Una situación actual llevó a que se ventilen hechos denunciados que habían sido denunciados por alumnas (por entonces), y el silencio de las autoridades de esa institución, pese a la gravedad de lo manifestado y las quejas del padre de una de ellas.
El disparador de que una ex alumna diera a conocer esas situaciones fueron las pintadas que aparecieron en las paredes del Colegio María Auxiliadora, el 9 de agosto, tras el voto del Senado Nacional contra la aprobación del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). (Ver: La escuela María Auxiliadora amaneció ...)
Florencia Rojo, ex alumna de ese establecimiento, publicó en su muro de Facebook una carta -que se reproduce al final de esta nota- donde expresó su malestar por la reacción desmedida ante las pintadas, ya que ella considera mucho más grave “lo que sucede dentro de esas paredes”.
"PUERTAS ADENTRO"
Este martes por la noche, en el programa "En La Víspera", que se emite por LT 11 y es producido por El Miércoles Comunicación y Cultura Cooperativa de Trabajo Ltda, Florencia profundizó y detalló todo lo que ella vivió en su adolescencia en esa institución.
“Lo que me hizo hervir la sangre y apurar los dedos fue ver la indignación por la pared y no por lo que pasaba adentro, haberme callado tanto tiempo de las cosas que habían pasado dentro del Colegio, todos los días, de cosas muy graves y otras que no lo eran, pero que en la suma son razones por las cuales no llevo a mi hija a ese colegio, razones por las cuales no practico el credo que se me fue impuesto, y por lo cual en breve me desafiliaré de la Iglesia. Esto me terminó de dar vergüenza, asco. Me repugnó. Mucha gente sabe lo que ha pasado e insisto: se indignan más por una pared pintada que por las cosas que realmente deberían indignarse, moverse y decir ‘basta’. Casi a una semana después sigo ratificando cada punto y coma, se haya ofendido quien se haya ofendido; porque me han escrito docentes indignados porque creen que destilo odio y otros que realmente les importó lo que dije y me preguntaron cuando supieron lo que había pasado, y se vieron muy sorprendidos”, arrancó Florencia la entrevista.
- Se deduce de ese posteo que en ese momento reclamaron por algo que claramente califica como pedofilia, un intento de abuso o algo por el estilo.
- Teníamos un docente que nos daba clases de hockey y después nos dio la materia Recursos Humanos, que dependiendo de la institución elegía para qué lado se dirigía. Como M.A. tiene orientación biológica se dio todo lo relacionado a primeros auxilios, a RCP, después teníamos cosas relacionadas a educación física como organizar una convivencia o campamento, como hacer juegos dependiendo de las edades. En noveno año, tendríamos 14 o 15 años, tuvimos un examen oral de una materia, a las chicas se nos hacía cerrar la puerta, entrábamos de a una, se cerraban las ventanas y las persianas. Cuando tuve que entrar él me pedía que me siente más cerca del escritorio, a lo que me rehusé, dejé abierta la puerta y las persianas. Recuerdo haber visto a las chicas más chiquitas de 13 años, de séptimo grado, a upa de ese profesor, que las invitaba a sentarse en su falda, una actitud más que reprochable de cualquier docente que haga eso salvo que seas mujer y maestra jardinera. En ese momento hablé en casa.
-¿Qué le dijeron?
-Mi papá estaba muy indignado y decidió hablar en el Colegio. Le dijeron que era incomprobable lo que estaba diciendo, que yo no me había quejado en ningún momento y que le iban a poner el ojo al profesor para ver qué iba a pasar. Al año siguiente ya no era nuestro profesor porque en tercer año no teníamos esa materia, pero tiene la mala suerte, este señor, de que estaban de moda los teléfonos que grababan. De hecho eran más grandes los micrófonos que las pantallas, y teníamos un compañero que grababa todo el tiempo y al otro día lo escuchábamos, no había WhatsApp, era escucharlo en el momento. Una de las prácticas que este señor hacía era salir con sus alumnos/as o ex alumnos/as a tomar algo, salir al boliche... En la oportunidad del cumpleaños de él o del compañero que grabó, ya no recuerdo, confiesa lo que les gustaría hacernos a las chicas del Colegio María Auxiliadora. Específicamente a las chicas que habían dejado de ser sus alumnas hacía poco, o sea nosotras, y dio unas características físicas puntualmente de a quien se dirigía, sin dar nombres, pero características físicas sexistas muy determinadas que uno sabía de quién estaba hablando. Con el audio de tres minutos, más o menos, fuimos a la rectora y al Padre Mario (Tournoud) a mostrarle. La reacción fue cualquiera menos la que esperábamos. Mario nos dijo: “Tranquilas, no hagamos nada”. Obvio, “¿cómo íbamos a decir algo?”, después “ellos iban a ver qué hacer” y la rectora aseguró: “Vamos a ver qué medidas vamos a tomar”. Pasó un mes y medio y el profesor siguió dando clases. Cuando digo que no teníamos voz ni voto fue porque por favor le pedíamos que lo dejen afuera, que le den una licencia, pero que no siga dando clases a nenas de 13 años, que todavía la autoridad pesa mucho en lo que te dirá el profesor. Siguió dando clases, la escuela lo hizo renunciar y no hizo más nada. Lo que tendría que haber hecho una institución seria, que dice que cuida a los alumnos, que le importa el amor, el respeto, y que... Dicen palabras huecas, tendría que haberle hecho una denuncia, pedirle a Departamental (de Educación) que investigue el tema y que no siga más dando clases, porque ese señor sigue dando clases.
"A las chicas se nos hacía cerrar la puerta, entrábamos de a una, se cerraban las ventanas y las persianas. Cuando tuve que entrar él me pedía que me siente más cerca del escritorio, a lo que me rehusé, dejé abierta la puerta y las persianas".
- ¿Esa persona fue a otro lugar?
- Sí, dio clases en varios clubes de la ciudad y llegó a hacer las cosas que quería hacer. No a nosotras, sino en otro lado.
-Se puede decir que las autoridades del Colegio tienen una responsabilidad directa en el hecho de que él haya llevado adelante esas prácticas en otro lugar.
-De lo que haya pasado a otro lugar después que se fue, es exclusiva responsabilidad de que en ese momento no se hayan tomado las acciones que tenían que tomarse.
- Es el hermetismo y el silencio de una institución privada. Cuando pasa en una escuela pública por el accionar de la misma comunidad los casos terminan quedando expuestos ¿ustedes sentían que todo quedaba entre cuatro paredes?
- Todo quedaba entre cuatro paredes y hay padres que ni siquiera saben lo que estoy diciendo, padres de las alumnas que estaban adentro de ese audio, chicas que estuvieron conmigo diciéndole al Padre Mario y a la rectora en ese momento: “Hagan algo porque este tipo nos viola a nosotras o a cualquiera de las otras chicas, ustedes le están dando la carne a la carta”. Porque imaginen que la escuela no tiene un lugar para actividad física, entonces íbamos a Itapé o al playón del Ejército para hacer hockey, no había ninguna autoridad. El tipo hacía lo que quería y nadie controló nada, nunca.
"Ahora hay un montón (ex compañeros) que me han escrito y que han puesto dentro de los comentarios de que todo lo que digo fue así".
- Esta situación la movilizó a replantearse todo lo demás ¿verdad? Porque no sólo hace referencia a ese episodio aislado, sino a toda una complejidad que tiene que ver con qué te enseñan, para qué te preparan, cómo te disciplinan, de qué manera te van imponiendo una determinada prioridad incluso en tu conducta cotidiana. Hace referencia antes que nada al cuidado de las apariencias, la doble moral, el callar ante la humillación, la divulgación, todo eso se lo disparó ese episodio a lo largo de varios años.
- Sí, pero había un montón de cosas que pasaban a diario. El destrato y las diferencias entre alumnos, porque al ser una comunidad chica que tiene esa doble forma de privada pero también recibe ayuda del Estado, que es muy poca porque hay un montón de horas que tienen gratis los profesores, muchos trabajan ad honorem varios años, la cuota era muy baja y sigue siéndolo. Entonces hay familias que ponen mucho dinero para que el colegio crezca y tenga los elementos mínimos, porque di toda la primaria y secundaria en aulas sin piso, sin cielo raso y como eso un montón de cosas. Entonces dependía de cuánto cooperaba tu familia en la escuela la nota que te tocaba o la ayuda que te daban, y en esos casos se veía mucho la injusticia. Hubo casos de chicos que se tuvieron que ir porque las mismas maestras los han diagnosticado con TDA-H (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), como si un docente pudiese diagnosticar. Entonces, como no cambiaban su forma de darle clases, los chicos se debían ir y eso los estigmatizaba.
- Entre los ex compañeros, ¿pudieron charlar años después sobre eso que ocurrió o pudieron hacerlo después de tu publicación en redes sociales?
- Relaciones de amistad no me llevé ninguna de allí. De hecho, con mi mejor amiga fuimos juntas al Colegio pero nos hicimos amigas después que terminamos. Porque esto de la estigmatización y de silenciarte pasaba también con los alumnos. De todas maneras, las actitudes de los alumnos no se las puedo achacar a la escuela porque cada cual actúa como tiene ganas de actuar y es responsabilidad de uno cuando ya sos grande: a los 14, 15, 16 o 17 años sos vos el que dice o hacés las cosas. Por eso, en ningún momento estoy hablando de los compañeros, lo que me indignó fue la institución. Ahora hay un montón que me han escrito y que han puesto dentro de los comentarios de que todo lo que digo fue así, que los recuerdos del Colegio no son los mejores. Hay papás de mis compañeras que dicen que no sabían lo que pasaba y que lamentaban que haya sucedido. En el caso de mis padres, ellos consideraban que lo mejor que estaban haciendo era dejarme en una escuela que por lo menos tenía clases. Soy de la generación que un mes no tuvo clases, que los paros hacían que los chicos salgan como si hubiesen echado agua a un hormiguero a buscar escuelas que tenga clases porque no había. A su vez, ellos (sus padres) eran católicos practicantes, creían que lo que me estaban enseñando sí valía la pena. Hoy, diez años después, me reconocen: “Te hubiéramos sacado”. Si yo hubiese pensado como pienso hoy y como me desconstruí, porque mis papás se han desconstruido conmigo, todo cambió en casa. Por suerte, hemos crecido un montón. Hoy no pasaría lo que pasó, pero aunque yo no estaba pasaban las cosas igual. Otro ejemplo, cuando hablo del robo: nosotros hacíamos matiné para juntar plata para las recepciones, cuando el cura sabía que la cantidad de chicos que iban a la matiné y dejaban tanta plata, cambiaba el monto del alquiler del salón en el momento. Yo misma le pedí a mi mamá, que era la que hacía la caja de la última, que cambie los números para que el cura no nos saque plata. No me lo contaron, yo lo vi, a mí me pasó. Imaginen el nivel de indignación que podés tener. Estás terminando la secundaria, tenés la recepción y que el cura venga a sacarte plata. Por eso que ahora me vengan a decir que porque están pintadas las paredes... Ya me cansé.
“Le pedíamos:'hagan algo porque este tipo nos viola a nosotras o a cualquiera de las otras chicas, ustedes le están dando la carne a la carta'".
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LA CARTA PUBLICADA EN FACEBOOK
Colegio maría auxiliadora de Concepción del Uruguay.
Soy egresada de este colegio, primaria y secundaria. Y lo digo con VERGÜENZA.
En este colegio aprendí todo lo necesario para la vida adulta:
Aprendí, que ser mujer es problema en un mundo de hombres, porque aunque denuncies al pedófilo, tenés que bancarte tenerlo en el aula hasta que “vean que hacer, porque no se lo puede echar así porque si” (aunque tuvieras la confesión grabada de lo que pretendía hacerte).
Aprendí que era mejor ignorar al que se pasaba de vivo con los comentarios sexistas sobre tu cuerpo, aunque los tuviera que escuchar todos los días.
Aprendí que si pensás distinto, no sólo te silencian sino que te excluyen y marginan.
Aprendí que si no aplicas a la norma, afuera.
Aprendí de doble moral, de haz lo que digo, pero no lo que hago.
Aprendí a ser denigrada y humillada por la autoridad, y tener q callarme porque el rol de alumno no te habilita a tener voz, mucho menos voto.
Aprendí que primero, LAS APARIENCIAS.
Aprendí a agachar la cabeza cuando la autoridad me robaba, varias veces, con la excusa del bien común.
Aprendí que el camino más fácil, es el del obsecuente.
Aprendí a levantarme una y mil veces para defender lo que creía que era justo, aunque ni una vez fuera escuchada.
Aprendí sobre adoctrinamiento, por más 12 años todos los días.
SIENTO VERGÜENZA DE HABER SALIDO DE AHÍ, SIENTO VERGÜENZA DE TENER MARCADA MI HISTORIA, MI VIDA POR ESE COLEGIO.
A quien haya pintado, le mando un abrazo y un gracias. Ojala varios chicos pregunten por lo que hiciste y eso los haga replantearse lo que le dijeron por años.
AL QUE NO LE GUSTE LO QUE LEE, PORFIS ME ELIMINAN DE SU LISTA! Gracias!
Besitos cargados de decisión y libertad
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