obra de Abelardo Dimotta o de Linares Cardozo, como clásicos más o menos reconocidos, o por la relación de Víctor Velázquez con Atahualpa Yupanqui, pero también incluye el análisis del trabajo de pioneros como Agüicho Franco o Ricardo Zandomeni, y de creadoras como María Silva o Marita Londra, por mencionar apenas algunos de los más de doscientos nombres que recupera en su investigación y cuya labor repone, ya sea como compositores, poetas o intérpretes.
Como dice Tirso Fiorotto en el prólogo, el Guille –investigador, compositor y cantor– ha estudiado en profundidad “luego de coleccionar por muchos años una pila de discos y casetes con música del pago, y ha consultado a personas de hondos saberes, con pruebas que sorprenden. Lugrín conoce en persona a muchos, a muchas, ha tratado largo y tendido con cada artista, y es tal su compenetración que abandonó las luces de la gran ciudad para meterse en la sombra callada de los algarrobales, donde conversa con el paisaje y sus moradores”.
En la presentación estuvieron tocando junto a Guille, el Pini Angel Muñoz –guitarrista y cantorazo nuestro– y un gurí de 18 añitos que la rompió con el acordeón, Axel Martínez. Con las anfitrionas de la Escuela y la Facultad Cecilia Elola, Fernanda Pepey y un clima que no podía ser de otro modo: amable, informal y afectuoso como acostumbramos en nuestra tierra.
El libro fue editado en conjunto por el Movimiento De Costa A Costa y la cooperativa El Miércoles.
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