La pandemia recrudece, y la mayoría de los países están tomando medidas muy rigurosas para combatir este virus que sobrevive a pesar de los esfuerzos. Lo llamativo es que algunos grupos políticos sigan oponiéndose a la vacuna y a la puesta en marcha del pase sanitario.
Por ANÍBAL GALLAY de EL MIÉRCOLES DIGITAL
El principal argumento es que cercena las libertades individuales y recorta la autonomía personal. Ello es verdadero, pero si se pretende vivir en sociedad y en libertad es necesario saber que los derechos no son absolutos, y las restricciones necesarias, y más aun cuando está en riesgo la salud de la comunidad.
Algunos dirigentes políticos claman porque el gobierno, coarta la libertad, a cuento con la cuestión de la pandemia. Algunas provincias ya han puesto en marcha el “pase sanitario”. Ello implica que las personas que no estén vacunadas no tendrán acceso a lugares donde se congregue gente en mayor número de lo aconsejable por los expertos.
Los libertarios ponen el grito en las alturas porque se cercena la libertad, y ello es rigurosamente verdadero. Lo que estos libertaristas no comprenden es que vivir en comunidad supone restricciones, obligaciones y algunos recortes a los propios deseos.
Los hacedores de la Ley 1420 establecieron la obligatoriedad de la educación primaria laica y obligatoria. Los padres de los niños no podían negarse a enviar a sus hijos a la escuela. Hasta la década del 70 era la propia policía que iba casa por casa para averiguar si había niños en edad escolar. La maestra completaba la tarea. Ese recorte a la libertad tuvo un resultado notable: 98 por ciento de personas alfabetizados.
El artículo 19 de la Constitución expresa que cada persona puede hacer lo que tenga ganas mientras no moleste a los demás. Está implícito que los limites son los demás. Los liberales de 1853 dieron por descontado la vida en comunidad, y de allí establecieron reglas como la obligación de armarse en defensa de la Patria, y dejaron en claro que ningún derecho es absoluto, sino de acuerdo a las leyes que lo reglamenten.
"Si se pretende vivir en sociedad y en libertad es necesario saber que los derechos no son absolutos, y las restricciones necesarias, y más aun cuando está en riesgo la salud de la comunidad".
Han pasado siglos de convivencia humana y se han construido parámetros que respetan cada vez más las libertades y las decisiones individuales.
Benedetto Crocce en “La historia como hazaña de la libertad” insiste en que el trágico devenir humano tiene como meta principal el goce de la libertad. Se trata de un pensador liberal.
En occidente los países más liberales y respetuosos de la autonomía de las personas han establecido reglas tan estrictas que en Argentina los libertarios y otros las hubieran tildados de tiránicas.
Aparecieron los antivacunas, en algunos casos incentivados por periodistas indicando que tales vacunas eran perjudiciales. La dirigente Elisa Carrió hizo una denuncia que las vacunas eran venenosas.
En estos días algunas provincias han establecidos “pases sanitarios”. Supone que las personas que deseen participar de encuentros con muchas personas, deberán estar vacunadas. Ello llevó a los partidos más reaccionarios a emitir un comunicado oponiéndose con vehemencia por no haber pruebas científicas sobre su eficacia.
No es exagerado afirmar que la humanidad sigue en pie debido a las vacunas. En el siglo 14 la "peste negra" arrasó con un tercio de la población europea en diez años y allí comenzó también una larga lucha contra la viruela.
En 1979 la Organización Mundial de la Salud declaró al mundo libre de viruela. Para no hacer tan extenso es importante saber que la humanidad logró superar (y en casos erradicar) enfermedades como: cólera, tuberculosis, rabia, tétanos, poliomielitis, tos ferina, hepatitis B, fiebre amarilla y sarampión. Todo ello mediante vacunas. En nuestro país las vacunas son obligatorias.
Negar la eficacia de la vacuna por ramplonas cuestiones partidarias, no asoma como un aporte al bienestar comunitario. Se parece a una visión egoísta e incluso miserable.
rubengallay@hotmail.com
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