Se conocieron documentos secretos donde se muestra cómo EE.UU. espía a enemigos y aliados por igual. La difusión de los informes de inteligencia obligó, por ejemplo, a que Ucrania deba cambiar sus planes militares. Investigan cómo se dio la fuga de los datos.
Por GABRIEL MICHI (*)
Hay secretos que cuando se revelan pueden generar problemas por doquier. Incluso entre supuestos "amigos". Ni hablar cuando eso ocurre a escala de países que son aliados. Y que, cuando queda al desnudo determinada información confidencial, esos cimientos parecen no ser tan sólidos. Eso es lo que acaba de quedar en evidencia (una vez más) con una serie de documentos "altamente calificados" del Pentágono de los Estados Unidos que está intentando frenar (casi sin chances de lograrlo) una gran cantidad de información que se está filtrando a través de Internet. En esos dossiers secretos se ve cómo EE.UU. espía no sólo a sus enemigos, sino a sus propios aliados por igual. Encima esas revelaciones ponen en riesgo a las relaciones entre naciones, pero también a informantes o fuentes de los servicios de Inteligencia en distintos escenarios complejos del Mundo, además de afectar sus propios intereses estratégicos o de terceras naciones "amigas".
Entre la documentación que se filtró hay incluso escuchas ilegales de Estados Unidos a aliados incondicionales, incluidos Corea del Sur, Israel y Ucrania. Además de dejar expuesto cómo la Inteligencia estadounidense logró penetrar al Ministerio de Defensa ruso y al grupo paramilitar Wagner que los complementa en el campo de batalla. Ese espionaje contra uno de los principales "enemigos" se revela que se hace utilizando intercepciones de las comunicaciones como también infiltrando personas que, con esta exposición, corren serios riesgos.
Pero la cosa no queda allí. Incluso hay mucha información secreta sobre armamentos y el despliegue y el alcance que las fuerzas ucranianas tienen frente a la invasión rusa. Es más, es tan detallada la documentación que obligó a las tropas de Volodymyr Zelensky a recalibrar la inminente contraofensiva que viene planificando hace semanas. Estos datos que surgen de los informes de Inteligencia colocan en una situación delicada la relación entre EE.UU. y Ucrania.
Según la subsecretaria de Prensa estadounidense, Sabrina Singh, "el Pentágono está realizando un esfuerzo interinstitucional. El Departamento de Defensa continúa revisando y evaluando la validez de los documentos fotografiados que circulan en los sitios de redes sociales y que parecen contener material confidencial y altamente clasificado. Se ha puesto de pie un esfuerzo interinstitucional centrado en evaluar el impacto que estos documentos fotografiados podrían tener en la seguridad nacional de Estados Unidos y en nuestros aliados y socios”. Singh aclaró que los funcionarios estadounidenses hablaron con aliados y socios durante el fin de semana sobre la filtración e informaron a las “comisiones del Congreso relevantes”.
A partir de la enorme dilación de información sensible, el Pentágono se vio obligado a cambiar el circuito de circulación de los documentos confidenciales y reducir el número de funcionarios que tienen acceso a ellos. Mientras el Estado Mayor Conjunto examina al detalle en dónde se pudo haber producido la filtración, si hay "topos" dentro de esas estructura y también determinar quienes fueron los destinatarios de esa información. Así se pudo comprobar que parte de esos documentos fueron realizados por el brazo de inteligencia del Estado Mayor Conjunto, conocido como J2, y parecen ser documentos informativos.
Los primeros documentos en aparecer en línea comenzaron a hacerlo el mes pasado en una plataforma de redes sociales llamada Discord. Así salieron a la luz una serie de fotografías de documentos que se veían arrugados, como si alguien los hubiera escondido entre sus ropas de manera precipitada. O sea, alguien de adentro de la propia Inteligencia estadounidense.
En esos documentos quedan expuestos los planes que el presidente ucraniano tenía en febrero de "atacar los lugares de despliegue rusos en la región de Rostov de Rusia” utilizando vehículos aéreos no tripulados, ya que Ucrania no tiene armas de largo alcance capaces de llegar tan lejos.
Las repercusiones internacionales no tardaron en llegar. Por ejemplo, entre los que integran el grupo "Five Eyes" (además de EE.UU., Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido) y que suelen intercambiar información sensible de sus servicios de Inteligencia. Desde allí expresaron su preocupación por los datos confidenciales que se difundieron sobre la guerra en Ucrania, algo que perjudicó a la defensa de ese país. En uno de los documentos de febrero titulado “Rusia-Ucrania: la batalla por la región de Donbás probablemente se dirija hacia un punto muerto a lo largo de 2023”, quedan al desnudo las estimaciones que hacen los especialistas en Inteligencia sobre el presente y futuro del conflicto.
Pero quizás uno de los datos que coloca a EE.UU. en una situación muy delicada es uno que muestra cómo el gobierno de Joe Biden viene espiando a su aliado (y protegido) Volodymyr Zelensky. En esos documentos quedan expuestos los planes que el presidente ucraniano tenía en febrero de "atacar los lugares de despliegue rusos en la región de Rostov de Rusia” utilizando vehículos aéreos no tripulados, ya que Ucrania no tiene armas de largo alcance capaces de llegar tan lejos. Y también evidencia que EE.UU. no quería dar a Zelensky sistemas de misiles de largo alcance por temor a que Kiev los use para atacar dentro del territorio de Rusia, algo que podría haber derivado en una escalada muy peligrosa. Vale aclarar que Ucrania se comprometió a no utilizar armas proporcionadas por EE.UU. para encarar una incursión semejante. En los informes se detallan los temores de que China pueda dar un apoyo mucho más activo a Rusia si queda más en evidencia la presencia de la OTAN en el conflicto.
En cuanto a otros aliados de EE.UU. que aparecen alcanzados por la filtración figuran Corea del Sur (con su siempre latente enfrentamiento con Norcorea) e Israel. Este último país atraviesa una situación muy conflictiva en las últimas semanas, tanto hacia el interior como el exterior. Entre los documentos se destaca un informe de inteligencia -elaborado por la CIA- que señala que el Mossad había estado alentando las protestas contra la reforma judicial propuesta por Benjamín Netanyahu, algo que desmintieron desde el Servicio de Inteligencia israelí: “El Mossad y sus altos funcionarios no alentaron, y no alientan, al personal de la agencia a unirse a las manifestaciones contra el gobierno, las manifestaciones políticas o cualquier actividad política. El Mossad y su personal superior en servicio no se han involucrado en absoluto en el tema de las manifestaciones y están dedicados al valor del servicio al Estado que ha guiado al Mossad desde su fundación”, señalaron desde un comunicado oficial.
Otra cosa que molestó en Israel es otro documento donde EE.UU. se jacta de cómo puede influenciar a otros Estados aliados para llevar agua a su molino. Un documento, titulado “Israel: vías para proporcionar ayuda letal a Ucrania”, declama que si EE.UU. presiona, ese Estado se va a haber obligado a brindar esa asistencia a Zelensky.
En los informes que se filtraron también le ponen cifras a la guerra entre Rusia y Ucrania. Señalan que, por ejemplo, las fuerzas rusas habían sufrido entre 189.500 y 223.000 bajas hasta febrero, incluidos hasta 43.000 soldados muertos en acción. Mientras tanto, del lado ucraniano habrían tenido entre 124.500 y 131.000 bajas, con 17.500 muertos en el frente de combate.
La mega filtración pone en peligro a personas. Pero también a las relaciones entre naciones, amigas y no tanto. Es como si el subconsciente de un país quedase al desnudo, sin ningún control ni represión interna. Un "sincericidio" que se convierte en un nuevo dolor de cabeza para la principal potencia del Mundo.
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