Noel Martínez Pascal es una de las tantas jóvenes uruguayenses que participó en la masiva actividad del 8 M en La Histórica. Tras la marcha y las lecturas de los documentos de las diferentes agrupaciones que participaron, tomó el micrófono y leyó tres poemas de continuo. El primero es una deformación de “El despertar” de Alejandra Pizarnik, y según sus palabras lo hizo de un tirón la misma noche que el Senado argentino echaba por tierra a la ley de interrupción voluntaria del embarazo; los otros dos son de su íntegra autoría.
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Los reproducimos a continuación, porque la emoción, calidad y énfasis con los que los presentó hizo emocionar a más de uno de los/las presentes.
El aire nos castiga
Señor, el aire nos castiga por ser mujeres.
Detrás del aire hay monstruos que beben nuestra sangre, funcionales a la clandestinidad.
Es el desastre.
Es la hora del vacío.
Es las ganas de ponerle un cerrojo a los labios, pero ahí está el feminismo para liberar a los nuestros... Es la hora de escucharlos,
largar esos gritos condenados, liberar las cadenas.
Es la hora de contemplar todos los nombres de nuestras muertas, aunque seamos anónimas para la prensa.
Señor tengo 21 años, también algunas amigas mías tienen 21 años, pero eso no importa, no importa cuántos años tenemos, lo que importa es que hoy elegimos no ser madres ¿quiénes son ellos para condenarnos?
Señor, la última inocencia estalló y ya no llegaremos vírgenes a ningún matrimonio.
Ahora es cuando sus cabezas térmicas deben abrirse, señor.
Señor, ¿Cómo me extraigo "ese fruto de vientre" sin que sepa la gente? ¿Conoce un buen médico?
Quizás si le digo su nombre es más rápido el procedimiento.
Señor, el feminismo ha dicho basta, hace años que esperamos pacientes, no pasivas.
El interés por la educación reproductiva y la libertad nos los enseñaron nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras hermanas, pero aun así en la Argentina no podemos ser libres. Metemos el sobre en la urna, pero aun así en las Cámaras aparece una religión que nunca fue votada, la religión católica apostólica romana.
Nuestros brazos insisten y el pañuelo está el aire, ya no nos callan.
Señor, arroja los féretros de sangre de nuestras muertas. Ustedes se limpian la sangre con una copia celeste que poco les pesa.
Señor, la jaula se ha vuelto pájaro y ha hecho que crezca este movimiento.
Señor, la jaula se ha vuelto pájaro...
Ya sabemos qué hacer con el miedo.
Sentirnos
Sentirnos.
Sentirse insegura
insecto, carnada.
Sentirnos.
Llegar apurada, estresada,
controlada.
Sentirnos.
Sentirse vacía,
usada, intranquila.
Sentirnos.
Sentir en la calle,
en la casa, en la escuela,
en la universidad, en la iglesia,
en la cama
y en esos partidos de izquierda
y de derecha
la mirada, esa mirada
de podés ser vos mañana.
Sentirse decepcionada
al tener conocimiento
de que tu papá el que te llevaba
al colegio resultó
ser terrible putero,
sentir que puede haber estado
con alguna piba chupada por la trata
y llorar de la bronca
buscando respuestas
al aire que parece
no alcanza,
pagó por violarlas
y después con su rutina siguió.
Sentirnos.
Sentirse acosada, engañada,
utilizada, celada
destrozada mentalmente,
ultrajada en la calle
por algún caminante que si no te dejas violar
te baja todos los dientes
y si dejas violar lo hace igual,
porque puede no más.
Sentirse seguida, en peligro,
perdida en una ebriedad vulnerable
esperando conservar la integridad física y mental.
Sentirnos.
Sentirse culpable por la propia anatomía,
no llegar a cumplir los parámetros,
no ser 'femenina', no llegar al orgasmo,
no disfrutar la compañía por miedo a quedar embarazada
y no verlo nunca más en la vida.
Tomar la decisión de llegar a abortar
en la clandestinidad.
Sentirnos.
Compartir la experiencia feminista,
personal, compartir el popular 'sexto sentido'
del que hemos oído hablar.
Al cual yo llamo 'alerta
de la oprimida' y vida cotidiana
después de cada
salida volvemos diciendo
¡no pasó nada, llegué!
hoy no fui asesinada,
hoy no me violaron en la entrada,
pero igual
hay un derramamiento
de lágrimas en la oscuridad
en este momento se están
llevando una hermana, cada día, una más.
La violencia machista y los
crímenes de odio no paran,
ni caen en la invisibilidad,
es para ellos un mecanismo
de control de la masa femenina
que busca libertad, por esa razón
alimentan el morbo y buscan la foto
que mejor demuestra lo que pasa
a una mujer
cuando se organiza y protesta.
Algunas aceptan la captación liberal
defendiendo que el género se puede sentir
y que es ir demasiado lejos
poner todos en la misma bolsa, notallmen...
mencionan que la lucha es contra el sistema.
Discuto aquello, y agrego que el capitalismo
es así de siniestro porque lo manejan los mismos.
Y que no pediré
perdón a ninguno porque el
que se ofende de mí
oprime a otra mujer
que quizás nunca conocí.
No olvidó hoy
las bases de esa opresión.
Mujer presa, carnada del machismo,
mujer organizada usada como
eufemismo de
vengativa, mal cogida,
lesbiana insatisfecha,
rompecabezas de mil piezas
desordenadas, loca,
histérica y embrujada.
Mujer, soy,
y en momento de socialización
no lo elegí,
pero desde mi experiencia
me he analizado,
soy mujer y por esta razón me
es imposible correr la mirada
o mirar para otro lado
no pensar en la exposición,
la explotación, y la misoginia a
las que estamos lanzadas.
El sistema no se sostiene solo,
es sostenido por todos aquellos
que dicen amar a sus madres, hermanas
hijas y esposas ¡excelentes maridos!
Captemos la ironía compañeras,
solamente quieren que estemos sanas
y vivas por la relación de poder
que con ellos tenemos, y me arden los dedos
al escribirlo porque amo
y amé a muchos de ellos
son parte de mi historia personal,
pero no pondré las manos en el fuego
por ninguno y tampoco aplaudiré
que no hayan cometido
alguna atrocidad de esas
a las que acostumbran
disfrazar de monstruosidad.
No les interesa la mujer
como ser humano o sujeto político.
Y es un claro ejemplo de que nosotras
si los vemos y los tenemos
o teníamos en cuenta
más que como sujetos deben ser llamados
como dueños del mundo hasta ahora conocido,
cuesta afirmar que no los necesitamos
para liberarnos de la presión
que en nuestros cuellos ejercen sus propias manos.
Nunca seremos en nuestras vidas
el primer plano mientras
sigamos buscando la aprobación
del tipo que nos deja hablar
solamente para darnos su opinión
y explicarnos porque
se da así nuestra opresión.
Y llamenme extremista, radical
y díganme
que no llegaré a ningún lado,
les aseguro
compañeras que si ustedes
caminan a mi lado
no me interesa llegar, me interesa
avanzar en paz o revolución
con la convicción
de que nuestra libertad
no será llevada a cabo desde las migajas
que se le van cayendo al varón, será colectiva
para todas o para todas, no hay otra salida.
Tenemos nuestras propias voces y aunque
aún no conocemos nuestra historia en su
totalidad, gritaremos fuerte
porque a la comodidad
de nuestro silencio
no la tendrán nunca más.
Bruja escarlata
Despersonalización del poema
alejamiento premenstrual
premeditado.
Opciones y pociones
posibles.
Palabras para armar y desarmar,
sueños tangibles.
Nunca se aprende
a desaprender
la personalización de las esencias,
mucho menos de las palabras
que nos hacen una y la misma presencia.
Distancias cortas de hinchado disimulo,
no puede escribirse sin motivo
alguno.
Bruja escarlata, apoyando la escoba
charlando a las ratas sobre temas
nimios, usando la luna de consultorio
casi todos los días, excepto los domingos.
Cada ciclo perfecto, vuelve a sus aposentos.
Acercamiento menstrual
abrazo de candiles ardientes, pozos sedientos.
Útero depresor de sangre mezquina
rozando la tierra, volver a ser una
reconciliación de miserias.
La bruja escarlata en la luna
se encierra
y esconde su magia para otra mañana en que no le tiemblen las piernas.
La fuerza de un rayo atraviesa su zona,
se entrega en posesión y posible
sanación, la sangre cae a los pozos.
El centro de la luna
quema igual que el sol.
Personaliza cada sentimiento
y lo hace fluir en su viscosa realidad, endometrio
cayendo, contrae,
cae, va,
fluye.
Eléctricas, sus manos
se pintan de carmín,
otros días su sangre,
rozando el bordó intenso
su cuerpo, su lienzo.
Se presta al placer de seguir.
El cuerpo femenino,
anatomía mágica.
Bruja escarlata apoyándose en
una de las paredes internas de la
Luna, medita como ninguna sobre
sobre su definición de placer, sobre su definición de dolor,
otra contracción.
Retoma días después la escoba,
sale de su escondite, avisa al cielo:
se acabó la ceremonia, otro mes
en cual ofrenda a la tierra
en busca de conservación
de la libertad de su alma
de mujer bruja escarlata,
premeditada poción, brebaje o liberación.
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