El consultor político de Gualeguaychú, Carlos Elgart, evaluó el contexto social y político en el marco de los primeros meses de Javier Milei y las polémicas suscitadas con el DNU y la Ley Ómnibus.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Elgart analizó que “la luna de miel con el gobierno de Javier Milei es un poco más reducida que en otros tiempos por la premura de la crisis, y porque la paciencia de la gente está más acotada”.
“Si se toman los últimos resultados de las encuestas publicadas hubo una pérdida de imagen de Milei pero un cierto sector de la población aún sigue confiando en la capacidad del gobierno de ordenar esta incierta y desastrosa economía. Y encontramos en el gobierno de Javier Milei una debilidad en términos políticos y esa debilidad ha tenido que ser contrarrestada en estrategia política del gobierno llevada a cabo en estos casi dos meses. La estrategia política es, ante una oposición desarticulada y sin liderazgos políticos, arremeter fuertemente con la ley ómnibus de más de 600 artículos y un DNU que, de hecho ya saben que no van a pasar”, señaló.
Y explicitó que “eso es parte de la estrategia política, ponen un montón de artículos que saben que no van a pasar pero son puestos ex profeso porque son las banderas de triunfo que le tenés que dar a la oposición en la negociación”. “En ese contexto de oposición desarticulada aparecen los gobernadores con un mayor protagonismo y son quienes comienzan a negociar en ese toma y daca que es legítimo en las democracia, donde el gobierno nacional –para presionar a las provincias- le saca 280.000 millones de pesos de coparticipación bajando de un solo saque 5 puntos del PBI, una bestialidad que ningún gobierno se atrevió a hacer y hasta el propio FMI está sorprendido de las intenciones de Javier Milei”, refirió.
“Con la negociación todo se comienza a acotar, el camino es muy largo porque recién estamos en Diputados y cuando la ley se apruebe va a pasar al Senado, donde los senadores responden a los gobernadores y por eso el gobierno tiene que ceder en el tema fiscal y de coparticipación con las provincias para que la ley pase el Senado”, apuntó.
Por otra parte, consideró que “también hay un poco de desconocimiento en el planteo de estas medidas fiscales, porque muchas veces se hace desde un escritorio en Buenos Aires sin conocer las distintas necesidades que tiene un país federal donde hay regiones muy distintas y con necesidades distintas; por ejemplo, en el sur muchos subsidios a la promoción industrial son necesarios o en la Región Centro donde las provincias son las grandes aportantes de las divisas a través de las retenciones es poco racional penalizar más a la producción que le da valor agregado y no tanto a los valores básicos. Hay en algún aspecto un poco de improvisación y desconocimiento, pero en otro aspecto significa esgrimir medidas que son abusivas porque forman parte de la lógica de la negociación”.
“Es muy típico de los gobiernos que cuando presentan una ley proponen cosas hasta irracionales porque son las cartas de negociación pero el tronco de la ley es lo que se puede negociar. Hay una parte troncal del árbol que el gobierno no está dispuesto a negociarlo y eso es lo que tiene que ir pasando y eso es lo que se está puliendo ahora. Por eso la parte fiscal que es la más sensible en la coparticipación del impuesto PAIS es la que el gobierno tiene que terminar de cerrar con los gobernadores en ese toma y daca que se está dando ahora, porque si no, no pasa el Senado y eso sería una derrota política para el gobierno porque la ley tendría que volver a ser discutida y modificada y los tiempos políticos apremian, la situación económica es de emergencia y requiere decisiones de cierta urgencia y también el hecho de que la ley pase es un mensaje a los mercados, que podrán leer que hay una persona con capacidad de negociación política y capaz de llevar un plan de gobierno. Si no se da ese mensaje estaríamos frente un Presidente que no tiene capacidad de gobierno, y eso sería negativo”, analizó.
Aseveró asimismo que “el gobierno sabe y tiene en claro que marzo será un mes de alta conflictividad social y por eso tiene que apurar los tiempos políticos para tener los instrumentos ejecutivos y comenzar a dar un mínimo de luz en el horizonte. En marzo habrá más afluencia de dólares, pero en la microeconomía hay salarios muy retrasados desde el año pasado y la encrucijada es cuánto se puede resistir, los sectores más vulnerables están siendo acompañados con un aumento de la política de ingresos, como la Tarjeta Alimentar que se duplicó. Pero en todo esto hay que tener en cuenta que cuando se cambia un gobierno, el Estado sufre cierta ralentización de sus gestiones, y por ejemplo el Ministerio de Capital Humano está prácticamente paralizado”.
En cuanto a las encuestas de imagen, puntualizó que “la imagen de Milei ha caído unos 10 puntos y se estima que en marzo el nivel de aprobación pueda estar por debajo del 50%, pero la base más importante que tiene Milei es la confianza que aún tiene en un vasto sector de la gente; hay un sector del público que es más consciente de la crisis y del desierto que hay que atravesar por la situación que apremia a la economía”.
Nota de Analisis.
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