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CASO JORGE LÓPEZ

Declararon los hermanos Jorge y Oscar López, y explicaron cómo recibieron balazos de gomas y golpizas

Como lo hiciera el 27 de marzo del año pasado, el uruguayense Jorge López relató el calvario que vivió el 25 de mayo de 2015 a manos de efectivos de la Policía de Entre Ríos. Algo similar ocurrió con su hermano Oscar Aníbal y Enzo Sánchez.

 

Informe: JORGE RUBÉN DÍAZ de EL MIÉRCOLES DIGITAL

Colaboración: M.B y M.R.

 

Recordó la paliza recibida cuando lo llevaron detenido desde el domicilio de su hermano hasta la Jefatura Departamental de Policía, donde siguió siendo maltratado y torturado. La razón fue registrar con la cámara de su teléfono celular la detención de una adolescente por parte de la Policía en el barrio de su hermano, cuando los efectivos intentaron quitarle el aparato arrojándole gas pimienta a los ojos, luego le dispararon balas de goma e ingresaron a la fuerza a la casa para llevárselo.

 

EL TESTIMONIO

A diferencia de lo que ocurrió el año pasado, los policías imputados no fueron retirados de la sala, aunque esta vez se los ubicó al fondo. Una vez más, durante su exposición, Jorge López no pudo contener el llanto, pese a que pasaron casi cuatro años desde los hechos. “Primero estaba filmando cómo dos chicas maltrataban a los policías que se las querían llevar, eran menores. Uno de los policías me pidió que filmara para que se vea la actitud de las chicas”, comenzó. Y prosiguió: “Después, cuando llegan otros patrulleros y motos policiales salgo a filmar de nuevo, y ahí uno de ellos me lo quiso impedir pese a que yo estaba en la vereda. Me tiraron gas pimienta en los ojos, me metí a la casa y sentí las explosiones de balas de goma. Fui a esconder el celular porque creía que estaban enojados por la filmación. Después entraron a la casa, me golpearon con todo en el suelo, en todo el cuerpo, hasta que me cargaron atrás de una camioneta policial. En el camino me puteaban y pedían el celular –‘¡dónde está negro de mierda!’”.

“Cuando me llevaban no dejaban de apretarme el cuello, no paraban de golpearme. Me defequé encima. Entramos a la Jefatura y alguien dijo ‘ojo con pegar que hay cámaras´. Pasamos un patio, luego un pasillo angosto. Me ahogaba en mi propia sangre. Pensé que me mataban. Escupí contra la pared con la sangre para que quedara un rastro. Después ya no sentía dolor en el cuerpo. Tenía mucho frío. Mi hermano (N de la R: Oscar, que también fue detenido) les pedía que no me siguieran pegando. Iban para el desfile del 25 de Mayo, pasaba la Bandera de Ceremonia, me pasaban por arriba, levantaban el pie. Yo estaba en suelo, no me decían nada”, continuó. Luego, contó: “Me llevaron a un patio, me limpiaron la cara. Un señor que dijo ser médico se acercó pero no me dio su nombre, y me dijo que lo que tenía eran sólo heridas superficiales. Yo le decía que estaba roto”.

"Cuando vi que íbamos al hospital sentí alivio de que iba a seguir viviendo. Sentí paz".

“Me agarraron con la hidrolavadora porque estaba defecado por los golpes. Me bajaron los pantalones, tiraban agua en las partes íntimas, me pusieron una bolsa roja de pollera y se burlaban ‘está linda la nena’... Era un dolor tremendo, no se lo deseo a nadie”, remarcó, y reveló: “No podía ver bien pero había muchos policías”.

“Después vino una Traffic, toda camuflada y nos llevaron a la Comisaría Primera, nos llevaron a lo que ellos llaman ‘calabozo ciego’. Estaba mojado, muerto de frío, sentía que me moría, que se me iba la vida. Hasta que oriné sangre. Como pude -porque no podía moverme- llamé la atención, no sé si de otro preso o quién, para que llamen al médico. Vino el mismo que me atendió en la Jefatura, se agarró la cabeza y salió corriendo cuando me vio en el estado en que estaba. Me llevaron al hospital. Me querían tirar atrás de la camioneta porque estaba mojado. ‘Adelante no te vamos a llevar porque mojás todo’, me decían. Por la ventana de la Comisaría Primera les pidieron que me llevaran adelante por si nos veía algún jefe de la calle. Tenía miedo de que fueran a otro lado y me tiraran a un zanjón. Cuando vi que íbamos al hospital sentí alivio de que iba a seguir viviendo. Sentí paz. Me hicieron estudios, placas y llevaron a una clínica privada. Me llevaron a la Comisaría Primera otra vez y el encargado me dijo: ‘te puse en el calabozo ciego por pedido de arriba’. En Tribunales me tomaron declaración y me dejaron en libertad”, narró.

Comentó que sigue con atención psíquica, que recuerda con dolor que al regresar al hogar su hija lo evitaba “porque el padre se había transformado en un mutante”. “Todavía tengo pesadillas. ¡Basta por favor! ¡Espero que sea la última vez que declaro sobre esto, me hace mucho mal!”, imploró.

Otra secuela es la tremenda desconfianza que tiene en las fuerzas de seguridad: “Si voy en moto y veo un operativo trato de evitarlos pese a que tengo todo en orden”, explicó.

 

EL IDA Y VUELTA CON LA DEFENSA

A diferencia del año pasado, los abogados defensores estuvieron más incisivos y repreguntaron todo. Incluso hubo un momento de tensión entre los letrados y familiares de López presentes en el Recinto, por lo que el presidente del Tribunal tuvo que intervenir para que no se pase a mayores.

Hubo exposiciones de diferentes pruebas, que en este caso fueron imágenes y videos.

López aseveró que nunca tiró una piedra contra nadie y que no recuerda los rostros de los policías que estuvieron en la casa. Proyectaron los videos que él filmó donde detienen a la joven y después cuando intentan quitarle el celular, el registro de su ingreso a la casa con el teléfono quieto y encendido, tomando el audio de los disparos y los gritos de los policías que entraban gritando “¡Al piso, al piso!”. Se escuchaban llantos de bebé y súplicas con la voz de López: “¡No me peguen!”.

La Defensa insistió en que, en el video, se registra el audio de diálogo entre dos mujeres en la casa donde una dice “el Jorge (por López) estaba filmando y tiró una piedra”. Sin embargo, no pudo avanzarse por la baja calidad del sonido, por lo que recurrirán a la transcripción escrita de un perito oficial.

Ostolaza le requirió si había sido recibido por Eloy Fernández, (Jefe de Operaciones), y se escuchó un audio de una charla que López mantuvo con éste la noche en que se hizo la marcha y protesta frente a la Departamental. López reconoció que era su propia voz, aunque no recordaba si el encuentro fue con Fernández.

Después proyectaron el video en el estacionamiento interior de la Jefatura Departamental de Policía, donde la cámara toma el ingreso de las dos camionetas que intervinieron en el operativo de detención de López, luego cuando lo bajan e ingresan. También hicieron lo mismo en el momento de la humillación con la hidrolavadora. Se ve a varios efectivos policiales, entre 14 y 15 personas, que estaban en el lugar.

 

LO QUE DECLARÓ OSCAR LÓPEZ

Oscar Aníbal López, hermano de Jorge, también fue detenido ese día. Recibió impactos de bala de goma y responsabilizó al oficial Gabriel José Antonio Arias de esa acción, tanto como de intentar agredirlo en el pasillo de la Jefatura Departamental: “Venía a pegarme y me preguntaba ¿qué te pasa?, ¿qué mirás?, ¿te gusto?”. Sin embargo, reconoció que otro policía, de apellido Toso, lo protegió. “Lo conocía porque yo trabajo en la Planta Potabilizadora Municipal y él hacía guardia en la ex Central Caseros, donde guardaban las motos secuestradas por la Municipalidad. Me pedía agua para el mate y esas cosas”, expuso, y recordó que Toso fue quien lo llevó detenido en un patrullero y que le advirtió: “Mirá que los están esperando para darles”. “Yo no entendía nada porque no había hecho nada”, recalcó.

Una vez ubicado en el pasillo de la Jefatura fue testigo de los golpes a su hermano y a Sánchez. A este último “lo durmieron de un garrotazo con una cachiporra, quedó desmayado”, reveló. Dijo que lloró por la impotencia mientras le seguían pegando en el suelo a su hermano entre tres o cuatro policías con trompadas, patadas, escupitajos y “le decían de todo, lo pasaban por encima los que iban a desfilar por el 25 de Mayo”. “Se ahogaba en su propia sangre, se burlaban, ‘se cagó la señorita’”, describió.

 

“Mirá que los están esperando para darles”. “Yo no entendía nada porque no había hecho nada”, recalcó.(Oscar López sobre los dichos del policía que lo trasladó).

LO QUE DIJO SÁNCHEZ

Por su parte, Enzo Sánchez, amigo del hijo de Oscar Aníbal López, relató que la noche previa al 25 de Mayo habían estado en esa zona con unos amigos y las chicas que se querían llevar detenidas los policías por haberlos “bardeado”. Dijo que pretendían tranquilizarlas y que en ningún momento vio a Jorge y Aníbal López. Dijo que un policía le apuntó y le pidió que se fuera “rajando”, que llegó a una esquina donde los policías estaban arrojando gas pimienta y disparos de goma, y que lo vieron y lo detuvieron. En la Jefatura lo metieron por el pasillo y lo vio detenido a Aníbal, pero que le pegaron “desde atrás” y se desmayó, resaltó. Cuando se despertó estaba arrodillado sobre una pared y, a su izquierda, Jorge López estaba tirado en el piso y le pegaban. De ahí al patio para luego ser identificado “con los pianitos”, para terminar luego en la Comisaría Primera llevado en la camioneta camuflada donde estaba Jorge López tirado en el piso. En la Primera terminó el periplo, tras ser revisado por un médico.

 

LOS QUE INTERVIENEN

La parte querellante está compuesta por el Ministerio Público encabezado por el coordinador de Fiscales, Fernando Lombardi, y la fiscal María Albertina Chichi, además de los abogados particulares Adrián Esteban Cabrera y Manuela Aranda Fernández.

Los diez policías implicados tienen son representados legalmente por Luis María Haddad (Eduardo Sebastián Troncoso y Leonardo Miguel Miño, de la Policía Motorizada); José Esteban Ostolaza (al oficial Francisco Celestino Borges; al médico Jorge Rafael Valdez; al comisario Eloy Rafael Fernández y a Leonardo José Povorosnik); Rubén Pagliotto y Damián Petenatti (al oficial Gabriel José Antonio Arias; al sargento 1º Roberto Andrés Ocampo; al sargento Juan José Asín, también de la Policía Motorizada; y al cabo 1º Pablo Sebastián Benítez).

La causa está caratulada como “Borges, Francisco Celestino y otros s/ torturas, incumplimientos de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica”.

 

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