El ahora exsenador peronista Hugo Maín había asumido entusiasmado, ya tenía despacho y estaba armando su equipo. Su sorpresiva renuncia sacudió el escenario político. ANÁLISIS reconstruyó las horas previas a la dimisión e indagó acerca de un supuesto acuerdo con el ex intendente Adán Bahl para que su esposa acceda a una banca. La presunta jugada desató una ola de ira en el peronismo, hasta ahora contenida públicamente.
De la REDACCIÓN de ANÁLISIS
Maín ya había sido motivo de sorpresa en junio cuando de manera inesperada su nombre apareció al filo del cierre de listas como candidato a senador por el departamento Paraná.
Primero, porque se violaba un acuerdo tácito del peronismo que marca que en un período la candidatura a senador es para Paraná Campaña y la de diputado para Paraná, y en el siguiente a la inversa. Estaban terminando mandato Juan Carlos Kloss en el Senado y José Cáceres en la Cámara de Diputados.
Y segundo porque el cronograma electoral de 2023 lo había encontrado casi jubilado y con un proyecto político mínimo. Iba a ir como candidato a concejal suplente para darle un empujón a la lista de uno de los tres precandidatos a intendente que compitieron en el peronismo de María Grande.
Se sumaba también su reticencia de siempre a ocupar cargos en Paraná. Familiero y de perfil bajo, cuando terminó su segundo mandato como intendente en 2019, Maín continuó con sus actividades de toda la vida: su tarea docente, su estudio jurídico y la conducción de la Mutual Club Litoral, institución que fundó y lidera hace años.
Se comenta incluso que a su aliado político, otro ex intendente, Diego Lara, supo rechazarle ofertas para acompañarlo tanto en la Cámara de Diputados como en el Tribunal de Cuentas.
Para más datos, Maín venía de decirle que no a la propuesta de Adán Bahl, por entonces intendente de Paraná y candidato a gobernador por el peronismo, para volver a competir por el gobierno local luego de que una encuesta mostrara que medía muy bien en su ciudad.
Sus 63 años y un viejo problema cardíaco (una arritmia que hace tiempo lo tuvo hospitalizado) fueron la explicación para evadir un trajín que no tenía intenciones de encarar.
Algo parecido había ocurrido en días previos con Juan Carlos Kloss, que terminaba mandato como senador, medía alto en Hasenkamp y no quería competir para volver a conducir el municipio que había gobernado entre 2011 y 2019.
Cuando le preguntaron a Maín por qué había aceptado la senaduría, explicó que era un lugar más tranquilo que el municipio, que podría ir y venir de su pueblo e incluso mantener sus actividades.
Pero las sospechas se dispararon al conocerse el nombre de su suplente en la boleta: la esposa de Bahl, Claudia Silva. “La existencia de un acuerdo quedó enseguida en evidencia. Bahl encontró en Maín un dirigente leal, con votos pero sin aspiraciones, dispuesto a agarrar cualquier cargo menor en un eventual gobierno y dejarle la banca a la nueva primera dama”, especuló ante ANÁLISIS un conocedor del peronismo del departamento.
El 24 de octubre fue un día de pesadilla para el justicialismo entrerriano. Pero María Grande festejaba que por primera vez uno de los suyos iba a ocupar una banca en el Senado. Maín se impuso por poco contra un peso pesado del PRO: aventajó el entonces diputado y presidente del bloque Esteban Vitor por 85.763 votos contra 85.083.
Ante la derrota, el supuesto acuerdo de Maín con el matrimonio Bahl, si es que había existido, no tenía razón de ser.
El 4 de diciembre, Maín recibió contento su diploma de senador provincial. Se sacó fotos con su esposa y sus tres hijas y compartió un mensaje en sus redes sociales.
“Recibí mi diploma con mucha emoción y agradecimiento hacia quienes, con su voto, confiaron en mí para esta función legislativa. Es un orgullo ser el primer mariagrandense de la historia en ocupar una banca en la Cámara de Senadores y es una gran responsabilidad que desempeñaré con lealtad a mis ideas y a los intereses de los vecinos del departamento Paraná”, publicó.
También dedicó unas palabras “a mi amigo Adán Bahl que confió en mi para este desafío”.
Maín juró el 7 de diciembre en la sesión preparatoria y comenzó a organizar su tarea con evidente entusiasmo. En plena pelea por los despachos, logró instalarse en la oficina que había sido de Kloss y empezó a armar su equipo de trabajo pidiendo las afectaciones de personas de su confianza que estaban en distintos lugares del Estado.
Participó de la primera reunión de bloque, estuvo en la sesión en la que se sancionó la Ley de Ministerios y volvió a su pueblo para Navidad. Lo pasó en familia y usó sus redes para enviar un saludo a sus seguidores, con una foto de la mesa familiar con él en la cabecera, brindando con un vaso de vino y música cubana de fondo.
En la semana entre Navidad y Año Nuevo en María Grande aseguran que no pasó nada fuera de lo usual en relación a Maín. En un pueblo donde todo se sabe, aseguran que no atravesó ningún episodio de salud, ni recibió atención médica, ni se hizo en esa fecha tan poco usual estudios cardiológicos que le hayan dado mal.
No obstante, y supuestamente luego de una reunión con el matrimonio Bahl en Paraná, Maín se apersonó el viernes 29 de diciembre en el Senado.
Primero lo buscó en las oficinas del bloque al presidente Martín Oliva, pero no lo encontró. El ex intendente de Concepción del Uruguay ya estaba rumbo a Córdoba para pasar las fiestas en familia. En una charla telefónica le comunicó su decisión de renunciar y, acto seguido, dejó en mesa de entradas una nota en el mismo sentido dirigida a la vicegobernadora Alicia Aluani, en la que adujo problemas cardíacos.
A las pocas horas, la noticia comenzó a aparecer en la prensa. Hasta los colaboradores de Maín se enteraron por los portales de la inesperada determinación.
Ante las consultas, envió algunos mensajes a allegados en los que, en resumen, explicaba que las reuniones y las sesiones le habían causado cierta tensión, que eran tiempos complicados y que no quería afrontar preocupaciones que pudieran afectar su salud. Y desconoció cualquier acuerdo o maniobra del matrimonio Bahl.
La mayoría no le creyó y las críticas hacia Bahl arreciaron, aunque no se hicieron públicas, más allá de los movimientos en tuiter que fueron la comidilla del inicio del verano.
“Sigan tirando de la cuerda y el divorcio con la gente será irreconciliable”, publicó pasado el medio día el senador por Villaguay, Juan Pablo Cosso. La advertencia recibió apoyo virtual de Oliva, Adrián Fuertes, Carina Ramos, Mauricio Santa Cruz y otros dirigentes y militantes del peronismo.
Las hipótesis son varias. La que menos adeptos tiene señala que el acuerdo nunca existió, que simplemente Maín no se adaptó al nuevo rol y que los nervios le jugaron una mala pasada.
Otra indica que el acuerdo siempre existió, que se cayó con la derrota y que, ante la pérdida de poder, Bahl decidió reflotarlo. Hasta hay una versión que menciona como parte de pago un jugoso contrato por cuatro años en el despacho de Silva para una de las hijas de Main.
Y hay quienes van más allá y aseguran que el ex intendente de Paraná no apunta solo a la banca para su mujer, sino que la estrategia es más osada al punto de forzar una división del bloque y conseguir así un poder de negociación más alto con el gobierno de Rogelio Frigerio en un año en el que Bahl necesita recursos y protección y el gobernador necesita leyes clave.
Habrá que esperar y ver cuál de todas las posibilidades finalmente se confirma.
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