El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Es el título del material discográfico que se está presentando en Fundación La casita.
Por ANALÍA HERNÁNDEZ
Dicho trabajo es el resultado del proyecto llamado “Canciones para A-prender-se”, que se llevó a cabo durante todo el 2017 en el espacio de Musicoterapia junto a niños de Fundación “La Casita” Centro de Día y centro Educativo terapéutico para personas con discapacidades neurológicas Severas.
La Musicoterapeuta Karen Rodríguez, busca acercarles una experiencia de trabajo donde la posibilidad de entender la comunicación como una capacidad de las personas para entenderse más allá del lenguaje verbal, se convierte en la clave para generar recursos, medios y oportunidades para fortalecer el deseo y la intención de comunicar .
Fueron invitados a forman parte María Ponce de León y a El coro de niños del Programa de Coros escolares, Gastón Pletti, Graciela Bonin y los chicos de la Orquesta Escuela Rio de los pájaros. El desafío en esta instancia fue conjugar los aprendizajes de cada uno en un hacer común. Lo cual fue un éxito y surgió la idea de grabar un CD.
Este recorrido llevó a encontrarnos con gente muy solidaria que se fue sumando como Luciano Sandoval, Marcelo Chelo Delgado, Luis y Lucrecia Gómez que nos ofrecieron sus instalaciones de Procolor, su conocimiento para la realización del proyecto.
En la práctica, el compromiso real por establecer una comunicación efectiva, nos llevó por un proceso de aprendizaje mutuo, en el que aparecían vocalizaciones, gestos, expresiones, movimientos que invitaron a descifrar su mensaje. El trabajo con canciones aparece como propuesta creativa que contempla la posibilidad de expresión desde la singularidad de cada persona.
Es así que desde el área de musicoterapia se elaboró un programa de trabajo con sus técnicas e intervenciones terapéuticas para el desarrollo de capacidades y potencialidades expresivas y comunicativas mediante diferentes experiencia lúdicas de autodescubrimiento, exploración, experimentación, en un encuadre donde el eje estructurante fue hacer con lo sonoro-musical, que implica el uso de la voz los instrumentos musicales ,el sonido la música y el cuerpo, ofreciendo así un espacio de expresión placentero y de gran valor emocional.
Para Comunicar debe haber voluntad de transmitir a otro algo que uno quiere significar y, a su vez, ser capaz de significar algo que el otro necesita transmitirme, utilizando el mismo código para comunicarnos y atendiendo conjuntamente. Desde este lugar tomamos todas aquellas cosas que surgieron en la etapa de exploración para crear frases, melodías, ritmos, dinámicas a partir de todo aquellos que generaba q algunos eleven el tono muscular, que otros se queden quietos expectantes, en otros risas, en otros palabras, en otros miradas, en otros movimientos, en otros una asociación simbólica.
Las respuestas desde la singularidad de cada chico fueron tomadas para generar actos comunicativos, en esta medida ellos (aun no conscientes de lo que sucedía) podían ir percibiendo que eso que los convocaba a hacer en las canciones, generaba algo en el otro, obtenían una respuesta, lo que dio lugar a que la intencionalidad se fortalezcaTodas las canciones construidas fueron tomando en cuenta las capacidades las posibilidades de cada chico, Como cada uno comprende y se conecta con el mundo, brindándoles recursos para fomentar la expresión, la comunicación y el lenguaje.
El fin último de la comunicación es entender este concepto como una acción social que involucra a un otro, nació la necesidad de compartir nuestro aprendizaje.
Para nuestros chicos, que otros canten sus canciones, canciones que los representan, que hablan de ellos, que los reflejan, que muestran lo que pueden hacer, fue muy significativo, sirviendo también como una fuerza para afianzar lo vivido al dar cuenta que lo que hacían también generaban cosas en los demás. Así comprendimos, que todo puede transformarse y re significarse.
Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectoresSumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo.
|
